En esta última entrega, de un análisis que se sigue escribiendo ante la dinámica del tiempo, se cierra un primer avance acerca del sentid y lógica del Plan de la Patria. El logro del segundo gran objetivo, requiere de estrategias que activen el cuerpo de acción contenido en la Constitución Bolivariana de Venezuela, delineando el nuevo Estado Social y Democrático, de Derecho y de Justicia, mediante la consolidación y expansión del poder popular a través de las Misiones y Grandes Misiones Socialistas y el autogobierno en poblaciones y territorios específicos conformados como Comunas, entre otras políticas.
El propio Presidente Hugo Chávez, según argumenta Ojeda (2013), en su momento, delineó el camino que deberíamos seguir para la materialización de un modelo de Estado Socialista. Partió de la idea de que se debía rescatar la Soberanía Comunal como paso fundamental en la Consolidación del Estado, es decir, la “soberanía comunal”, o Gobierno Comunal, como el ejercicio de todas la acciones inherentes al análisis, la planificación y ejecución a través de Planes Endógenos Comunales, de las políticas dirigidas al Desarrollo Integral de la Comuna, a través de un proceso intercomplementario, que articule, unifique y racionalice todos los esfuerzos, iniciativas y recursos que, de manera fragmentada, existen en el ámbito geográfico de la Comuna y los dirija al logro del Desarrollo Integral (al bienestar) de la población.
En otro aspecto, se hace fundamental articular los procesos de organización y funcionamiento social, que permitan albergar la diversidad de factores que sostienen la dinámica de desarrollo, asignando comportamientos específicos a cada uno de los estamentos de esta organización: partiendo de lo microsectorial (la escalera, el callejón o la calle de una comunidad o un piso o nivel del edificio de una urbanización), pasando por lo subsectorial (conjunto de microsectores), lo sectorial (conjunto de subsectores), lo Comunal (conjunto de sectores), lo local o municipal (conjunto de comunas) lo regional (conjunto de municipios) y lo nacional (conjunto de regiones), la relación de los fenómenos que rigen el comportamiento de estos estamentos, irán variando según la escala.
La Soberanía Comunal, es la expresión de un conjunto de relaciones propias de un Estado Socialista Real, pero adecuado a los estamentos anteriormente descritos, lo cual garantiza el desarrollo del tejido social que ha sustentar la consolidación del Socialismo.
En otro aspecto, reitera Ojeda (Ob.Cit.), es necesario activar los Planes Endógenos de Desarrollo integral y Gestión Comunal, cuyo alcance es la Investigación, Comprensión, Construcción y Sistematización Colectiva, desde el cual se desarrollen los niveles iníciales de funcionamiento de un tejido productivo a ser construido y promovido; las Comunas deben ser potencialmente autosustentables (autogestionarias) articuladas en una red intercomplementario que funcione desde una lógica Heterogestionaria (Gobierno Comunales-Gobierno Comunales, Gobierno Comunal-Gobierno Local, Gobierno Comunal-Gobierno Regional, Gobierno Comunal-Gobierno Nacional, así como a las distintas Instituciones del Estado e incluso del sector privado) que coordine las instancias de gobierno de los distintos ámbitos territoriales inherentes a la división política del país (comunal, Parroquial, Municipal, Estadal y Nacional) propiciando, un proceso de control de gestión (cogestión) basados en la integración y la ejecución de los Planes Endógenos de Desarrollo integral y Gestión Comunal.
En otro aspecto, es necesario impulsar el Intercambio Polivalente y la Equivalencia Productiva, entendiendo por polivalente el hecho de que se converjan varios tipos de sistemas de valoración o asignación de valor a lo producido, desde el uso del dinero hasta la implementación de sistemas de asignación de cuotas de producción en función de los requerimientos de abastecimiento y cuotas de abastecimiento en función de las posibilidades productivas. El intercambio polivalente no descarta del todo, el uso sistemas intermediarios de intercambio equivalente (dinero o sistemas similares) destinando su uso sólo para las operaciones cuyos procesos de intercambios, así lo requieran, pero sí privilegia el surgimiento de sistemas de intercambios donde las necesidades de consumo puedan ser resueltas por la equivalencia productiva del sujeto, de la Familia, de la Comunidad, del Municipio, de la Región o de la Nación.
