En estos momentos estoy escuchando al presidente Maduro y tengo que hacer de tripas corazones para seguir escuchándolo. Pero me aguanto y lo sigo haciendo. Este nuevo discurso me parece me parece más vacío que todos los anteriores, ya que solo se limitó a contar la misma historia que Chávez nos contó un millón de veces y que gracias a él el pueblo venezolano comenzó a conocer su verdadera historia. Pero no se puede estar quince años remembrando los mismos acontecimientos solo para cosechar los mismos aplausos de la misma gente que acude a esta cada día más pequeñas concentraciones del Psuv.
Estar casi dos horas en cadena nacional sin nombrar para nada los graves problemas económicos, políticos y sociales en que está inmersa nuestra atribulada patria es un tremenda bofetada a los que estamos esperando que esos problemas sean resueltos lo más pronto posible. Dos horas que el presidente tomó de nuestro tiempo para burlarse de todos nosotros con tanta añoranzas de hechos históricos y de personas que él y su partido han traicionado.
Al parecer el señor presidente se le olvida que el pueblo pensante cada día está más descontento por la forma tan errática en que está conduciendo los destinos de país. Se le olvida que esas distracciones que él su equipo están creando para que olvidemos que estamos hundidos en un barril con la mierda hasta el cuello de tanta podredumbre gravitando sobre nosotros. Distracciones como las famosas inspecciones, precios justos y el llamado para la paz y la justicia son medidas para ocultar lo inocultable: la carestía alimentaria, los altísimos precios de los alimentos y gravísima inseguridad.
Con nombrar a Chávez a cada rato no se combate a nuestro mayor enemigo que es el capitalismo, más bien se le esconde en todas sus manifestaciones. Abusan de su nombre para animar a un grupito de personas mientras se tranzan con nuestros verdugos para seguir subyugando las esperanzas de las maltratadas masas. Usurpan a cada rato el nombre de Chávez para esconder que algo malo huele en Dinamarca (Venezuela) Laman a la unidad y a la lealtad escudándose a nombre de un hombre que fue la antítesis de todo lo que son ellos.
Lealtad (chantaje) en que han caído el GPP. Unidad y lealtad hacia el Psuv para encubrir todas las vagabundería de la mayoría de sus altos dirigentes. Unidad que no existe en sus bases que los repudian, salvo los asalariados que solo sirven para votar. Unidad para escanear la esperanza del pueblo para enviarla por correo a sus verdugos para que apreten cada día más y más y lazo de la horca económica.
Sigo escuchando el discurso del presidente y todavía (una hora) no he escuchado algo sobre entregarle el poder al pueblo. Sobre las comunas, los concejos comunales, los fundos zamoranos, las cooperativas. No he escuchado nada sobre como transformar al pueblo con la cultura y la educación para que se libere de los vicios creados por el capitalismo. No he escuchado la forma como a afrentar la corrupción engendrada dentro de su gobierno sobre todo en la Guardia Nacional que está apostada en las fronteras.
Ni siquiera a dicho algo sobre los veinte mil millones entregados a las empresas de maletín. Sobre la lista de Cadivi que prometió publicar. Ni por asomo ha dicho algo sobre la inseguridad que ya desbordó todo lo posible. Ni sobre los miles de policías delincuentes que abundan en todos los cuerpos policiales. No camarada, el señor presidente dedicó todo el tiempo que utilizó en esa cadena a repetirnos una y mil veces la misma historia que Chávez nos contaba.
Todo lo que lo que decía lo dijo en una forma envalentonada, como muchacho guapetón de barrio. ¿Cómo se puede llamar a la tolerancia hablando de esa forma? ¿Contra quien creen ustedes iba dirigido ese belicoso discurso? ¿Contra la burguesía como lo decía constantemente? No camarada, la burguesía es capitalista y toda ella está muy bien: produciendo dinero a montones a costilla del trabajador. Palabras, solo palabras ya que los hechos demuestran todo lo contrario.
Algo más...En ese discurso Venezuela y sus males y el pueblo con sus calamidades no existieron. El señor presidente estaba tan envelezado con su discurso memo histórico que no se daba cuenta que todos los que no estábamos presente entre sus fanes solo deseamos que deje de estar tapando la torta que está poniendo con el nombre de Chávez y que se ponga a trabajar y a hablar menos. Cierro este artículo y apago la televisión porque ya se de memoria la continuación de este monologo espiritual.
Armemonos de paciencia y hagamos con el tiempo la verdadera PATRIA SOCIALISTA
