No hay que dejar ninguna fisura para que se cuele la violencia.
Una infracción de tránsito, decir una grosería, hacer necesidades fisiológicas en público, interrupción de las calles y carreteras, exceso de velocidad de los vehículos, consumo de droga, formar escándalos públicos, todas son expresiones de violencia.
Además de estos ejemplos que apreciamos cotidianamente en nuestras calles, también la violencia la tenemos infiltrada en los hogares por medio de la televisión, los videojuegos y los medios electrónicos de comunicación tales como los teléfonos celulares, donde con mucha facilidad se tienen acceso a actos de terror, juegos violentos y pornografía.
El buen comportamiento en sociedad se aprende en el hogar y los maestros en la escuela se convierten en auxiliares de los padres y representantes en la formación de los niños y adolescentes. Sabemos que en Venezuela existen muchos hogares disfuncionales y que por lo general la madre es la responsable de la crianza de los hijos, y por su misma condición la madre tiene que salir a trabajar para poder alcanzar el sustento económico necesario para criar la familia.
Sería ideal que la madre ocupara mayor tiempo en el acompañamiento de sus hijos, que supervise sus labores escolares y de recreación, que descarte las amistades negativas, y evite la asistencia de sus hijos a lugares no aptos para su formación moral, tales como botiquines, locales o sitios frecuentados por drogadictos.
¿Qué se puede hacer?
En consideración a lo anteriormente expuesto, es pertinente que las madres deban estar mayor tiempo con sus hijos para que puedan tener mayor control sobre ellos. Una fórmula sería que las madres que deban trabajar para el sustento de la familia tengan un horario de trabajo relacionado con el horario de estudio del niño o adolescente, de manera que su hijo no quede sin su supervisión y control en las horas libres de la formación educativa. En caso de merma en los ingresos por sueldos o salarios de la madre, el Estado venezolano podría establecer una Misión especial para complementar dicho ingreso, por supuesto que estableciendo las normas y reglamentos adecuados. También se recomienda que se amplíen los horarios educativos de los menores con actividades extracurriculares dirigidas a la formación cultural, artística y deportiva.
En cuanto a los actos violentos mencionados anteriormente, el Estado debe hacer inicialmente una campaña educativa para eliminar estos actos repulsivos en nuestra sociedad, y luego de un lapso razonable implementar medidas represivas, con castigos severos y bien publicitados.
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