He venido siguiendo con detenimiento los movimientos políticos en Venezuela desde mi época de estudiante en la Universidad de los Andes. He observado minuciosamente las transformaciones sociales y/o políticas que se han sucedido desde el 13 de Marzo del 87 en Mérida y el despertar del pueblo Caraqueño el 27 y 28 de Febrero del 89.
Así mismo seguí con entusiasmo y esperanza al Comandante Eterno Hugo Chávez. Tratando de entender su pensamiento y su acción. Su visión del mundo, la sociedad de hoy y el futuro promisor que soñaba y a la vez sembraba para la patria de Bolívar y la patria grande.
Siempre fue una gran preocupación saber si el comandante Chávez estaba preparando a alguien para que lo sucediera en la lucha por la patria nueva. No es que esperaba que le ocurriera algo, es que somos humanos y eso nos hace vulnerables. Es que el hilo entre la vida y la muerte puede ser tan fuerte como el acero o tan frágil como un suspiro y lo que estaba en juego era tan grande como la vida misma de todos los venezolanos, que somos la patria. Con el agravante de que Hugo Chávez era el arquitecto, el ingeniero civil y el juan albañil de la obra en construcción.
Pero la grandeza de Chávez estaba mucho más allá de los pronósticos y los análisis de su personalidad y su quehacer político. Prácticamente Chávez lo anticipo todo. No hay cabos sueltos, No hay vacíos políticos, ni posibilidades de vulnerar lo que dejo hecho.
La escogencia de NICOLAS MADURO por el presidente Chávez fue certera, premeditada y sin posibilidades de errores. Hoy lo podemos ver.
Cuando a Nicolás Maduro, lo eligieron presidente de la asamblea nacional, debo confesarlo, pensé que le faltaba crisol político para ese cargo. La realidad fue que se desenvolvió de muy buena manera y logró la continuidad legislativa de la revolución.
Luego su nombramiento como canciller fue motivo para que propios y extraños dijeran que ese era un cargo de CARRERA, como nos pretendían hacer creer los dinosaurios de la cuarta, debía ser el funcionario que ostentara el cargo. Nicolás demostró que no era así y que con honestidad, responsabilidad y amor a la patria, se puede hacer excelente ejercicio de cualquier cargo público.
Cuando no tuve dudas fue en el momento que Chávez dijo Mi decisión plena como la luna llena es que elijan a Nicolás Maduro como presidente. Sabía que esa decisión estaba basada en los más profundos análisis del ser humano y de la visión de patria.
Ayer miércoles, Nicolás Maduro ha dado una de las mas grandes lecciones de estadista y humildad que persona alguna halla podido dar. La reunión con los contras de la patria y la disposición a oírlos, se puede definir como una de las expresiones más sublimes de amor a la patria y a la paz.
Los pitbull, los doverman y los rottweiler cayeron a sus pies, no lo mordieron. Les dio respuestas y hasta les hablo de la grandeza de Chávez.
VIVA CHAVEZ. VIVA MADURO. NECESARIO ES VENCER.