Hoy que tenemos dos santos nuevos viene a mí un poco de historia

La Santidad no se decreta es un don

Entusiasmado por un documental que vi en el canal de la FAN, me dedique a buscar el libro “Triunfo de la libertad sobre el despotismo” de Juan German Roscio.

Instalado en la lectura de su prólogo me encuentro con que Roscio solo escribió dos obras importantes siendo esta en cuestión de relevancia universal en su momento (y de la que hablare un poco al final de esta nota) Me detengo un momento en el prologo de la edición pues en ella se asegura sin equívoco que este libro fue inspirado indudablemente en el escrito por Roscio en 1811 titulado “Patriotismo de Nirgua y Abuso de los Reyes”.

Buscando entonces el origen de esta obra nos encontramos con que ante la declaración de Independencia el 5 de Julio de 1811 la ciudad de Valencia se insubordina contra la declaración firmada en Caracas. Según Grases, " ... constituyó la primera discordia que tuvo que sofocarse por las armas en el seno del nuevo Estado. En principio la ciudad de Nirgua secundó a través de su Ayuntamiento la resistencia a la emancipación. En Valencia se justificó el movimiento, entre otras cosas, bajo el siguiente argumento: ' ... que en Caracas no había religión; que no se bautizaban los niños; y que estaba preso y herido el M. R. Arzobispo, con otras puerilidades, imposturas y chismes que sostuvieron aquellos mismos que debían por su ministerio averiguar circunspectamente la verdad, y desengañar los pueblos en materia tan importante y delicada'" (Grases l1981], 5, p. 87). Luego de superadas las mentiras con que los seguidores de la monarquía intentaban sofocar la rebelión el 18 de Septiembre de 1811 en la ciudad de Nirgua, los pobladores queman en una plaza el retrato del rey Fernando VII, como acto de adhesión a la Independencia. Roscio narra y exalta el hecho en un ensayo titulado "Patriotismo de Nirgua y abuso de los reyes", publicado en la Gaceta de CaracaJ. Es el primer texto suyo donde comienza a reflexionar contra la "Teología Feudal" que sostenía el derecho divino de autoridad de los reyes y la oposición a la independencia americana. Antes había enviado una comunicación del recién nacido gobierno republicano a la Municipalidad de Nirgua

Comparto aquí un extracto pues es largo:

JUAN GERMÁN ROSCIO

PATRIOTISMO DE NIRGUA Y ABUSO DE LOS REYES

1811

ADVERTENCIA

Una parte del vecindario de Nirgua engañada con las dobles calumnias que inventaron y propagaron contra Caracas en punto de religión varios eclesiásticos regulares y seculares de Valencia, con el designio de subvertir el sagrado sistema de Venezuela, y preparar esta Provincia a los tiros napoleónicos, bajo el ominoso nombre de Fernando VII, había adolecido de este mal cerca de tres días: pero, desengañada por la ilustración y patriotismo de su vecina la ciudad de San Felipe, volvió al camino de la verdad, jura su independencia con demostraciones muy distinguidas, y, comunicándolo al Gobierno por medio de su Ayuntamiento, obtuvo la siguiente contestación:

Ya se había librado a US. la orden de 11 del corriente para que informase al supremo poder ejecutivo sobre la conducta que hubiese observado en consecuencia del cisma abortado en Valencia por la intriga, los embustes y perfidia de los enemigos de la libertad de Venezuela y de toda la América cuando, por mano de su diputado en congreso, recibió S. A. el testimonio de la acta del día 2 que comprende el por menor de las ocurrencias. Por ella se califica la prudencia con que usted evadió el peligro, y la sublimidad de sentimientos que manifestó, arrojando en una hoguera en esa plaza pública el retrato y armas de Fernando, el hijo de María Luisa, y el pendón que, como monumentos de ignominia y servidumbre, permanecían en la sala de ese cuerpo capitular, depositados por transmisión de nuestros progenitores fascinados con la idolatría que se tributa a los reyes, apoyada y propagada de generación en generación, por el monopolio que éstos tenían con varios eclesiásticos que, abusando de su ministerio y de las santas Escrituras, empeñaban su palabra en mantener la ilusión en los pueblos para que no se instruyesen del vicioso origen de los reyes, langostas del género humano que tanto ha gemido bajo su sanguinario cetro de hierro, empuñado por lo común sin otro título que el de la fuerza y usurpación.