Es ante esto que se necesita, argumenta reitera Ojeda (Ob.Cit.), la deconstrucción de las barreras comunicacionales que impiden el desarrollo de procesos de comprensión y construcción colectiva de los conocimientos necesarios para el logro del accionar común o conjunto. Por otro lado, se hace necesario desarrollar las herramientas pertinentes de investigación que permita, partiendo de la sistematización de los conocimientos previos, visualizar y sistematizar los recursos que posee la Comuna así como sus necesidades y carencias, articulándolos con los procesos de intervención que las distintas instituciones del Estado aplican en la Comuna, así como los financiamientos aprobados o por aprobar, fuentes de financiamientos, planes gubernamentales susceptibles de ser aplicados en la Comuna, convenios, entre otras.
La tarea es articular un proceso que bien aplicado tenderá a expandirse y a irse articulando en una Red Comunal que permita su consolidación y continuo crecimiento, a través de procesos de articulación productiva intercomplementario, desde los cuales se generen los flujos de intercambio polivalentes que den vida a una nueva realidad.
En otro orden de ideas, el tercer gran objetivo histórico dice: “Convertir a Venezuela en una gran potencia en lo social, económico y lo político, dentro de la Gran Potencia Naciente de América Latina y el Caribe, que garanticen la conformación de una zona de paz en Nuestra América”. El objetico cuenta con cuatro objetivos nacionales y veintinueve objetivos estratégico-generales.
El fin último de este tercer gran objetivo histórico, y de sus objetivos nacionales y estratégico-generales, es conformar en América Latina y el Caribe una gran potencia. En esa dirección el objetivo comienza planteando que no sería posible si no logramos consolidar el primero, que es la independencia nacional, si no logramos continuar construyendo el segundo, el proyecto socialista; sólo por ese camino podremos convertir a Venezuela en un verdadero país potencia en esta parte del mundo Más allá, esta propuesta histórica incluye el objetivo estratégico de desarrollar el poderío económico nacional, aprovechando de manera óptima, las potencialidades que ofrecen nuestros recursos. El objetivo propone ampliar el poderío militar, para la defensa de la Patria, fortaleciendo la industria militar venezolana y profundizando en la nueva doctrina militar bolivariana y el desarrollo geopolítico nacional.
A todas estas, es un objetivo que implica el compromiso de seguir desempeñando una función protagónica en el proceso de construcción de la unidad latinoamericana y caribeña; impulsando la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) y Petrocaribe, e igualmente, dinamizando los nuevos espacios regionales: la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) y la Comunidad de Estados Latino Americanos y Caribeños (CELAC).
En cuanto a la consolidación del papel de Venezuela como potencia energética, donde el petróleo es el producto por excelencia, es necesario ir creando una palanca de desarrollo industrial alternativo que permita convertir al país en un centro mundial de refinación y una potencia petroquímica, dando garantía a la defensa de nuestra soberanía nacional; sin embargo, no hay que olvidar que la riqueza de hidrocarburos siempre estará amenazada, siendo la mejor defensa, el desarrollo de la riqueza, en cuanto a todas sus fases, dentro y fuera del territorio nacional, así como el impulso al sector hidroeléctrico, distinguido en dos dimensiones: incrementar la capacidad de generación de energía hidroeléctrica, aprovechando otros recursos en el cual poseemos ventajas como el gas; y fortalecer y desarrollar la ampliación y distribución de la energía eléctrica. Hay, definitivamente que acelerar la siembra de petróleo, hacia la generación térmica de energía eléctrica adicional con base en el gas y otras fuentes de energías alternativas.
