A pocas horas del sufragio

Pareciera a veces que el objetivo es evitar que se reflexioné y que para unos y otros solo exista una salida única y mucho más cuando se escuchan múltiples hipótesis, desde las más increíbles hasta las más inocentes. Los partidos políticos continúan con su estrategia de atosigar al electorado con todo tipo de subterfugios que dan pena ajena, sobre todo cuando descalifican al contrario y llenan las calles con propagandas sin sentido, en vez de enviar a sus postulados a foros y debates en las plazas y en los medios televisivos, que no puedo negar se han dado; unos muy buenos donde el público se ha dado cuenta, a veces con horror y otras con complacencia, la capacidad social e intelectual del dirigente que han puesto en la palestra para representarnos en cargos de dirección, control y mando.

Evitar que se reflexione, es generalmente la estrategia más burda del ignorante para evitar que se pongan en evidencia sus limitaciones y la más utilizada para intentar que no se descubran las fallas, el engaño, la traición, etc., etc. Ejemplo: cuantas veces ha podido usted reflexionar con profundidad sobre la estrategia de la renuncia a participar en las elecciones del 4-D por parte de los mas “renombrados” partidos políticos del oposicionismo (AD, COPEI, P.V., P.J.), tomen en cuenta que se renuncia a una inmunidad parlamentaria y a 7.5 millones mensuales, aunque algunos parece salen jubilados, por representarse así mismo y decidir en conceabulo, sin importarle quienes votaron por ellos aunque en la actualidad muchos no lo saben ya que forman parte de una lista donde los electores no tienen posibilidad de purga y donde la verdad es que la mayoría no elige ni vota por un candidato sino por la tarjeta del partido político.

Mientras que políticamente no hay clemencia en cuanto ha demostrar públicamente los errores, vicios, malos manejos y defectos en los cargos de la cosa públicos, es más es un deber ciudadano hacerlo; descalificar al contrario, saliéndose del ámbito del debate a sido un mal hasta ahora incurable dentro de nuestra dirigencia política y seria interesante reflexionar sobre el comportamiento de algunos candidatos, retirados o no, cuando traspasan los limites del enfrentamiento político para incursionar en la vida privada del contendiente e involucrar hasta la familia de forma indecente o de burla.

Cuando mencioné lo de llenar las calles de propaganda sin sentido me refería ha que después del golpe el país tomó un sendero definido en el que se avanza a pesar de que los detractores de la patria se empeñan en cerrarlo con todos los agravios y armas posibles. A estas alturas después de demostrada la culpabilidad de los oposicionistas en todos los desastres desde el 2001, hasta el presente y viendo como con cada fracaso, por brutos, el llamado de sus máximos dirigentes era respondido cada vez más exiguamente hasta llegar a su máxima escualidez en los últimos tiempos, gastar en una excesiva propaganda electoral contra unos cadáveres políticos no tiene sentido.

Tratando de sacarme de la mente toda la basura que rodea el interesante caso de la renuncia a las elecciones de algunos partidos oposicionistas he podido extraer varias hipótesis que quiero compartir con ustedes:

Para mí, sólo AD y COPEI, que en su momento contaron con el arraigo de muchos seguidores y gracias a eso se turnaron años en el gobierno; cuentan con una razón inobjetable para enterrar el único vestigio que permanece presente en su paso por la historia, sus siglas. Siglas desprestigiadas y nombradas con asco por la mayoría del pueblo que no les perdonará nunca los asesinatos y traiciones del pasado y que se confirmaron desde el 2001, con sus actuaciones contra la Patria y su Pueblo. Por eso no entiendo la estrategia de algunos personeros del Estado, al tratar de rogarles y complacerlos para mantenerlos en escena a menos que sin ellos no habrá a quien echarle la culpa de los retardos e ineficiencia en estos momentos extraordinarios que vive la Patria.

La renuncia de P.V., P.J. y un Nuevo Tiempo, sólo se justifica porque en todo este tiempo no han pasado de ser tendencias locales que no han podido traspasar sus fronteras. La forma de ser de sus dueños ha sido rechazada por otras regiones como Salas Roumer, Carabobo; Manuel Rosales y Arias Cárdenas (¿se cambio?), Zulia; Enrique Mendoza y Julio Borges, Miranda y Capital. Todos ellos tenían oportunidad de colocar uno que otro diputado pero el haber seguido los pasos del golpismo y el fascismo los coloco a la altura de los dos primeros, ganándose lo mismo que los adecos y copeyanos, el desprecio de la mayoría del pueblo venezolano, por eso ante la opción de seguir siendo lechuguinos, cobardes, traicioneros y petimetres, optaron por enterrar sus siglas para también empezar de nuevo.

El resto del oposicionismo, esta conformado por partidos y agrupaciones que no saben distinguir la izquierda de la derecha, y esa desorientación ética e ideológica los invalida para dirigir los caminos de la Patria, por eso no renunciaron a los privilegios como no lo harían muchos de los candidatos del cambio si se les presentara la misma disyuntiva, y puede ser que esta sea la ultima vez que los utilicen en un intento de repetir lo que sucedió en las elecciones de 1952, o lo que ha sucedido en otros países, sin darse cuenta que las condiciones son muy distintas y el pueblo ya no es el mismo. Lamentablemente son pocos los dispuestos a sacrificarse por su pueblo, eso ha quedado demostrado cuando algunos de los diputados actuales se olvidaron de los problemas de sus antiguos compañeros y camaradas, llegados al cargo su aparente combatividad desapareció por encanto y sus esfuerzos fueron pocos para no decir ninguno para adecentar las instituciones donde antes laboraban y construyeron
el liderazgo que sólo sale a relucir cuando andan buscando los votos.

Es tan amarga la realidad sobre la concientización y el ideal revolucionario que el oposicionismo con sus cuatro gatos introdujo un amparo contra la utilización de los “capta huellas” por la presunta amenaza de lesión al derecho al sufragio porque estas podrían contribuir a violar el secreto del voto, cuando eso era casi imposible y podía aumentarse más aun la dificultad para los casos fortuitos de manera que el cerebro que lo intentara sería detenido de inmediato porque estaría cometiendo un grave delito; mientras tanto entre la gran mayoría de lideres bolivarianos, ninguno se atrevió a introducir un amparo para evitar que se eliminara un elemento, que nos aseguraba que no se cometerían los vicios del pasado de votar tantas veces como cedulas tuviera el delincuente en sus manos. Y las instituciones como la Defensoría del Pueblo, tampoco cumplió con su deber de defender lo que un pueblo había aceptado acudiendo a votar en elecciones anteriores, donde se comprobó que se le dio un
alto a los comerciantes de votos.


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Ing. Luis Díaz


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