El presidente Maduro, todo acto de gobierno lo convierte en un acto mediático. Todo lo que hace lo trasmite por los canales de TV públicos o privados y con las cadenas de radio y televisión. El Salón Ayacucho del Palacio de Miraflores lo ha convertido en un estudio de televisión. No hay acto de gobierno por pequeño que sea que el señor presidente no lo convierta en un show publicitario esté donde esté. Ayer por ejemplo, para juramentar a los sopotocientos funcionarios que pasarán a engordar la nómina del burocratismo, tomó más de una hora de los canales de tv públicos para hacer conocer sus nombre y para darle algunas instrucciones.
Al país hay que informarle sobre hechos concretos y no sobre las medidas económicas a futuro que piensan tomar. Lo que quiere decir que él presidente sabe muy bien como conjugar el verbo futuro y no el presente. Pensamos hacer esto. Pensamos hacer lo otro. Con estas medidas se van a estabilizar los precios de los alimentos, se acabará la especulación y el acaparamiento, va a mejorar el poder adquisitivo del trabajador, la inseguridad será controlada, por lo que pronto viviremos en completa paz.
Nada escuchamos en palabras del señor presidente algo que nos aliente y nos llene de esperanza en una vida mejor. La realidad nos estremece, nos aniquila, no nos permite soñar. La realidad desvirtúa por completo las palabras del presidente que quizás las diga con ansiedad de un enamorado no correspondido. El señor presidente, sabe muy bien que el pueblo de hoy en día, no es el mismo pueblo de los años del 2003 hasta el 2010. Si fuera el mismo, no hubiera ganado las elecciones con apenas un 1%. Ya no es fácil de engañar ni por uno ni por otro.
El pueblo consciente que dejó Chávez ya no existe. Ese pueblo hoy en día se encuentra alienado, entregado al consumismo más vulgar e irreflexivo. El capitalismo lo embruteció. Ya no lee, no participa de motu propio, solo obedece ordenes del partido que lo mantiene en nómina sin producir nada. A ese pueblo se dirige el señor presidente sin darse cuenta que la mayoría de ese pueblo no lo escucha. El pueblo sabe que el presidente cuando habla por televisión se dirige a la clase media y a la burguesía a la cual trata de complacer en todo. El presidente sabe que cuando al pueblo le tocan el bolsillo se arrechan y no escuchan a nadie, cambian de canal para ver el Base Ball o alguna novela.
La televisión es un monstruo alienante de consciencia. Un intruso en el hogar que devora lo mejor de un pueblo que no está preparado para desechar todo el mal que produce. Al contrario, lo asimila y lo reproduce en su diario comportamiento. Todos los canales de tv al servicio del estado también alienan y embrutecen porque pintan una Venezuela totalmente irreal y hay gente que cae en su trampa audio visual y la defienden sin darse cuenta de tal engaño.
Por eso el señor presidente tiene que hacer buen uso de tan importante medio. Tiene que servirse de el solo cuando tenga algo importante que decirle al país no para darnos a conocer las medidas que diariamente está sacando, o para darnos a conocer los nombres de los ministros que se van y los que vienen. De qué vale verlos por la tv si nunca los vemos en la calle.
Señor presidente trabaje más y hable menos. Sus monólogos televisivos ocupan un precioso tiempo que usted muy bien puede emplear cumpliendo con todo lo que nos prometió en la campaña pasada.
Todo puede hacerlo sin necesidad de caer en la cursilería que produce la televisión. Tiempo (perdido) que puede ser utilizado por VTV y su combo para informar verazmente, EDUCAR y entretenernos sanamente. El uso y abuso de los medios estadales, es una característica de los malos gobiernos que quieren esconder su ineficiencia y su incapacidad para resolver los problemas más ingentes de la nación. Si el papel aguanta todo, la televisión lo transmite todo, todo lo que el o los interesados quieran que el televidente conozca.
Algo más. Por aquí (Cúa) dicen que usted viene a visitarnos para celebrar el cumpleaños de Zamora. La nueva alcaldesa ya le está poniendo bonita la alfombra por donde usted va a pasar. Por favor, de un recorrido completo por este maltratado pueblo y se dará cuenta de lo que le estoy diciendo.
