Comienzo con una declaración casi “utópica” para que no se pierda el sur de mi relato ya que mucho de lo que declararé posteriormente entra en contradicción con la sociedad socialista que sueño. Soy de los que considera que la única sociedad que puede garantizar la vida en armonía con la naturaleza, la paz verdadera entre nuestra especie humana, esa paz que se fundamenta en la igualdad de oportunidades, condiciones, deberes y derechos es una sociedad sin clases sociales, en ese sentido apuesto por una sociedad socialista en todo su carácter y no una disfrazada de socialista en la que conviven bajo acuerdos de “paz” zorros y gallinas porque ante cualquier debilidad del sistema el zorro siempre terminará comiéndose las gallinas y los gallos por arrechos que sean.
Por soñar y luchar por una sociedad socialista me resteo con Maduro, aunque en este momento de profundas negociaciones con los zorros parezca contradictorio. Me resteo con Maduro porque queramos o no, por ahora, él representa el legado de Chávez sin el cual nuestras luchas hubiesen requerido de unos 100 o 200 años para alcanzar el nivel de conciencia que hoy tenemos en apenas 15 años de revolución, abandonar hoy a Maduro implicaría la perdida del poder político para entregárselo a la derecha quien no desperdiciaría la oportunidad para destruir la moral revolucionaria con una explosiva mezcla mediática de mentiras y verdades sobre la corrupción, negligencia, violación de los derechos humanos e incapacidad con que ha “funcionado la revolución” y una persecución incesante y despiadada con métodos fascistas.
Me resteo con Maduro porque entiendo que la coyuntura actual de asedio de la oligarquía nacional e imperial y las dificultades económicas producto del poco desarrollo de la economía socialista, la inexistencia de la soberanía alimentaria y el enorme costo que ha representado el modelo de inclusión social y disminución de las desigualdades, de la gasolinización de los precios “socialistas” de los más importantes bienes y servicios que produce o presta el estado (con precios que le restan sustentabilidad a los proyectos) unido a lo poco que hemos avanzado en construir una organización social capaz de asumir el control social de la producción y distribución de bienes y servicios y de asumir el poder popular a través de los consejos comunales y comunas, no le a quedado otra opción al gobierno que negociar con la derecha aplazando peligrosamente los avances en la construcción socialista o confrontarla sin estar preparados y con altísimas probabilidades de perder pues la débil estructura internacional que ha evitado una intervención extranjera mas feroz se derrumbaría al tener que defender las transformaciones a sangre y fuego, es decir, salirse del camino electoral y constitucional.
Me resteo con maduro porque nuestro máximo líder escogió la vía democrática para construir el socialismo por lo que necesitamos crear conciencia y no imponerla y eso implica la necesidad coyuntural de disminuir el paso, detenerlo y hasta retroceder un paso para corregir errores y luego avanzar dos.
Me resteo con Maduro porque para mantener el apoyo del pueblo chavista está obligado a mantener el camino de la construcción del socialismo y aunque a muchos no les guste la vía que ha escogido, nos permite mayores oportunidades de seguir trabajando para lograr el salto cualitativo en la construcción del hombre nuevo a través de la formación socio-política desde la teoría y la práctica de tal manera que la clase trabajadora se empodere y sea capaz de asumir desde la acción colectiva el control de los medios de producción y distribución de bienes y servicios y el control político de la sociedad. El gobierno desde las estructuras burocráticas capitalistas jamás logrará por la vía democrática construir en verdadero socialismo pero el pueblo si y cuando eso suceda estará también preparado para defenderla con las armas de ser necesario, he allí el papel de las masas.
Me resteo con Maduro porque ser revolucionario es creer hacer posible lo que hoy nos parece imposible, es vivir para trascender mucho mas allá de nuestra brevísima existencia, es tener fe en el poder creador del pueblo, es amar al prójimo como a ti mismo, es ser responsable con las futuras generaciones y lo responsable entre revolucionarios es mantener unido a todo el que rema en la misma dirección aunque nuestras diferencias nos hagan usar distintas herramienta y diferentes ritmos y por ahora no soy capaz de calificar, lo hasta ahora hecho por nuestro presidente, como traición aunque me parece altísimamente riesgoso.
Pero restearse con Maduro no implica dejar de buscar espacios para hacer la critica dura, o dejar de exigir que sean escuchados nuestros planteamientos, o dejar de denunciar los errores y omisiones, o callar de manera cómplice ante las desviaciones cometidas por los “rovolucionarios”, o dejar de abrirnos espacios en la construcción del verdadero poder popular, o dejar de enfrentar con ideas a los reformistas y a los gobernantes burócratas que no creen en el poder popular. En este sentido, me atrevo a exigirle al presidente Maduro que nos explique porque ha disminuido el uso de conceptos claves como poder popular, controlaría social, control obrero, burguesía, lucha de clases y abunda en elogios al capitalista “responsable”, empresarios “patriotas”, si esto obedece a una medida coyuntural, al menos evite confundir al trabajador sobre el verdadero culpable de los males que está sufriendo mi pueblo para que no termine creyendo que con solo un cambio de gobierno es suficiente para resolver su explotación.
Hace unos artículos mandé al carajo a Dieterich por asegurar que Maduro ya había traicionado el legado de Chávez y lo que le quedaba era crear una nueva semántica revolucionaria (http://www.aporrea.org/actualidad/a183554.html), presidente confío en que no me haga pedirle disculpas a ese crítico, en otro artículo acusé a Tobi y a Antonio de desleales al pedir el retiro del apoyo a Maduro por reformista (http://www.aporrea.org/actualidad/a186780.html), ayúdeme a creer que sigo teniendo razón al llamar a la unidad de los revolucionarios incluido usted, presidente no me haga mas difícil convencer a mi familia de que la decisión de haber dejado la vida de un pequeño burgués pichón de empresario petrolero por entregarme a la construcción del socialismo seguirá valiendo la pena.
Presidente que pasó con “comuna o nada”, con el fortalecimiento del poder popular, con socialismo o barbarie, con el objetivo histórico número 2 del plan de la patria, con el control obrero y con el desarrollo de la economía socialista, tengo fe de que se mantiene fiel al legado del comandante Chavez y la construcción de la patria socialista pero no nos deje morir la esperanza y conformarnos con un peor es nada mientras nos dedicamos a construir el poder popular desde abajo, el pueblo pobre que ha resistido los ataques de la derecha y que a demostrado madures en la defensa de la revolución necesita confiar completamente en su liderazgo, para ello requiere estar consciente del ¿Por qué? de los pasos que está dando.