El socialismo no es, precisamente, un problema de cuchillo y tenedor,
sino un movimiento de cultura, una grande y poderosa concepción del mundo
Carta de Rosa Luxemburg a Franz Mehring
(Febrero de 1916).
Tras la Muerte de Rosa Luxemburgo, su amiga y camarada de toda su vida, Clara Zetkin, escribió una carta donde reflejaba su admiración por la Rosa Roja. Esta carta apareció en inglés en la revista The Communist International, No. 5, 1 de septiembre de 1919, pág. 5. En ella Zetkin escribe el siguiente párrafo. Mehring tiene harta razón cuando dice que Luxemburgo era la más genial discípula de Carlos Marx. Tan claro como profundo, ¡su pensamiento brillaba siempre por su independencia; ella no necesitaba someterse a las fórmulas rutinarias, pues sabía juzgar por sí misma el verdadero valor de las cosas y de los fenómenos!. Su espíritu lógico y penetrante se enriquecía a con la instrucción de las contradicciones que ofrece la vida. ¡Sus ambiciones personales no se colmaban con conocer a Marx, con dominar e interpretar su doctrina; necesitaba seguir investigando por cuenta propia y crear sobre el espíritu del maestro!. Su estilo brillante le permitía dar realce a sus ideas. ¡Sus tesis no eran jamás demostraciones secas y áridas, circunscritas en los cuadros de la teoría y de la erudición!. En otro segmento de la carta escribe Clara Zetkin.. . Luxemburgo, gran teórica del socialismo científico, no incurría jamás en esa ¡pedantería libresca que lo aprende todo en la letra de molde y no sabe de más alimento espiritual que los conocimientos indispensables y circunscritos en su especialidad!. (El subrayado es nuestro). Como ven, la descripción que hace Clara Zetkin, de su gran amiga y camarada, es de una Revolucionaria, que aun amando al marxismo, lo interpretaba de manera libre, y buscaba descifrar las contradicciones de los escritos de Karl Marx, cotejándolos con la época que le toco vivir.
Nosotros también estamos viviendo esas mismas contradicciones de Rosa Luxemburgo. El mártir presidente Salvador Allende, una vez dijo.. El Marxismo no es un ABC de cómo hacer una Revolución. Hay que estudiarlo. Sí, pero no podemos aplicarlo directamente en nuestras realidades que vivimos, hay que adecuarlo.
Realmente Rosa Luxemburgo y Allende tenían razón, no se puede ser dogmático. El Dogmatismo es una rara enfermedad que sufre algunos Revolucionarios, el fanatismo también es una condición que se deriva de los dogmas. Oscar Varsavsky, en uno de sus libros, habla de lo demoledor que es la ortodoxia, se opone al dogmatismo de los métodos, al llamado seguidismo. Varsavsky tiene razón, igual que Mariátegui, nuestra liberación debe salir de las entrañas de nuestro pueblo, no de enciclopedias desgastadas, llenas de telarañas que pertenecen a una época pasada. Coincido con Allende, sobre el estudio sistemático de los grandes pensadores, pero la realidad que ellos vivieron son totalmente diferentes a las que no toca ahora vivir. El Presidente de Ecuador, Rafael Correa, da en el clavo, cuando afirma que, América Latina está viviendo un cambio de época y, no una época de cambios, como muchos dogmáticos afirman. El gran estudioso de Marx, el Filósofo, Sociólogo Marxista y Hegeliano; Georg Lukács, decía.. Hay que estudiar lo que Marx no pudo estudiar En verdad tiene toda la razón. Karl Marx nunca estudio nuestra américa, en su época estuvo muy ocupado con los cambios que ocurrían en la Europa de su tiempo. Lo más cercano que escribió Marx para nuestro país, fue un trabajo sobre el Libertador, al que cataloga como: Un aventurero Burgués. No culpamos a Marx, Karl estaba en una situación económica muy mala, y tuvo que hacer ese escrito basado en las memorias de un acérrimo enemigo de Bolívar, Ducoudray Holstein. Pero así, son las cosas, al gran genio de Marx le jugó una mala pasada la fuente bibliográfica que busco para ganarse una plática. Al mejor cazador se le escapa la liebre, reza el refrán popular. Lo cierto, que la diatriba ideológica, entre Marxologos Dogmáticos, y un cierto sector asambleísta y del partido de gobierno, está muy interesante. Algo bueno debe salir de allí. Lo dicho por el Presidente Nicolás Maduro es totalmente cierto. La Ultra derecha se da la mano con la Ultra Izquierda. El principio físico de que todos los extremos se juntan, podemos aplicarlo aquí. Si la controversia es por la modificación del Plan de la Patria, para mí, este debate tendrá corta vida. Nuestra sociedad está compuesta por un 60 % que apoya a la Revolución, y un 40 % que no la apoya. En ese 60% existen innumerables Planes de la Patria, y en el otro sector también. La profundidad de la discusión debe estar apuntalada de cómo resolver todos esos planes de vida o de patria de millones de venezolanos.
Las Revoluciones no se decretan, ni tan poco pueden estar enmarcadas en un solo plan. Son procesos dinámicos, cambiantes, exigentes, que si se enfrían se derrumban en un abrir y cerrar de ojos.
Vamos al debate, pero de los verdaderos problemas del venezolano y de sus posibles soluciones, y pasar de la palabra a la acción.
Un consejito para el final. Eso de pensar que uno tiene los pelos de la barba de Marx en la mano, deja mucho que pensar..
Es ahora o nunca¡¡
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