La Renta Petrolera por unidad puede definirse, en términos sencillos, como la diferencia entre el precio internacional de venta y el costo de extracción y comercialización. Si invertimos 30 dólares para extraer un barril de petróleo y lo vendemos en 100, tenemos una renta de 70 dólares por barril. Nuestro país percibe una cuantiosa Renta Petrolera que, históricamente, era la fuente de acumulación de capital de una oligarquía que no invierte, no produce y, orgullosamente, se reconoce como parasitaria.
Hasta el año 2002 la oligarquía venezolana mantuvo un férreo control sobre la Renta Petrolera con el manejo de PDVSA. Derrotados el golpe de estado de abril y el sabotaje petrolero, el comandante Chávez tomó decisiones para iniciar el control del Estado sobre la Renta Petrolera. Se establece el control de cambios para manejar la divisa internacional proveniente de la Renta Petrolera y evitar la fuga de capitales.
El comandante Chávez dedicó una parte fundamental de la Renta Petrolera al financiamiento de una política social dirigida a la atención de las necesidades básicas de la población y otra al fortalecimiento de las inversiones del Estado en un Plan Estratégico de Desarrollo Económico. Nacieron las Misiones Sociales con el soporte económico provenientes de nuestra Renta Petrolera, sin ese apoyo financiero sería imposible sostener tanto las Misiones Sociales como la política de Seguridad Social.
El 5 de febrero de 2003 crea la Comisión de Administración de Divisas –CADIVI- conducida por un directorio de 5 miembros de libre nombramiento y remoción del Presidente de la República cuya actuación se debía ajustar a los principios de honestidad, participación, celeridad, eficacia, eficiencia, transparencia, rendición de cuentas y responsabilidad en el ejercicio de sus funciones contemplados en el artículo 141 de la Constitución Bolivariana.
La “guerra económica” que se traduce en escasez artificial, especulación, usura y especulación financiera con el dólar paralelo no es otra cosa que un macabro plan de la oligarquía para crear las condiciones que le permitan apropiarse de la Renta Petrolera como ocurría hasta el año 2002. Se busca crear inestabilidad, paralizar la producción para chantajear al Estado y exigir la entrega de divisas. En esta oportunidad, para apropiarse de la Renta Petrolera, la oligarquía utilizó como escenario a CADIVI. Imponiendo corrupción y chantaje en complicidad con la burocracia parasitaria.
Los grupos económicos, tradicionales y emergentes, han acumulado indescifrables cantidades de dólares con la complicidad y asociación de quienes dirigieron y controlaron CADIVI. La acumulación del capital financiero venezolano se desarrolló en medio de argucias financieras que incluyen crisis bancaria inducida (11 bancos), manipulación de papeles financieros y el saqueo a través del Sistema de Transacciones con Títulos en Monedas Extranjeras -SITME- que funcionó articulado con CADIVI.
La oligarquía no se conforma con los negocios turbios que realizaron desde CADIVI, ahora pretenden utilizar las dificultades que ésto provocó en el aparato productivo para imponer una libertad cambiaria que les garantice la apropiación de la Renta Petrolera. No es un problema de falta de dólares, es la presión para apropiarse de la mayor parte de los dólares que ingresan al país.
El Presidente Nicolás Maduro anunció la desaparición de CADIVI y la creación del Centro Nacional de Comercio Exterior que asumirá, desde nuevas perspectivas, la política cambiaria. Nada se ha dicho con respecto a los responsables de los negocios contra la Patria que se hicieron desde CADIVI. El pueblo espera sanciones caiga quien caiga. Señala Alejandro Angulo Fontiveros, en su libro “Delitos Cambiarios”, la impunidad en estos delitos es la negación de justicia o la imposición de la injusticia…CADIVI nació para hacer justicia en la distribución de la Renta Petrolera, que no sea referencia de impunidad o imposición de injusticia…
