Pienso que debemos tomarnos un momento para entendernos en la revolución. Pues todo este esfuerzo por hacer de la revolución un espacio ético de valores lo veo moviéndose inquietamente entre contradicciones.
Debo o estoy obligado a decir, que estamos en una guerra, cuyo origen y causa básica es que la MUD con sus jefes (EEUU y empresarios) no han aceptado la opción de revolución. Es por supuesto una guerra mediática cuyas balas son las mentiras, los alambres de púas colocados en las calles para asesinar, el fuego y las balas reales.
Me han pedido desde el primer plan nacional (PNSB) una nueva ética y estoy plenamente de acuerdo con esa línea con la cual tenemos una deuda. Ser Ético, implica en primer lugar, respetarme a mí mismo como persona y respetar a los que han jugado dentro de este proyecto y contra él.
No espero contradecirme en este mar de angustias y situaciones que me mueven a sentirme incomodo. Pero hay angustias de angustias que cargo haciéndome ruido en mi conciencia. Aunque estamos en una guerra que dije era mediática, he oído un montón de veces de parte de nuestros líderes que los focos de violencia era en 14 municipios, luego 8 y más tarde 4. He oído también, que esos focos de violencia son más fuertes al este de Caracas. Si eso es así, porque así se lo oí a muchos voceros, no me cabe mucho en la cabeza, que siendo esa la realidad porque así me lo han dicho; el gobierno va un dialogo (con el cual estoy de acuerdo) pero esos pequeños focos de violencia nos imponen una agenda y nos imponen además unos interlocutores que riñen con la posición ética que me han querido trasmitir y que es parte sustantiva del nuevo proyecto.
No me cabe en la cabeza, a menos que estemos muy pero muy jodido (peor que cuando abril de 2000 y el 2002), que esta situación de estar muy jodido nos conduzca prácticamente a entrar en un proceso de capitulación y se ese proceso de capitulación no esté llevándose con gente seria y honesta que pueda representar una esperanza en el país. No me cabe en la cabeza, que después de haberme dicho hasta la saciedad, que Capriles con mandar a descargar su arrechera el 14-A porque perdió y no reconoció a la derrota, mandó prácticamente a asesinar a once venezolanos y venezolanas. No me cabe en la Cabeza, a menos que estemos muy pero muy jodido, que sea ético sentarme con este especie de autor intelectual de once venezolanos y venezolanas que perdieron la vida por la orden que dio.
No me cabe en la cabeza que en estos más o menos 60 días, contados desde la publicación de esta nota hacia atrás, hemos estado reuniéndonos con toda esa gente y nuestra gente (PPT. PCV, GPP, Organizaciones Culturales, Intelectuales) no haya tenido un espacio y un momento para también dejarle oír su voz. No me cabe en la cabeza y hace mucho ruido en la conciencia, que teniendo como bandera el Poder Popular y conociendo que ese Poder Popular, fue el que realmente rompió el golpe del 11-A, no haya sido tomado en cuenta para ver si desea y quiere un dialogo con esta gente y especialmente con este tipo.
Me disculpan, pero ya comienzo a sentirme cómplice de las once muertes pacificas cuyo autor intelectual parece ser Capriles. Me siento cómplice porque verlo ahí sentado en la mesa de diálogo sin aún reconocer a Maduro, es una evidente muestra de debilidad y una muestra de una ética que anda floja.