El segundo gran objetivo histórico hace alusión a las formas de construcción del socialismo; el objetivo dice: “Continuar construyendo el socialismo bolivariano del siglo XXI, en Venezuela, como alternativa al sistema destructivo y salvaje del capitalismo y con ello asegurar la mayor suma de felicidad posible, la mayor suma de seguridad social y la mayor suma de estabilidad política para nuestro pueblo”.
La idea es de acelerar el cambio del sistema económico, trascendiendo el modelo rentista petrolero capitalista al modelo económico productivo socialista , dando paso a una sociedad más igualitaria y justa, rumbo al socialismo, sustentado en el rol del Estado Social y Democrático, de Derecho y de Justicia. El fin máximo de esta orientación es avanzar en la plena satisfacción de las necesidades básicas para la vida, como lo es la alimentación, el agua, la electricidad, la vivienda y el hábitat, el transporte público la salud, la educación, la seguridad pública, el acceso a la cultura, la comunicación libre, la ciencia y la tecnología, el deporte, la sana recreación y al trabajo digno, liberado y liberador.
En este sentido es importante comprender, antes que nada, a qué Socialismo hacemos mención; porque puede haber diversas posturas, y las hay, pero el Socialismo necesario es el que ideó y pensó el Presidente Hugo Chávez, por el hecho mismo que su cruzada política la hizo enmarcada hacia ese objetivo de organización de la política nacional. Durante el denominado Socialismo Real de la URSS (1917-1991), se pensó que el Socialismo era la etapa de transición para alcanzar el Comunismo, que es el sistema sin Estado y de autogobierno ideal; el Socialismo de Chávez es en sí mismo un objetivo deseado, final, cuya máxima expresión es la democracia socialista, en términos del economista argentino Claudio Katz (1954).
En el 2005, en una entrevista que concediera Hugo Chávez al periodista chileno Manuel Cabieses, se devela, quizás por primera vez, la concepción ideológica de lo que para Chávez era el Socialismo del Siglo XXI. O “Socialismo a la venezolana”. Expresaba Chávez que el primer elemento que dibuja el Socialismo del siglo XXI, es relación con la práctica política que comenzó en los años 80´del Siglo XX; en el denominado “árbol de las tres raíces”, está el origen ideológico del Socialismo; el aporte de un Simón Bolívar y su planteamiento de igualdad y libertad, y su visión geopolítica de integración de América Latina, como la raíz bolivariana; la raíz zamorana, con las ideas de Ezequiel Zamora, que fue un hombre pragmático, pero que en sus hechos dejó un legado político trascendente que es la unidad entre el pueblo soberano y la casta militar, lo cívico-militar, y la raíz robinsoniana, con el pensamiento de Simón Rodríguez, y su percepción de una educación popular, para la libertad y la igualdad, que es la conciencia del pueblo sobre su papel histórico y radical compromiso de independencia plena. Este “árbol de las tres raíces” da sustancia ideológica al movimiento revolucionario y al Socialismo del siglo XXI.
En este sentido, Chávez denota que el Socialismo del siglo XXI, que se quiere para Venezuela, debe seguir alimentándose ideológicamente; debe dejarse acompañar de las corrientes más auténticas del cristianismo y del pensamiento social latinoamericano. El Socialismo en Venezuela debe de partir, esgrimía Chávez, desde nuestras propias raíces, desde nuestros aborígenes y experiencias: las comunas en Paraguay y Brasil; el socialismo utópico que representó Simón Rodríguez; el planteamiento de Bolívar de libertad e igualdad; los planteamientos de Artigas, el gran uruguayo, de que hay que invertir el orden de la justicia, eliminando los privilegios.