Piensan muchos ignorantes que el vivir sin rey es un pecado y este pensamiento, fomentado por los tiranos y sus aduladores, se ha hecho tan común, que para definir el vulgo a un hombre malvado suele decir que vive sin rey y sin ley. Sin ley, es verdad, nadie puede vivir, porque está impresa en el corazón de todos los hombres por el Autor de la Naturaleza, y sería un monstruo cualquiera que viviese sin ella; pero sin rey cualquiera puede y debe vivir, porque es un gobierno pésimo, nacido casi siempre de la violencia y del fraude, fomentado por el fanatismo y la superstición y transmitido por esta vía desde el gentilismo hasta nuestros días.

Sin rey vivieron nuestros primeros padres; sin rey vivieron sus descendientes antes del Diluvio; sin rey vivieron los de la familia de Noé y toda su posteridad más de doscientos años después del Diluvio, y vivieron con menos males que los que sobrevivieron a la aparición de los reyes; sin rey vivieron las repúblicas de la antigua Grecia y entonces florecieron en ellas las virtudes, las artes y las ciencias; sin rey vivieron los romanos más de 500 años, desde la muerte de los Tarquinos hasta la usurpación de César, Lépido, Marco Antonio y Octavio, o hasta la batalla de Accio: más de cinco siglos vivieron republicanamente y entonces fueron tantas las virtudes del pueblo romano, que a ellas atribuía San Agustín la gloria y grandeza de su república, la extensión y los triunfos de sus armas. Sin rey vivieron otras muchas repúblicas modernas, y sin rey vive la primera que recobró su independencia y libertad en este Nuevo Mundo; sin rey vivió Abraham y su sobrino Loth; sin rey vivió su numerosa descendencia más de 800 años, hasta que su ingratitud mereció ser castigada con el gobierno de los reyes en tiempo de Samuel. Ninguno más que este profeta sabía la viciosa conducta de los reyes: él la refiere en un discurso excelente y acomodado a las cortes de nuestros tiempos, cuyos desórdenes son los mismos que entonces manifestaba el divino Samuel, transmitidos por desgracia hasta nosotros y derivados todos de la idolatría.

Dios no crió reyes ni emperadores, sino hombres hechos a imagen y semejanza suya. Pecó el hombre, y su pecado trajo sobre sí y sobre su posteridad la muerte y todo género de penas. La tierra por todas partes producía abrojos y espinas para vengar la prevaricación de Adán; pero la divina Justicia rehusaba castigar su desorden primitivo con el gobierno monárquico: fue menester que otra ingratitud del pueblo escogido exigiese el azote de los reyes bajo la sombra de la idolatría.

Aunque pecó el hombre quedó siempre ilesa su voluntad y libre albedrío para establecer el gobierno que fuese más conveniente a su felicidad, y de esta fuente nace el derecho que tienen los pueblos para quitar, alterar o reformar el gobierno establecido cuando así lo exige la salud pública, y el convencimiento de ser establecido para servir, no para dominar a los hombres; para hacerlos felices, no para abatirlos; para conservar su vida, su libertad y sus propiedades, no para oprimirles ni sustraerles sus fueros sagrados e imprescriptibles.”

El gobierno republicano fue el primero porque es más conforme a la naturaleza del hombre. Antes del Diluvio y mucho tiempo después, se conservó el gobierno popular, se conservaron las repúblicas, y no conocían ni monarquías ni aristocracias. Aún no había llegado a tanto grado la codicia y ambición, que un solo hombre aspirase a enseñorearse de sus semejantes, a esclavizarlos y venderlos como ganado o mercancía. Aún no eran conocidas entre los hombres aquellas alteraciones que posteriormente sirvieron de pretexto a la clasificación de los individuos de la especie humana. La uniformidad de color y otros accidentes sostenían el sistema republicano entre los descendientes de Adán y de Noé.” (Fin de la cita)

