Salgamos a drenar la arrechera construyendo el poder popular
Mientras la derecha da profundas muestras de debilidad y división, donde el fascismo es, por ahora, acusado por el sector opositor que intenta mimetizarse de chavista para tratar de pescar en el río revuelto de la fase más crítica de la guerra económica que aseguran traerá más desabastecimiento y desinversión, los críticos de izquierda algunos con razones de peso y otros aprovechando los comentarios de los primeros, se empeñan mayoritariamente en buscar en cada discurso del presidente Maduro y su gabinete, cada decisión, en cada acción y cada nombramiento para descubrir en ellos los rasgos de derecha para atacarlos con contundencia mientras escasean las críticas al verdadero enemigo de la clase trabajadora.
En estos tiempos en que la revolución toma un segundo aire, después de la partida física del comandante supremo Hugo Chávez, con la ofensiva económica lanzada por el gobierno del presidente obrero Nicolas Maduro en su mayoría los críticos de la izquierda e izquierdistas están más ocupados en demostrar que el ajuste cambiario es neo liberal y poco dicen de los métodos que usa el capital para desestabilizar la moneda y con ellos intentar derrotar al gobierno, parece más importante hablar de los perjuicios provocados por el cambio a precio de SICAD de las divisas que de lo excluyente que resulta la venta de dólares solo a los venezolanos que poseen tarjeta de crédito y a los dueños de negocios.
Con la ofensiva económica lanzada para controlar los precios se abrieron importantes brechas para hacer entender al pueblo en general porque la revolución habla de una lucha irreconciliable entre pobre y ricos, desmontando todos los argumentos de los ricos buenos que ayudan a la economía popular al demostrarse que todos juegan con el hambre y la miseria con tal de mantener y aumentar sus aberrantes privilegios conseguidos al explotar a los pobres, no solo por la compra de su mano de obra a precio de gallina flaca sino por las ganancias exorbitantes que están interesados en recibir por lo que esa mano de obra produce. Sin embargo, la izquierda parece más ocupada en las contradicciones lógicas y hasta necesarias debido a la diversidad de criterios que se generan dentro de la clase pobre, la que pretende hacerse del poder.
Así en lugar de contribuir con la discusión crítica en los escenarios verdaderos de construcción del poder popular como en las comunas, consejos comunales, consejos de trabajadores, organizaciones de base, sindicatos, milicias bolivarianas, entre muchos otros, la mayoría se encuentran atrapados en el escenario mediático, tratando de contribuir al debate ideológico en esos espacios a control remoto, sin participar en la acción revolucionaria. Es fácil sentarse en la grada y criticar el pase que falló en el momento oportuno del partido de futbol pero otra cosa muy distinta es estar en donde se bate el cobre, con la presión de contrarios, compañeros y la fanaticada, tomando decisiones importantes e inmediatas bajo estas circunstancias.
Resulta más fácil encontrar una crítica a la discusión del aumento de la gasolina y no a su uso discriminativo y consumista principalmente por quienes poseen carros, a la escasez de papel higiénico o de la leche que a las causas que la provocan, sin señalar a los que banalizan el concepto de patria diciendo tenemos patria pero no tenemos papel pa´ limpiase el , se ataca mas lo reformista que parece la ley de costos y su difícil implementación que a las estrategias que está usando la burguesía desapareciendo los productos para procurar que está medida que le ha ganado simpatía al presidente Maduro fracase y con ellas se derrumbe la esperanza del pueblo pobre en la revolución, son mayoría las que hablan de las reuniones del gobierno con opositores y burgueses empresarios pero muy poco se desenmascara el consumismo como estrategia de dominación de las masas a través de necesidades creadas, de la obsolescencia programada de los productos, las modas, las nuevas tecnologías que son solo retoques cosméticos y de la imposición de modos de vida que nos hacen dependientes de productos y costumbres ajenos a nuestra cultura.
