Es tema eterno ese de las relaciones entre los intelectuales y el poder. Sueño vivo por esa anoréxica y nunca probada teoría qué explica al intelectual soplándole al oído al mandatario para ayudarlo a tomar mejores decisiones. Todos sabemos, que a la corta o la larga, el político mandará a la porra al que creyó, por ser intelectual, que lo controlaba.
Apresado por la realidad, decide asaltar la política. Así vemos que sin muchas razones pasan de gestores de las izquierdas mas radicales, a otra bufonada. Descubren que no logran ninguna lealtad de las clases que supone querer representar.
De allí, dan salto mortal con la peregrina idea de transformar su enemigo desde adentro. Parece que no saben de la sagacidad de ellos y de sus aparatos inmunológicos, que de forma inmediata los anulan.
Esta tendencia podemos llamarla de los “adentrados”. Cuyo fin consiste tratar de camalonearse, dentro del cuerpo de los que antes quisieron cambiar o combatir, pero fracasaron. Imagen propia del cine gore de películas de terror que se centra en lo visceral y la violencia. Usan efectos especiales y exceso de sangre artificial que intentan demostrar la vulnerabilidad, fragilidad y debilidad del cuerpo humano y teatralizar cambio de adentro hacia fuera.
Pareciera que no entienden que imposible reconducir esos personajes y menos sus grupos políticos cuyo fines o cuya extravagancia se origina en cunas, muy diferentes a la suya y es casta que no se desvanece, sino que al contrario se endurece mas y mas.
En esta aventura de travestismo el “adentrado” es, engullido por su contrario. Es tan triste su maniobra, que es imposible -ni con lloros- regresar, a su primigenia manada. Al final nadie los acepta ni valora, no son de aquí ni de allá. Para ellos siguen siendo comunistasque no caben en sus casas, a menos que se vuelvan “celebres” y creo, qué, ni así.
Su nueva vida es un limbo operático. Obra entre, picara y dramática. Son un teatro de otra época, aunque, la tentación de los arribistas vuelve a reaparecer, sublimada sobre todo en intelectuales de bajopresupuesto de instrucción. Siempre colocados en la segunda fila a la hora de la foto.
Aunque, hagan maromas, susaristasestán tanbienidentificada que los delata como figuritas bien reseñadas de la izquierda. A pesar de ello, buscan estar cerca del poder. Allí se proponen ilustrar,en fingida maniobra a los políticos, de la derecha con saberes que traen, unos, de la sociología, otros, de la ciencia de lo económico, o también, abrillantados como filósofos que van a disponer de frases para dar lustre a los discursos de sus nuevos mandantes; o,por que no, exponiendo su experiencia del periodismo para mostrarse como analistas de historias pasadas que descubran las fallas de sus antiguos amigos, los marxistas.
De ellos y su vuelo errático y dispensable en el mundo de la derecha, siempre queda algo por decir: por ser formados en los modos analíticos de izquierda, se mercadean como seres que dominan la lógica racionalista muy cargada de capacidad crítica, para descubrir las maniobras comunistas.
Por eso se adentran hacia el social democracia de centro, reformista o progresista. En ese ejercito de neo-colaboracionistas no puede faltar algún ex guerrillero, o antiguobandera roja que “entran” en la cultura de esa mesa de unidad democráticapara motivar e incitar con ideas que permitan renovar la derecha en su lucha “democrática” de nuevo cuño obamérico.
Hay otros que sencillamente se convierten en office-boyde exitosos capitalistas. Se justifican ante su conciencia al expresar que tratan de subvertir – otra banalidad mas- con explicaciones sobre el real devenir de la historia. Es allí donde se les notan mas vivamente las costuras de sus antiguas modas analíticas, a pesar de que ahora, lo haga desde lujosas y tecnologizadas oficinas.
En el espacio de esta nada todo lo han intentado. Paisaje que nos recuerda, algunas de las fosas que cita Dante en su Infierno adonde ubica a los hipócritas. Que llevan aparentes capas doradas que resultan ser de plomo, de manera que los hacen andar inclinados bajo su peso. Se simboliza su falsedad contrastando la apariencia dorada que los hipócritas muestran, con un interior innoble, agobiado por los malos pensamientos. (Tomado de Dante Alighieri)
Alerta Galeano, en Tiempo de camaleones: “nadie ha enseñado tanto a la humanidad como estos humildes animalitos”.