En este escrito Roscio justifica la supremacía del pueblo sobre el rey invocando la igualdad de los seres humanos como hijos de Dios y explica de manera teológica su teoría. Este documento fue proscrito por la iglesia y cuando se pierde la Primera Republica, tras la capitulación de Miranda, es ordenada su quema y prohibida su lectura. Roscio fue enviado prisionero a una cárcel de Ceuta (posesión española en el norte de África) “Presento a V. M. esos ocho monstruos, origen y raíz primitiva de todos los males de América. Que se confundan delante del trono de V. M, y que reciban el castigo que merecen sus crímenes. Dios guarde a V. M. muchos años. Caracas, 14 de agosto de 1812. Señor. Domingo Monteverde". Los demás “monstruos” que acompañaban a Roscio a ese penoso presidio, eran Juan Paz y Castillo, Francisco Isnardi, José Joaquín Cortés de Madariaga, José Barona, Juan Pablo Ayala, José Mires y Manuel Ruiz.

Después de estar prisioneros en Cádiz, por servir a la patria y motejados de monstruos, son trasladados a las mazmorras del Ceuta, al norte de África, donde logra fugarse, junto a Francisco Isnardi y el padre Madariaga; son recapturados y devueltos a Cádiz.

Por presiones inglesas obtienen la libertad en 1816. Viaja por Estados Unidos donde se encuentra que su escrito “Patriotismo de Nirgua y Abuso de los Reyes” era conocido lo cual lo indujo a escribir “El triunfo de la libertad sobre el despotismo” Donde desarrolla un análisis bíblico sobre la importancia de la libertad y la independencia por mandato divino en contra de lo establecido por la corona española con su monarca absoluto y divino.

Nirgua siempre ha sido y será motivo de lucha patria, en ella se desarrollo la primera rebelión de esclavos que se conoce en la historia de la humanidad y en ella viven hoy los nirgueños herederos de ese pasado histórico que parece haber sido sepultado en Santa Marta en 1830 o peor aun en la Cosiata del mismo año.

Sobre el libro “Triunfo de la Libertad sobre el Despotismo” puedo decir que siendo o no leído por los impulsadores de la teología de la liberación igualmente se podría decir que aquí en Venezuela 200 años antes de que se planteara esa idea ya Juan German Roscio la había expuesto con toda su fuerza. Hasta pareciera que en el concilio Vaticano II hubiesen estudiado a Roscio y su tesis de la religión social y socialista.

Hoy por cierto hay dos santos nuevos en la Iglesia Católica ambos opositores de la teología de la liberación y los dos papas actuales completan el cuarteto de detractores de dicha doctrina que acerca al hombre al verdadero Dios, al verdadero Cristo y aleja a los demonios que administran la fe en nombre de Dios.

Hoy hay dos nuevos santos cuya fuerza no impedirán que los viejos sigan haciendo milagros, Ojala San Juan Pablo II sea inspirado por esta distinción decretada por el Papa Francisco y se dedique desde el infinito a enmendar sus errores terrenales, Ojala los pedófilos que protegió durante su papado se arrodillen ante el nuevo santo y le salgan llagas franciscanas en sus miembros (todos), Ojala los asesinos de Juan Pablo I obtengan el perdón divino ayudados por el nuevo santo que los protegió durante su papado al igual que los miembros de las logias P2 y la banca ambrosiana junto a las mafias del entonces cardenal de Chicago, quien se salvo del castigo terrenal al ser enclaustrado y protegido por el nuevo santo cuando solo era Papa.

Ojala el papa Ratzinger, heredero de los pecados de San Juan Pablo II logre el perdón divino que busca en su encierro y reconozca la importancia de la teología de la liberación no solo para la América Latina sino ya para el mundo.

Ojala el Papa Francisco, logre a través del nuevo santo el perdón a sus pecados cometidos en la muerte y desaparición de sus compañeros Jesuitas en su Argentina de la dictadura y ojala el papado lo ayude a enmendar sus pasos, como aparentemente está haciendo.

En Fin creo que Juan German Roscio sale una vez de su tumba con su “Triunfo de la libertad sobre el despotismo” ante este nuevo absurdo del Vaticano.

Seguiremos esperando que la misericordia de los hombres recaiga sobre el venerable Jose Gregorio Hernandez y el vaticano reconozca sus meritos.

La Santidad no se decreta es un don.

 



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Oscar Jiménez


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