Parece que para algunos camaradas y otros no tan camaradas es más importante detectar las fallas internas del gobierno revolucionario que desenmascarar al capitalismo y su clase burguesa hegemónica e imperialista como enemigo real para poder construir una nueva hegemonía donde las mayorías sean los que determinen el rumbo del país y la manera de relacionarnos a nuestros semejantes, sin opresores ni oprimidos. Esto no quiere decir, que no hay que atacar nuestros errores para poder corregirlos, al contrario, se requiere que se dé en espacios de construcción colectiva acompañados de la acción revolucionaria y de propuestas bien fundamentadas.
El fin de la transición del capitalismo al socialismo solo llegará cuando el pueblo trabajador se haga gobierno ejerciendo su poder constituyente y poniendo a su servicio al poder constituido, derrotando las estructuras burocráticas burguesas desde abajo hacia arriba, es decir, no esperando que un gobierno haga las transformaciones y le ponga todo en bandeja de plata, sino arrebatándole todo su poder con su capacidad organizativa y su conciencia socialista. Este es el espacio donde se requiere todo nuestro esfuerzo crítico para construir desde adentro la nueva hegemonía, aprovechando el apoyo del gobierno revolucionario que crea instancias organizativas y de lucha pero que son huecas si el pueblo trabajador no se las apropia y las pone a su servicio o mejor las transforma para adaptarlas a las necesidades reales determinadas en construcción colectiva mediante la práctica revolucionaria.
El comandante Chávez logró convencer a un pueblo envenenado de anticomunismo, formado con anti valores individualistas y condicionado para querer vivir mejor y ser un consumista irracional, hasta convertirlo en un pueblo conciente de la necesidad de transformar a la sociedad mediante una revolución socialista acompañando en todo momento la crítica mediática al sistema capitalista de una práctica coherente a su discurso del cual se enriquecía. Por ello la crítica no puede limitarse a lo mediático, mas aun cuando la derecha en ese terreno nos lleva una gran ventaja. Solo el enemigo opositor de derecha y defensor del imperialismo burgués ha sido eficiente hasta el presente en utilizar el espacio mediático para destruir cualquier intento de emancipación de los pueblos por lo que en estos espacios es mucho más importante combatir a la derecha para contrarrestar su inmenso poder de convencimiento, ya que apela a siglos de programación cultural capitalista de la que ninguno está exento,
Aprovechemos la constitución bolivariana y todas las leyes existentes para construir la nueva hegemonía, ocupando los espacios, construyendo nuevos espacios de acción revolucionaria, utilizando hábilmente las oportunidades únicas que nos brida el gobierno del presidente Maduro para construir la patria socialista y su propuesta de conformar el nuevo bloque histórico. Llevemos la crítica para ayudar a crear el gobierno comunal, para contribuir con el desarrollo del control obrero de las empresas del estado y de las privadas, a incidir en la creación de una cultura de paz basada en el mandamiento cristiano de amar a tus semejantes como a ti mismo, a adoptar el buen vivir como modo de vida armonioso con la pacha mama y todos los seres vivos que la componen.
Hay que ocupar los espacios de las UBCH que hasta ahora son maquinarias capta votos para convertirlas en espacios de debate y construcción del socialismo, hagamos del polo patriótico un espacio de toma de decisiones colectivas del gobierno mientras el pueblo trabajador logré asumir el rol rector que le corresponde, no se deje escapar el congresos del PSUV como espacio para infiltrar la crítica transformadora que logre sacar del partido su estructura burocrática y arribista.
Camaradas solo unidos venceremos la guerra económica y cultural que se ha desatado y se seguirá desarrollando mientras el pueblo siga avanzando sobre los espacios de poder que posee la burguesía y que solo detendremos cuando esté lo suficientemente maduro para derrotarlos definitivamente. Divididos le fallaremos a Bolívar, a Chávez, a nuestros mártires, a los pueblos que nos ven como su faro guía para la redención.
Esta revolución escogió la única vía que el contexto histórico le permite, la vía de las elecciones por lo que para poder mantenerse en el poder debe seguir ganándolas, así que la crítica debe hacerse en escenarios apropiados que contemplen al tipo de participante que la recibe, de tal manera de que no se ahuyente a todo el que entra al espacio mediático buscando respuestas que le ayuden a justificar su defensa de la revolución y encuentre una ayudita para caer en el juego bien hilvanado de la derecha que se disfraza de popular.
Noel Peralta Barreto
@noellibre