Seguramente, El Comandante Supremo de La Revolución Bolivariana, ha hecho mucho más por los pueblos del sur, y otro tanto por los pobres del norte, que el papa Juan Pablo II, el polaco Karol Wojtyla, amen de no otorgar por omisión (ni de acto ni de palabra, jamás calló ante ninguna injusticia), pecados como la pederastia, para merecer la canonización, al igual que este, pues su obra, calificada desde la objetividad, aun en el terreno de la espiritualidad, donde se circunscribe la del papa viajero, es mucho más tangible y apreciable; a decir de la FAO con tanta elocuencia, que a su proyecto para la erradicación del hambre en el mundo, lo ha bautizado con su nombre: “Hugo Chávez Frías”. Y es que lo que hizo el prócer caribeño, fue simplemente extraordinario, hacer parecer, como buen revolucionario, que lo mágico maravilloso de los milagros (alimentación, salud, educación, vivienda, dignidad, independencia, paz, patria, etc.), se convirtiera en la expresión de la cotidianidad dentro del devenir de una revolución que ha rescatado la vida de millones de personas de buena parte del mundo, las que hasta no hace nada, permanecían excluidas del disfrute de derechos, por demás primarios. Pero ¡Dios nos guarde! Ni el Comandante, ni sus soldados y soldadas, aspirarían a tan desproporcionada licencia: ¡la de santo! ¡Vastece! (como dicen nuestros malandrines): son suficientes los aperos espirituales con que lo honraron en vida, los chamanes del Abyala. Y, por los vientos que soplan en el norte, El Ciervo de Dios, José Gregorio Hernández, seguirá siendo para El Vaticano, un clandestino. Él deberá librar su propia guerra de independencia, pues en la realidad, hoy está hecho miles, obrando dondequiera haya un enfermo, no solo a través del milagroso sistema de salud pública venezolano y sus médicos comunitarios, sino a través de una poderosa misión milagro que lleva su nombre.
Lo mismo podría decirse de Pepe Mujica, con respecto al Uruguay: ha hecho muchísimo más por el país sureño (de suyo, soportó más de quince crueles años de cautiverio por él), que Joseph Blatter, sin embargo la FIFA puede decidir su retiro del mundial 2014, si comprueba que su gobierno, por demás legítimo, influyó en la renuncia de los directivos de la federación uruguaya de fútbol, los que por razones de interés nacional, deberían estar subordinados al Presidente guerrillero y no al técnico administrador Blatter. Vaya usted a determinar qué clase de poder le proporciona el derecho de acometer con tal intromisión, cuando de esta clase actos lo que se deriva son conflictos de intereses, a todas luces sospechosos. Igual sucede con las transnacionales médicas, mediáticas, informativas, de derechos humanos, deportivas, religiosas, económicas; sustentadas en el ejercicio de una defensa contra el supuesto abuso de los anacrónicos nacionalismos, actuando por sobre el marco constitucional de los países. Suele suceder que en pequeños y medianos países, pobres además, gobiernan de hecho, todas estas ONGs y OSCs con mayor fuerza que los presidentes que ilusoriamente eligieron sus pueblos.
El Comandante en Jefe, Nicolás Maduro, dijo: “Soy un presidente Independiente” sin pretender responder a la tragicómica expresión de la periodista Christrine Amanpour cuando afirmó, en medio de la entrevista que le realizaba: “Trabajo para un medio independiente”. Y es que ha insurgido para el despeje de toda sospecha, un nuevo y quimérico genero profesional: “medios y periodistas independientes”, como si tal cosa fuese posible. En el actual estado de interdependencia ¿Quién puede ser realmente independiente? o ¿Cuál de los dos: Presidente o periodista, posee mayores grados de independencia? Pues bien, el excanciller de la Revolución Bolivariana, se ha ganado el derecho a pertenecer a esa prometedora especie, tras padecer el odio y el desprecio de gente que ni siquiera lo conoce, ni lo ha visto alguna vez ni en pintura. Ha recibido las más terribles amenazas. Ha sido sentenciado no solo a morir de forma terrible, sino que después de ser juzgado por tribunales transnacionales como dictador asesino, criminal de guerra y por delitos de lesa humanidad, será torturado y expuesto al escarnio público para su humillación infinita. Ha sido objeto del ataque mediático mundial más despiadado que ser humano después de Chávez, haya podido soportar. Ha luchado contra las presiones de poderes imperiales en medio de guerras económicas, sicológicas, acciones paramilitares y mercenarias. Le ha visto la fauces al fascismo y ha sentido venir los vientos de la guerra civil hasta los linderos de la patria y los ha aguantado con el despliegue de las banderas de la paz, con la humildad del obrero, con la paciencia del sabio y el temple del líder, al igual que lo hizo su padre.
