Creo que la capacidad de sorprenderse es un valor en extinción actualmente en el país y a pesar de que existen motivos para defender la gestión gubernamental en algunos ámbitos, hay otros que simplemente laceran nuestra lealtad e identificación no con el proceso, sino con quienes hoy están al frente de él, veamos algunos de ellos:
1.- Comencemos por lo positivo: el gobierno del presidente Nicolás Maduro ha asumido una posición coherente con el discurso revolucionario, que se visto materializado en el enfoque dado a la situación de Puerto Rico con respecto al resto de Latinoamérica en el seno de la Celac, a pesar de que su solicitud no fue aprobada por unanimidad, produjo un efecto sensible en las aspiraciones latinoamericanas con respecto a ese pueblo hermano.
2.- Otro éxito, aunque no exclusivo de Venezuela, ha sido los resultados inmediatos de esa Cumbre de la Celac en la Habana, hasta el mercenario de Ban Ki Moon, y el tarifado del Insulza tuvieron que venir a husmear en que andaban los presidentes latinoamericanos reunidos en la Habana para que luego salieran los gringos dolidos porque estamos “traicionando a la democracia en el continente”, creo que no me equivoco al comparar estos esfuerzos integracionistas con aquel congreso anfictiónico de Panamá, pero al parecer esta reunión de Enero tuvo mayor efecto que el de 1826.
3.- Sin embargo, tales logros chocan con lo que sucede a lo interno de nuestro país, los esfuerzos por aplacar las terribles distorsiones dela economía no se activan, todo lo contrario, ese “marasmo” en que se encuentra la acción gubernamental en este sentido ratifi8ca que aquellas fiscalizaciones ejecutadas a finales del 2013 fueron solo una maniobra electoral para obtener un resultado “honroso” (más que honroso, creo que a lo interno del chavismo todos quedamos sorprendidos de ese evento electoral) en las elecciones municipales.
El presidente ha anunciado en varias intervenciones públicas el despliegue de diversos corredores de seguridad, de igual manera se asegura que la lucha contra la corrupción se va a profundizar, sin embargo, la inseguridad sigue a niveles galopantes y ciertamente uno se pregunta qué carajos le va a importar a un ministro o alto funcionario la inseguridad si anda con un ejército de gorilas a bordo de tres camionetones y diez motos pasando por encima de todo aquel mortal que se le atraviese!!!? Y no es repetir el discurso de mucha gente de la oposición, es que simplemente es verdad! Cuando vea a un ministro manejando un centauro o un chery, cuando lo vea metido en un mercal o un bicentenario (pero no en una cadena, sino comprando, mamándose la cagada de servicio que prestan), cuando no me entere que la hija del ministro tal estudia en Australia o Suiza y hay que hacerle una transferencia en dólares no del cupo cadivi, sino de una cuenta de papi, sino que se faja en la Bolivariana o aunque sea en la UCV a ver si por lo menos recuperamos de las sombras a ”esa casa”, entonces podré asegurar: coño, si se está haciendo revolución.
Al respecto de esto, llama la atención un nuevo record que le da título a esta reflexión: el chino Khan no duró más de 15 días al frente del ministerio de comercio, ha sido sustituido por Dante Rivas, sobre quien se han formulado muy buenos comentarios al frente de las responsabilidades que hasta ahora le han encomendado. Rompió el record de Carmona al frente de un cargo público y eso es decir bastante…..
No obstante esto, llama la atención este tipo de nombramientos, y creo que es parte de las presiones que sobre el presidente Maduro están ejerciendo los distintos grupos de poder que pululan alrededor del aparato estatal y del que ellos mismos han resuelto en llamar “el legado de Chávez”, para controlar distintas esferas del poder, por más que el mismo presidente obrero se esfuerce en declarar que este es un gobierno cohesionado y algunos altos jerarcas del chavismo como Diosdado Cabello también lo hagan, esto más bien ratifica los reacomodos que se deben hacer en las altas esferas del gobierno para complacer las apetencias de cada grupo, cuyo objetivo, por cierto, pasa por encima de construir el socialismo en Venezuela.
Esta teoría que estoy exponiendo da origen a un pregunta en el seno de quienes aún guardamos algunas simpatías para con el proceso revolucionario e incluso albergamos algunas esperanzas: qué hacer? Cómo defender lo que a veces es indefendible? Como rebatir argumentos como el de que gobierno no devaluó cuando efectivamente lo hizo, o que ese “ajuste” cambiario nos beneficiará a todos (gracias Ramírez….)?, cómo defender una gestión que aún no da señales de arrancar si se hacen nombramientos para integrar el gabinete y vemos que están trayendo a funcionarios que el mismo Chávez se encargó de defenestrar como el nefasto Hugo Cabezas o “refrescarlo” con figuras de dudoso compromiso y político y virtudes ciudadanas como el mediocre del potro Álvarez?
Desde hace mucho tiempo me he estado preguntando tal cosa, y creo que la solución está en nosotros mismos, en utilizar las herramientas que esta misma revolución ha parido y que permiten la participación del pueblo, ciertamente existe un problema grave de desmovilización, de desmotivación del movimiento revolucionario venezolano, y percibo que estamos esperando que la rectificación deben venir de arriba, pero creo compañeros que somos nosotros -la base- quienes debemos motorizar los cambios que estamos exigiendo y que son necesarios para hacer perdurable a este proceso, no como esta derecha asquerosa que anda llamando a golpes “constitución en mano”, sino a utilizar las instancias de organización popular que están a nuestra disposición; Solo la organización popular permitirá que records como el del chino Khan (no por él sino por la
improvisación que denota este tipo de situaciones), no vuelvan a repetirse justo en la víspera de un 4 de Febrero……
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