Hay que leer el último comunicado de la OEA sobre el "Compromiso entre Partidos Opositores y CNE", fechado el pasado 28 de noviembre, y observar el bombardeo mediático privado para entender plenamente que la decisión de los partidos de derecha de retirarse de las elecciones parlamentarias obedece a una estrategia golpista diseñada y financiada desde Washington con el objeto de derrocar al presidente democráticamente electo de Venezuela, Hugo Chávez Frías.
La decisión tomada por la derecha no fue un acto de "combustión espontánea", como pretende presentarla Teodoro Petkoff después de haber arremetido con mucha razón contra el liderazgo opositor por tamaño desastre, sino la claudicación de la lucha, por mas golpista - a veces democrática - que haya sido, para sentarse en las faldas de Bush y esperar la intervención extranjera, con lo que se abrirían de par en par, las puertas del infierno en Venezuela.
La administración Bush no ha podido intervenir en Venezuela porque a los ojos de la comunidad internacional, el gobierno de Chávez tiene legitimidad democrática. ¿Y como no va a tenerlo después de haber arrasado en los últimos 8 procesos electorales y a punto de otra abrumadora victoria? En efecto, las victorias del chavismo, elección tras elección, le han cerrado el paso a Washington. Fracasó el 11-A, el sabotaje petrolero, sus guarimbas y atentados terroristas.
La estrategia ahora es simple: atacar la legitimidad democrática del proceso bolivariano para justificar la invasión, ocupación y administración del Estado venezolano para mayor vergüenza de la herencia patriótica y legado histórico de nuestros libertadores.
El mismo domingo 4-D, la oposición dirá que ganó la abstención, para luego desconocer a la nueva Asamblea Nacional, aunque aun queda por ver como hará para no acatar las leyes que de ésta se emanen. Washington tampoco la reconocerá, así como tampoco reconocerá el nuevo gobierno que sea electo en las elecciones presidenciales de 2006.
Los buques de guerra se apostarán en Curazao y los marines prestos a subir desde La Guaria, como añoran los articulistas, analistas y expertos de la oposición en sus medios de comunicación, esperarán que se produzca un Haití, un Ucrania o un Perú para entrar en acción e instalarnos el infierno en todos los hogares venezolanos. En Irak no existía Al-Qaeda y jamás se había producido un atentado suicida hasta su ocupación imperialista que ya tiene mas de 30 mil muertos en su haber. Entonces vendrán las horas de las definiciones, y Petkoff deberá buscar otra excusa para justificar la presencia militar extranjera en Venezuela.
Pero hay otra historia. Hasta las 4:00 de la tarde del jueves 1ro de diciembre, apenas se habían retirado 78 candidatos de un total de 4 mil 53 postulados, y solo 4 partidos habían anunciado no participar de un total de 446 agrupaciones políticas. Quizás sea un buen augurio sobre la conciencia de muchos aspirantes opositores de la provincia desligados de los medios y las garras de la embajada estadounidense.
Sobretodo, hay un pueblo digno que independientemente de su preferencia política, cree en la democracia y está dispuesto a votar para elegir a sus representantes y evitar que la traición y la indignidad humana escriba su propia historia.
(*) Internacionalista