¿La Amanpour pudiera exhibir lo mismo? Creo que confundió, en su caso, independencia con privilegio, por aquello que comentó acerca de la restricción al acceso a internet o algunas de sus aplicaciones (fotos, videos por ejemplo), a pesar de que acababa de publicar una imagen a través de la red twiter. ¿Por qué supuso que los venezolanos no pueden navegar por el ciberespacio con la libertad que ella disfrutaba en ese momento? Deduzco que pensó que solo ella y algunas personas especiales, disfrutaban, como suele suceder en otras partes del imperio, de tales privilegios. De otra forma no se entiende, a menos que hubiese manifestado en situ, su indignación ante la grotesca diferenciación de la que era objeto.
La primera declaración que dio el nuevo presidente de la televisora publica Tves, Winston Vallenilla, al recibir la referida planta fue: “…el objetivo es convertirlo en un canal competitivo como los canales que tenemos en nuestro país, como Venevisión como Televen”. Por su lado, Jorge Antonio Gómez, el nuevo presidente de la Fundación Villa del Cine, expresó que, mantendrá continuidad de la gestión de la institución: “se han visto los resultados positivos, como por ejemplo el Premio Goya obtenido y otros reconocimientos más…”, “…debemos ir por más durante este año 2014”, haciendo alusión a la flamante cinta ganadora: “Ni tan rosa”. Como vemos, tanto la televisión como el cine, están amarrados no solo a criterios personales, los cuales no significarían estragos peligrosos, si en ellos no brillara la escasez de la audacia creadora, sino al trágico lastre del capitalismo mundial y al rancio gusto español, saltándole por encima, en un país cuyo pueblo se precia en tránsito al socialismo, a los grandes temas nacionales, a sus necesidades culturales, los que en ultima instancia pudieran ser juzgados en Europa, pero que de ninguna manera, debieran convertirse unicamente en el objeto de la estética occidental.
La respuesta a la pregunta que le da título a este texto, nadie la puede responder, ni ellos, ni quienes se las anudan desde el vestuario y la producción, como tampoco la pueden responder quienes la usan casual o protocolarmente, mas allá de dar una respuesta formal, tan superficial como ignorante. No tuve la fortuna de hacerle guardia a las cenizas del Gabo, ni en pensamientos, pero de alguna manera uno se imagina que entre el polvo que fue esparcido entre Colombia y México tras su cremación, va volatizada la corbata que en muchas ocasiones lo acompañó, a pesar de que el irreverente brujo costeño, recibió el Nobel de literatura en liquiliqui. Pero es que hasta el más rebelde de nuestros revolucionarios, ha sucumbido a su esteticismo, como nos lo recordaba otra vez Pepe: “… nos tenemos que vestir como gentleman ingleses porque ese es el traje de la industrialización que se impuso en el mundo y hasta los japoneses tuvieron que abandonar sus quimonos para tener prestigio y nos tuvimos que disfrazar todos de mono con corbata”. Y quizá el único que nos lo pueda responder con conocimiento de causa, sea Evo Morales, quien allá en sus años mozos, se decidió, no solo a ser indio, sino a asumir la jefatura de estos en el continente, y proscribir el lazo occidental de su indumentaria, pues de las imágenes mas extravagantes que se puedan obtener en el batiburrillo colonial, superando lo ridículo de un mico encorbatado, es un indio de corbata y levita.
Así las cosas, entre la injerencia, cada día mas descarada del imperio, de las transnacionales de la filantropía, el capitalismo mundial y de la copiosa ayuda de la colonia que tenemos instalada en nuestro cerebro por más de cinco siglos de dominio cultural, la real emancipación de la ancestral nación, se sigue diluyendo en esfuerzos vacuos, sin ninguna orientación, ni popular ni institucional. Mientras tanto el MPPC se emplea a fondo y tira el resto en lo ordinario y no arrima nada pa el mingo en lo revolucionario.
¡Chávez vive, la lucha sigue!
¡Independencia y Patria Socialista!
¡Viviremos y venceremos!
¡Hasta la victoria siempre!