“Todo lo que va a ocurrir tiene su hora”, diría el Comandante Chávez. Recién designado Eduardo Samán al frente del Indepabis “para que haga la revolución dentro de la Revolución” (Maduro, dixit), apenas se presentó la polémica decisión de decretar la invalidación de la potestad que tenía en dicho ente para luchar contra la corrupción interna, nos atrevimos a pronosticar su inminente salida del gobierno.
Cuando ocurrió el atentado a Samán (octubre 2013), en el que por poco pierde la vida, en el “acallamiento” informativo que desde el alto gobierno vimos y que desde el aparato informativo oficialista se instrumentó fue evidente que el Presidente de Indepabis no contaba con el apoyo en el alto gobierno para continuar desempeñando papel relevante en la lucha contra la corrupción para el que fue convocado.
En esos días de “guerra económica” tan cruentos y con secuelas tan nefastas para el pueblo muchos consideraron pertinente no ser impertinentes e inoportunos y darle el beneficio de la duda a un gobierno asediado por una derecha implacable decidida a arrasar con el gobierno heredero de Chávez y que prometía la continuidad de la Revolución.
Ahora, cuando “la revolución dentro de la revolución” perdió vigencia y no es más que una mera consigna, otrora conveniente, y aunque posiblemente contribuyó a que los candidatos del PSUV y el GPP superaran por más de 1000.000 de votos a los de la MUD, llegó la hora de la salida de Samán de funciones de gobierno. Con la fusión del Indepabis y el Sundecop, anunciada por el presidente Maduro, Samán deja de cumplir la responsabilidad que durante seis meses y unos días desempeñó.
Con la fusión del Indepabis y la no designación a Samán en nuevas tareas o responsabilidades en el gobierno actual queda claro que se desecha el perfil político de un individuo que en el pasado lejano como en el cercano le ha cumplido más que al gobierno a la Revolución.
No es la primera vez que a Samán le toca salir de tareas y funciones gubernamentales durante el proceso revolucionario, quizás más adelante podremos conocer con más precisión las razones que llevan al Gobierno de Maduro a desechar a Eduardo Samán para ejercer funciones en el alto gobierno, para lo cual muchos consideran está más que calificado.
La partida física de Chávez parece que sirve para recordarnos que las revoluciones se deben sobreponer a los individuos y así como éste proceso revolucionario, después de 14 años con un liderazgo concentrado en un individuo, hoy se ha sobrepuesto a la ausencia física del líder, ningún individuo se hace indispensable en ésta revolución. Partiendo de esto, esperamos que la dirigencia de la revolución sepa darle responsabilidades a gente probada en el campo revolucionario de la lucha contra el modelo hegemónico que el capitalismo ha impuesto con el horizonte claro a la construcción del Socialismo que nos enrumbe a la suma de felicidad posible para el pueblo.