Integración y elecciones
BOLIVIA Y VENEZUELA: UN 2006 MOVIDITO
Francisco J. Torres
04-01-06
No tengo dudas y creo que nadie las tiene, que el año 2006 será en Latinoamérica y especialmente Venezuela, un año movidito. En lo que respecta a Latinoamérica, Evo Morales, nuevo presidente de Bolivia, hizo su declaración de principios inmediatamente después del triunfo electoral, exigiendo respeto para la soberanía y autodeterminación de su país, al denunciar la ingerencia notoria del gobierno estadounidense en los asuntos internos de Bolivia, además de acusar al país norteamericano de ser el único país terrorista en el mundo.
También dio a conocer la política de su gobierno con respecto a la producción de coca, factor de relevante importancia económica, al ser materia prima de importancia para los laboratorios médicos y para la Coca Cola y que junto al gas, será el caballo de batalla para elevar los ingresos de su país, que a la larga coadyuvarán a combatir la pobreza y la injusticia social. También resaltó su disposición a combatir el narcotráfico, como respuestas a los que han puesto el grito en el cielo, ante la nueva política cocalera.
El hecho que su primera visita haya sido a Cuba, como comienzo de un largo periplo a Europa, Asia y África, ha levantado ronchas y propiciará ataques desde la derecha imperialista. Se repetirá la historia de campañas mediáticas desde el norte, tratando como hicieron y aún hacen con Chávez, desprestigiar a Evo; amanecerá y veremos, pero se estrellarán ante un pueblo cansado de tantos siglos de exclusión, hambre y miseria, que ha despertado del letargo de una larga hibernación en que lo había sumido la oligarquía pro-yanqui boliviana.
Por lo pronto, adelantándose a esas campañas, Lula, Kirchner y Chávez, han anunciado una reunión con Evo para darle respaldo institucional de sus gobiernos y acordar los pasos para el ingreso de Bolivia al MERCOSUR, ejemplo de solidaridad integracionista.
En cuanto a Venezuela, el 2006 será año electoral y vendrá precedido por la campaña oposicionista contra el CNE, propiciada por los factores golpistas que con su estrategia de no presentarse a los eventos comiciales para, de esa manera, no dar evidencias de su escuálido bagaje, tratarán de sembrar la duda de la legitimidad constitucional de Venezuela ante la comunidad internacional. Esto no será sino otra intentona golpista de las que ya nos tienen acostumbrados, como el propiciado entre el 2 y el 4 de Diciembre con la participación de 500 paramilitares colombianos bajo los auspicios de militares venezolanos retirados, que trataron de convencer a algunos capitanes en algunas bases militares, para que se sumaran al golpe mediante añagazas que les hacía creer que el descontento militar era general para que participaran en el levantamiento. Estos datos y otros, como la participación del gobernador Rosales en la asonada, han sido desvelados por Heinz Dieterich el 30-12-05 en Rebelión.
Cómo se puede evidenciar, el enemigo fascista no descansa, ni descansará, por lo que debemos estar siempre alertas por que no pararán hasta ver muerto a Chávez y abortada la revolución bolivariana, por lo que este año está prohibido desperdiciar energías, y como bien dice Martín Guédez en su artículo: “¡Unidad o la revolución se pierde!” no se debe gastar pólvora en zamuros. La unidad es prioritaria en estos momentos y se debe evidenciar con más fuerza en torno a nuestro líder, de cara a su reelección.
Debemos partir de la necesidad estratégica de apabullar, el 3 de Diciembre en las urnas, a la oposición, derrotando su táctica abstencionista que persigue, hipócrita y cínicamente, arrogarse la abstención en su haber, táctica simplista pero que manejada con sadismo goebbeliano, puede hacer daño a aquellas personas que no estén conscientes de ello. Pero para que no quede dudas de la realidad política venezolana en el mundo, aunque no asistan a las elecciones, podrán verse millones en las colas votando, derrotando la abstención, dando ejemplo al mundo de democracia participativa y ganando por goleada para que no haya dudas. Esta camaradas, debe ser la prioridad en los próximo once meses.
Pero durante el año, las acciones del gobierno deben continuar sin parar, profundizándose, sobretodo en los nuevos retos para este año, la construcción de las cien mil viviendas y la nueva Misión Negra Hipólita, que este año reivindicará la justicia social, estrella del Socialismo del Siglo XXI.
Después, continuaremos con la tarea de arreglar, limpiar y pulir todo aquello que obstaculiza y ensucia la revolución y que se resiste a morir, las actitudes egoístas, individualistas y corrompidas que el capitalismo nos quiere legar, sustentándose en aquellos elementos viciados, heredados de la IV República. No es fácil, pues son muchos y como dice Martín, no tenemos suficientes revolucionarios puros, porque siempre la izquierda habíamos sido minoría en el país durante la IV República. Pero cada vez son más los que, combatiendo la oscuridad, encuentran la luz en sus conciencias y empezamos a ser importantes en cantidad y calidad. No cabe duda que la tarea es ardua, pero lo conseguiremos y como nos hemos cansado de repetir, junto a la conciencia revolucionaria y la formación ideológica, debe prevalecer la perseverancia. Paciencia y más paciencia.
Nadie dijo que cambiar el sistema capitalista por uno de justicia social, donde la igualdad, la inclusión y la mentalidad colectiva prevalezca por encima del egoísmo, individualismo y la exclusión, fuera coser y cantar, no tardamos mucho en percatarnos de ello cuando a tres años y un poco más de ser electo Chávez presidente, intentaron derrocarlo, pasando por encima de uno de los pilares en que se sustenta la democracia, como es la elección libre y directa, no les importó la gente que pudiera morir en el intento y no contentos con ello, a los pocos meses volvieron a la carga, terminando por llevarnos a una debacle económica y en los últimos tres años, desde el 2003, no han cesado de intentarlo, sacrificando para ello, nuevas vidas. No, no era fácil, no lo ha sido, ni lo será, pero que tengan muy claro esos vendepatrias, gringos de adopción, cipayos institucionales, que no nos agarrarán mirando para otro lado, vamos a estar con un ojo en el trabajo revolucionario y el otro sobre ellos, siempre de este lado de la barricada, vigilando nuestros sueños, nuestro futuro, el de nuestros hijos y el de nuestros nietos. Siempre con mucho amor, que es el motor que nos mueve en esta batalla.