¿Estamos, o no estamos con la paz?

Nuestra República Bolivariana de Venezuela desde la llegada del Comandante Hugo Chávez Frías al poder, en 1998 y con la aplicación del Poder Constituyente, expresado en la aprobación de una nueva Constitución en el año 1999, comenzó a transitar difíciles caminos, tal como nos lo había advertido el “Comandante Eterno” al señalar:
“Recuerden, compatriotas; esta batalla va a ser muy dura, porque no estamos batallando contra los factores de la oposición política venezolana, no estamos batallando tampoco contra los medios de comunicación; ¡no!, realmente estamos enfrentando al imperio norteamericano”. (Día de la dignidad y la Rebelión Bolivariana, Avda. Bolívar de Caracas, 4 de febrero de 2006).


En los últimos meses, luego del fallecimientodel Comandante Chávez y con la llegada de Nicolás Maduro al Palacio de Miraflores,la oposición parasitaria, al sufrir nuevamente una derrota en las urnas, por parte del pueblovenezolano, volvió a sus andanzas y a demostrar sus verdaderas intenciones.


Es así como activó sus tradicionales métodos violentos, en contra de la paz. Paz que siempre ha caracterizado a nuestro país e incluso, ha sido también escenario para toda una gran mayoría de venezolanos, quienesadversan al Gobierno Revolucionario, pero que gozan de sus derechos constitucionales para convivir en nuestro país.


Para nadie es un secreto, que en Venezuela desde las guerras violentas del siglo XIX y las asonadas del siglo XX - en las aparentes democracias - al menos la mayoría de venezolanos, exceptuando a quienes apostaron a las armas en la década de los 60 y 70 y experimentaron en carne propia, las consecuencias de la violencia armada hasta la conocida “pacificación”. No obstante, no por ello, desapareció la tortura y se dejó de aplicar la desaparición de muchos venezolanos, por las conocidas fuerzas de seguridad de las democracias del “puntofijismo”; barnizadas con un grado de “fascismo solapado”.


Sin embargo, apartando las duras escenas que en muchos de los casos se han superado y se han venido a reivindicar con la justicia, el Gobierno Revolucionarioen nuestro país, ha logrado superar duras pruebas, gracias al liderazgo del Comandante Chávez; quien juntoal Presidente Maduro, han logrado afianzar la Revolución Pacífica, Democrática y Bolivariana.


El avance del proceso revolucionario ha ido despejando viejas deudas sociales, abrazado a un sistema socialista equitativo e inspirado en la igualdad, la confraternidad y la justicia. El mismo,no ha sido aceptado, por una parte de venezolanos,algunos representados en la oposición, que no deja de acariciar los linderos del fascismo y de la violencia, ante la pérdida de algunos de sus intereses que han sidotrastocados por los procesos de transformación que caracterizan a la Revolución Bolivariana.


El reto no ha sido fácil. En la medida que se ha ido fortaleciendo el nuevo sistema económico y social del Gobierno Bolivariano y se han aplicadolas nuevas leyes que apuntan a la justicia social y a la justa distribución de la riqueza,la despiadada burguesía parasitaria ha reaccionado y ha hecho frente, con una oposición aventurera y desconectada cada vez de los verdaderos interesesde la mayoría de venezolanos; sobretodo, de las clases más pobres y excluidas de la sociedad.


Todo ello, se ha debido a que en Venezuela, había sido aprovechada por muchos años, la riqueza del petróleo por una burguesía entrelazada con el imperialismo norteamericano; a quien siempre han servido y que hoy, más que nunca, han visto afectados sus intereses por los cambios adelantados por el Gobierno socialista, liderado por el heredero de Chávez, el Presidente Nicolás Maduro.


Ante este panorama, no resulta para nada extraño que un grupúsculo de tarifados y mercenarios, financiados por una “mano peluda”, hayan emprendido un plan y han generado nuevamente en nuestro país, un intento de golpe de Estado; ahora calificado de “golpe suave”, pero que ya deja traslucir su alta dosis de violencia en algunas calles, avenidas y urbanizaciones de importantes ciudades y municipios del país, así como en Caracas, la ciudad capital.


El ambiente se ha querido trastocar en algunos lugares, pero ya casi han sido controlados. Su efecto se ha tratado de magnificar a través de los medios de comunicación, para crear ante el mundo una matriz de opinión de que los venezolanos nos estamos enfrentando unos contra otros; en un escenario cargado de violencia, pero que tiene como verdadera intención, la de destruir la paz que siempre ha reinado entre los venezolanos; aún con distintas ideas, pero orgullosos de haber nacido en la tierra de Bolívar.
Nuevamente la estabilidad del Estado venezolano ha sido sometida a prueba. Los desestabilizadores se han activado con su habitual grado de violencia y una alta dosis de odio, el cual es inducido, para pretender desequilibrar el estado de derecho y violentar así, la paz que es inherente a la cultura de los venezolanos.
Es por ello que hoy, los nacidos en la Patria de Bolívar, debemos preguntarnos: “¿Estamos, o no estamos con la paz?”.
 



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Marco Tulio Arellano

Jubilado en Pdvsa

 arellanomt@hotmail.com      @Homugria

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