Por su parte, el cuarto gran objetivo histórico que dice: “Contribuir al desarrollo de una nueva geopolítica internacional en la cual tome cuerpo el mundo multicéntrico y pluripolar que permita lograr el equilibrio del universo y garantizar la paz planetaria en el planeta”. El objetivo cuenta con cuatro objetivos nacionales y diecinueve objetivos estratégico-generales. El planteamiento del objetivo gravita en la idea de seguir transitando el camino a la búsqueda de un mundo multicéntrico y pluripolar sin dominación imperial y con el respeto irrestricto a la autodeterminación de los pueblos. Este objetivo histórico plantea la necesidad de seguir sumando esfuerzos para desmontar el sistema neocolonial de dominación imperial, eliminando o reduciendo a niveles no vitales el relacionamiento económico y tecnológico de nuestro país con los centros imperiales de dominación, entre otros propósitos. La denominada nueva geopolítica internacional busca rescatar la causa de la lucha antiimperialista, desahuciada por muchos teóricos que cuestionan incluso el concepto de imperialismo en la posmodernidad. La estigmatización por la recuperación de la idea, ha venido liderando una tendencia mundial opuesta a la resignación de un mundo unipolar, con Estados Unidos de Norteamérica a la cabeza, cercenando el derecho que tienen los pueblos a la autodeterminación. El mundo multicéntrico y pluripolar, que cuestiona el poder injerencista y guerrerista de los países desarrollados, reivindica el derecho a la diversidad de relaciones económicas y políticas de los pueblos latinoamericanos. La República Bolivariana de Venezuela se ha desvinculado de esos imperios y ha roto con la dependencia de Estados Unidos de Norteamérica, estableciendo sólidos nexos comerciales y políticos con potencias alternativas como China, Rusia, Irán y Brasil; al mismo tiempo, se ha recuperado el liderazgo en la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), iniciando un camino de diversificación en las exportaciones.
El quinto gran objetivo histórico, dice: “Contribuir con la preservación de la vida en el planeta y la salvación de la especie humana”. El objetivo cuenta con cuatro objetivos nacionales y diecisiete objetivos estratégico-generales, se refieren a la necesidad de construir un modelo económico productivo eco-socialista, basado en una relación armónica entre el hombre y la naturaleza, que garantice el uso, el aprovechamiento racional y óptimo de los recursos naturales, respetando los procesos y ciclos de la naturaleza. En tal sentido, es necesario ratificar la defensa de la soberanía del Estado venezolano sobre los recursos naturales vitales. Este quinto objetivo, convoca a sumar esfuerzos para impulsar un movimiento de carácter mundial, con la finalidad de contener las causas y de revertir los efectos del cambio climático, que ocurren como consecuencia del modelo capitalista depredador. El objetivo plantea una meta altruista, asumiendo la defensa del Protocolo de Kyoto, la defensa del acceso al agua potable como un derecho humano y la lucha contra la mercantilización de la naturaleza. Se aboga por un sistema productivo en una “ética transformadora del modelo económico socialista”, defendiendo “la difusión en los medios de comunicación masivos, públicos y privados de los contenidos históricos, culturales, populares, tradicionales y de nueva producción”. La idea de contribuir con la preservación de la vida en el planeta y la salvación de la especie humana, pasa por la necesidad de impulsar el modelo económico productivo eco-socialista (basado en una relación armónica entre el hombre y la naturaleza), que garantice el uso y aprovechamiento racional, óptimo y sostenible de los recursos naturales, respetando los procesos y ciclos de la naturaleza.
Es un objetivo que busca proteger y defender la soberanía permanente del Estado sobre los recursos naturales para el beneficio supremo de nuestro Pueblo, así como el patrimonio histórico y cultural venezolano y nuestro americano, siendo parte activa de los movimientos que a nivel mundial abogan por contener las causas y reparar los efectos del cambio climático que ocurren como consecuencia del modelo capitalista.