“Revolución es sentido del momento histórico; es cambiar todo lo que debe ser cambiado; es igualdad y libertad plenas; es ser tratado y tratar a los demás como seres humanos; es emanciparnos por nosotros mismos y con nuestros propios esfuerzos; es desafiar poderosas fuerzas dominantes dentro y fuera del ámbito social y nacional; es defender los valores en los que se cree al precio de cualquier sacrificio; es modestia, desinterés, altruismo, solidaridad y heroísmo; es luchar con audacia, inteligencia y realismo; es no mentir jamás ni violar principios éticos; es convicción profunda de que no existe fuerza en el mundo capaz de aplastar la fuerza de la verdad y las ideas. Revolución es unidad, es independencia, es luchar por nuestros sueños de justicia para Cuba y para el mundo, que es la base de nuestro patriotismo, nuestro socialismo y nuestro internacionalismo”. Fidel Castro Ruz
A propósito de la celebración del Día Internacional del Trabajador, un 1º de mayo, es bueno recordar lo dicho por el Comandante cubano y líder de la Revolución Latinoamericana Fidel Castro, precisamente un 1º de mayo del año 2000 en La Habana, cuando se efectuó una extraordinaria concentración de trabajadores cubanos y latinoamericanos en tan importante fecha.
En Venezuela, luego del proceso iniciado en 1998 con el triunfo del Comandante Chávez a la Presidencia de la República, es bueno también hacer notar que el sello de este proceso que vive nuestro país, precisamente se consumó un 4 de febrero de 1992.
Luego de 15 años de haber tomado las riendas de nuestro país la Revolución Bolivariana, hoy en manos del Presidente Nicolás Maduro, hijo de Chávez, muestra resultados que no se pueden ocultar y los momentos difíciles de la Revolución venezolana, no han pasado en vano, porque la madurez política del pueblo ha ido echando raíces y además, sembrando conciencia en la clase trabajadora.
Los que apostaban a que luego de la muerte de Chávez se derrumbaría la Revolución Bolivariana, hoy deben estar cabezones y atrincherados porque se han encontrado con un muro infranqueable y un pueblo unido, el cual cada vez más asume su papel, en una democracia participativa y protagónica.
La Revolución pacífica pero armada, que tanto anunciaba el Presidente y “Comandante Supremo” para el destino de Venezuela, ya es indetenible.
Luego de varios intentos de la oligarquía criolla y del Imperialismo norteamericano por ver frustrado este sueño en la Patria de Bolívar, se ha encontrado con una roca indestructible y un camino único para la conquista de la “Patria Bonita”, la cual soñaron nuestros libertadores y que tanto cantara el inolvidable juglar del pueblo, el “cantor mayor” Alí Primera.
Son muchos los esfuerzos que han ido macerando la marcha de la experiencia venezolana, hoy un ejemplo y modelo a seguir por los pueblos de Latinoamérica y del mundo. Los guiones y planes aplicados por el imperialismo para destruir la Revolución venezolana han sido en vano y derrotados.
La salida que encontró eco en el corazón de la Patria y en lo más hondo del sentimiento del pueblo, es hoy un caudal de sueños hechos realidad. Luego de experimentar duras pruebas e intentos de golpe, guarimbas y muertes selectivas en las filas de la Revolución; la conciencia, la fortaleza y el espíritu creador y revolucionario del pueblo quedó ratificado este 1º de mayo, “Día del Trabajador”.
El sentido histórico al que hizo alusión Fidel y su espíritu de cambio que lo orienta desde la llegada de Chávez, se sembró desde la raíz en el Estado Socialista Bolivariano de Venezuela y se ha convertido en una verdad para el mundo, desde el cielo a la tierra.
Ya la utopía se ha derrumbado porque la Revolución Bolivariana está condimentada con valores, inspirados en la lucha con audacia, inteligencia y realismo, como lo señaló el Comandante cubano al definir lo que es una Revolución.
Hoy cuando los trabajadores, campesinos, estudiantes, obreros junto a la Fuerza Armada Bolivariana, como un solo hombre, gritan orgullosos “estamos dispuestos a dar la vida por la Revolución “; el liderazgo del Presidente Nicolás Maduro se consolida, no solamente porque fue un acierto del Presidente Chávez, al designarlo como su sucesor, sino por su tesón y constancia por cumplir las enseñanzas de su padre; como el mismo lo ha señalado una y mil veces a su pueblo, en su condición de Presidente Obrero.
El futuro de la Revolución venezolana está garantizado. Los ecos que retumban desde la despedida y desde aquel llamado de Chávez ante la luna llena, hoy tienen más sentido que nunca y retumban en el alma de los oídos de los excluidos y en todos los hijos de la Revolución como su lema: “Unidad, lucha, batalla y victoria”... ¡Venceremos…!