Me pregunto, que ha dicho el sector empresarial, la iglesia, los pocos voceros de la oposición en la conferencia que no se haya dicho en Aporrea. La diferencia radica en que los Aporreadores no adulamos, decimos verdades y señalamos desviaciones que muchos funcionarios no quieren escuchar. Criticamos duramente, pero siempre acompañando al proceso. Es el mejor aporte al proceso.
No me resulta nada fácil reconocer coincidencia con lo expresado por Lorenzo Mendoza, respecto a lo que se hablaba en la conferencia de paz cuando afirmó "El 95% se lo está llevando la política y el 5% la economía”. Creo que debemos superar la retórica y aterrizar en la cruda realidad de nuestra economía real. Es decir, atender con urgencia el incremento de la producción de bienes y servicios. Pero resulta lamentable que después de lo expresado por el dueño del grupo Polar, y hacer otras afirmaciones dentro de la lógica del capital, se haya abierto un abismo de silencio por parte de nuestros voceros.
La ausencia de una respuesta oportuna a los argumentos expuestos por Lorenzo Mendoza, no puede pasarse inadvertida. Una sola lectura: fragilidad y una débil fortaleza ideológica de nuestros voceros en el área de la producción es evidente, lo cual los inhibió a dar una respuesta contundente. La condición de algunos de ellos los debilita, pues son responsables en alguna medida de carencias en la producción de bienes y servicios en empresas controladas por ellos.
Debimos dejar bien claro cuál es nuestro modelo de producción. Que la propiedad privada tal como lo contempla la constitución, la revolución la respeta. Pero esta propiedad privada, debe estar alineada con el desarrollo integral del país y nunca al servicio de intereses transnacionales que subordinan los pueblos a sus intereses. Que nuestro modelo político respeta la empresa privada con arraigo, que mire hacia adentro, que esté dispuesta a superar nuestras limitaciones tecnológicas y las condiciones que imponen los capitales foráneos a través de licencias y contratos de asistencias tecnológicas.
Debimos también dejar bien claro, que estamos enfrentados al capital privado improductivo, al seudo-empresario. A ese que solo suma como valor de trabajo el armado de una carpeta CADIVI, comprar mercancía barata en el exterior y venderlas en el país al precio mas elevado. Con el agravante, que hoy día la mayoría de importadores incurra en el delito de fuga de capitales a través de la sobrefacturación.
También, se hace necesario la voz de los Aporreadores en las conferencias por la paz. Se debe reflexionar las causas del porqué los Antimidas de la revolución, aquellos que han convertido nuestras industrias en empresas improductivas. Tenemos que señalar los responsables de proyectos que aún luego de transcurrido muchos años, no se han puesto al servicio de la producción de bienes y servicios. Hablemos a puerta cerrada de lo que ocurre en el sector Cementero, la producción de cabillas, los centrales azucareros, la fábrica de bloques Venezolana-Bielorrusa que produciría 25 millones de bloques al año, la Fábrica de Cemento Cerro Azul que produciría 1 millón de ton al año, el Central Azucarero Ezequiel Zamora que produciría 600 ton de azúcar al día, la siderúrgica Abreu de Lima que produciría 1,5 millones de ton año, fábrica de helados Coppelia cuyos gerentes engañaron al presidente Chávez, Lácteos los Andes que con tan buenos productos cubre el mercado nacional, pero con evidentes problemas internos.
Si queremos avanzar, tendremos que predicar con el ejemplo. Necesitamos comenzar por casa, es necesario enviar el mensaje con hechos, y dejar la retórica. Tenemos que dejar atrás ese lenguaje de Ministros y funcionarios expresándose casi siempre de proyectos a futuro, comenzar a hablar de hechos concretos y logros alcanzados. Los logros son muchos, lo repetiré hasta el cansancio “En esta materia son muchos los éxitos alcanzados por la revolución, su omisión solo se debe a una reiterada deficiencia en la política informativa del estado”.