A todas estas, Chávez destaca los elementos que pudieran definir ese Socialismo venezolano: La moral, el socialismo debe defender la ética, la generosidad; la democracia participativa, el socialismo debe promocionar y articular el poder popular, el cual delega todo el poder al pueblo, es necesario un Partido Político que oriente (caso el PSUV) los procesos de trasformación y organice a las comunidades, pero es un Partido subordinado al pueblo; la Igualdad conjugada con la libertad, que en lo social, modela unas relaciones humanas sin privilegios; y el Socialismo Cooperativista y Asociativo, el cual en lo económico propicie un cambio del sistema de funcionamiento metabólico del capital, creando condiciones para la propiedad colectiva, que incluye la banca popular y núcleos de desarrollo endógeno.
El Socialismo del Siglo XXI, a juicio de Chávez, debe ofrece la experiencia del poder popular como la mejor vía para garantizar la participación de millones de ciudadanos, como no lo habían hecho antes en la historia de la nación alguna, en la construcción de sus políticas públicas y en el trabajo cooperativo con la institucionalidad de los gobiernos locales, estadales y nacional. Ese debe ser la tarjeta de presentación de ese Socialismo a continuar: “Socialismo es igual a democracia”, expresara Chávez de manera vehemente.
El Presidente Chávez propuso la necesidad de un “Manifiesto del Socialismo del Siglo XXI”, se han creado algunos papeles de trabajo al respecto, pero el manifiesto como tal aún no ha sido materializado, también porque su redacción requiere de sintetizar buena parte de la experiencia que en Venezuela ha venido dando el Gobierno Bolivariano.
Volviendo a Claudio Katz, en uno de sus escritos acerca de la democracia socialista, el argentino argumentaba en el 2007, que es un “…error mayúsculo desconocer la relevancia actual de la democracia para un proyecto socialista. Este desacierto se comprueba en los planteamientos favorables a la dictadura del proletariado, que eluden caracterizar el futuro régimen político. También es incorrecto identificar la transición post-capitalista con el liderazgo de un partido único, ya que esta organización no puede procesar la heterogeneidad política de las clases populares. Estas conclusiones son importantes para una renovación socialista en Cuba que impida la restauración capitalista. También son relevantes para la discusión que ha suscitado en Venezuela la conformación del nuevo partido socialista… (La) democracia socialista no equipara los organismos surgidos de una sublevación popular con las instituciones post-capitalistas. Reconoce las peculiaridades de la experiencia soviética y promueve la representación indirecta. También recupera el realismo que exhibieron los marxistas clásicos para concebir un sistema político emancipador. Las tensiones entre participación colectiva y desarrollo personal no desaparecerán en una transición socialista, pero se desenvolverán en un marco de principios igualitarios”.
Y finalmente agregaba Katz: “La democracia plena es realizable bajo el socialismo y debe ser reivindicada sin prevenciones ni reservas. La construcción de la nueva sociedad ya no enfrenta limitaciones de recursos materiales. El obstáculo actual es la vigencia de un régimen de explotación, competencia y beneficio, que no tolera la igualdad. La democracia socialista es una opción frente a este sistema y su discusión actual en América Latina concentra las polémicas más fructíferas y apasionantes de nuestra época”.
Acerca de este Socialismo democrático, participativo y protagónico, es que se orienta el segundo gran objetivo histórico, desafiando las fórmulas de la libre competencia y el neoliberalismo salvaje, para imponer nuevos modelos de orientación y reforzamiento, que nos aleje de la dependencia rentista del petróleo y nos acerque a un esquema diversificado de rubros de producción, ampliando mercados y colocando el petróleo y los hidrocarburos al servicio de un programa de industrialización y agro-industria agresivos, que disminuya la tasa de desocupación e incremente mejores condiciones de calidad de vida. Ese es el fin del Socialismo, no el de hacer del Estado una instancia de distribución equitativa de bienes y servicios, de eso no se trata, se trata de un Estado que promueva el trabajo e incremente las condiciones de inversión privada, pero desde el respeto a las leyes y a la equidad, no al falso continuismo de la especulación y la explotación del hombre por el hombre.