La guerra sigue. Obligado a ceder espacios, el enemigo ha incrementado notablemente su violencia. La ofensiva de calle ha pasado de acción subversiva a insurgencia armada. La ofensiva mediática ha sumado a las falsedades y provocaciones habituales, los delirios de la pregonera trashumante, la aliada más visible del imperio.
El único flanco donde el enfrentamiento burguesía – gobierno/pueblo parece haber bajado de intensidad es el económico. Pero no hay que engañarse, el objetivo central de la guerra declarada por los capos del capital contra el proyecto bolivariano es la apropiación del excedente del negocio petrolero, primer paso para lograr el control de los recursos naturales y mineros de la riquísima región suramericana.
Tal como lo señalara Jesús Farías, ante la coyuntura política y la agudización de los males estructurales de nuestra economía, el gobierno ha tenido que adoptar una serie de medidas puntuales para lograr un nivel de equilibrio económico y recuperar la estabilidad política. Medidas cuestionadas por chavistas y aplaudidas por quienes participan de buena fe en las negociaciones, que previsiblemente serán utilizadas por los empresarios golpistas para intensificar la guerra económica e impedir que el Gobierno disponga de los recursos necesarios para mantener operativas las Misiones.
Especularon y siguen especulando. Evadieron todo control y lo siguen evadiendo. Han obligado al Gobierno a hacer inversiones extraordinarias en seguridad, en la reconstrucción de edificios e instalaciones, en la reposición de equipos y en la reparación de las vías afectadas por actos vandálicos. Por lo cual no es de extrañar que ahora intensifique su ataque contra el presupuesto nacional, aprovechado los resquicios del nuevo sistema cambiario para secar al Estado de dólares.
Andreina Tarazón pidió confianza y paciencia y sabiduría. Tiene razón. Expliquen claramente lo que están haciendo y porque lo están haciendo, suministren la información necesaria y verán como el pueblo organizado no sólo los apoyará sino que los ayudará a combatir la guerra y a impedir su escalamiento a insurgencia económica.