¿Qué fácil es criticar y cuestionar algo cuando se es totalmente ignorante de eso a lo que se cuestiona y crítica? De la Ley del Plan de la Patria (sancionada en diciembre del 2013), se ha dicho de todo; según Gustavo Coronel es un mamotreto que sospecho muy pocos venezolanos han leído, sobre todo los miembros de la oposición. Si lo hubieran leído, las páginas de nuestros diarios y el internet estarían llenos de comentarios críticos sobre un documento tan mal escrito, pretencioso, lleno de mentiras, de objetivos y pronósticos tan divorciados de la realidad, cursi, frecuentemente fraudulento y totalmente anti-democrático; por otro lado los integrantes de la Conferencia Episcopal Venezolana emitieron un documento de rechazo a la conducta del Gobierno nacional en esta crisis y el Plan de la Patria, en abril del 2014. En dicho documento expresaban: que la causa fundamental de la actual crisis es la pretensión del partido oficial y autoridades de la República de implantar el llamado Plan de la Patria, detrás del cual se esconde la promoción de un sistema de gobierno de corte totalitario, que pone en duda su perfil democrático; las restricciones a las libertades ciudadanas, en particular, la de información y opinión; la falta de políticas públicas adecuadas para enfrentar la inseguridad jurídica y ciudadana; los ataques a la producción nacional, que ha conducido a que en nuestro país hoy se haga necesaria la importación de toda clase de productos; la brutal represión de la disidencia política; el intento de pacificación o apaciguamiento por medio de la amenaza, la violencia verbal y la represión física Y recientemente, en una defensa de Tesis de Grado de la UNELLEZ, un Jurado se atrevió a esgrimir que: el Plan de la Patria es un plan inviable y todo cuanto se construya sobre él caerá por su propio peso; carece de indicadores y su orientación va hacia un abismoTodo lo que se haga desde la fundamentación del Plan de la Patria se va por un abismo
Quizás pueda haber un vestigio de racionalidad en estos comentarios; algún sentido común por develar debilidades de un Plan que nació de la experiencia y la necesidad que el Comandante Hugo Chávez (1954-2013), visualizó de la sociedad venezolana en proceso de revolución. Y digo un vestigio de racionalidad tan solo para justificar el deseo o buenas intenciones de sus interlocutores por contribuir con el debate nacional acerca del modelo de país que se está construyendo. Pero cuando esas buenas intenciones comienzan a ser revisadas, se nota un aspecto que opaca cualquier búsqueda de un debate entre iguales: no hay una lectura crítica ni reflexiva sobre el documento Ley Plan de la Patria. Entonces todo lo que pareciera una propuesta para mejorar la articulación de la mencionada Ley, se desvanece, pierde seriedad y se diluye en acciones contradictorias y falsas.
Quienes han leído con seriedad, paciencia y percepción humana, el documento, atinan a encontrar tres elementos que lo hacen viable, pertinente e impulsador del proceso de descentralización multicéntrica en el contexto de las políticas públicas modernas. Uno de los elementos es que como documento Ley parte de juna fundamentación histórica y un oferta de organización política y social para mejorar las condiciones de vida del colectivo; el segundo elemento, es que es un documento que parte de ideas globales y se concentra en estrategias-generales, cuya interpretación y adecuación están legadas a los poderes estadales y locales, donde, partiendo de la realidad del contexto territorial-geográfico, se elaboraran los indicadores correspondientes que hacen posible tener un referente técnico para visualizar la gestión de las distintas acciones y actividades emprendidas para responder a las necesidades de la sociedad; y el tercer elemento, es que es un documento visionario que parte de utopías tópicas, en algunos aspectos de la geopolítica mundial, con la idea punzante de contribuir a la paz y a un nuevo orden internacional basado en la equidad y justicia social.
El documento Ley Plan de la Patria, es un plan estratégico que tiene como responsable de su ejecución a las instituciones del Estado, en especial las enmarcadas en el poder ejecutivo nacional, estadal y municipal; el documento en sí mismo, refleja cuales han de ser las estrategias a seguir en el medio plazo, para orientar las directrices y el comportamiento gubernamental hacia el alcance de satisfacer las necesidades de las clases más necesitadas.
Por tanto, y en contraposición a los diseños de planes estratégicos de organizaciones o entes privados, que tienen su plan orientador y cuantitativo, manifiesto y temporal, la Ley Plan de la Patria, es un documento que está definido en aspectos técnicos que lo validan como un plan viable, factible y operativamente ejecutable en una sociedad determinada; reúne las siguientes características técnicas: Objetivos numéricos y temporales, son válidos los objetivos del tipo maximizar acciones; hay relación de acciones finalistas, es decir, hechos concretos, dependientes de la institucionalidad, y que están encaminados a solucionar una casuística específica de la misma; y por último, es un documento que articula uno o varios planes operativos, a efecto de adecuar las soluciones a la realidad de cada localidad o comunidad.
En una palabra, el Plan de la Patria, cumple las siete etapas de la planificación estratégica, por ende su confección es original y proyectiva, buscando solucionar problemas de la sociedad que permitirían enfocar el proceso de transformación al socialismo en parámetros adecuados para su seguimiento y control. El Plan de la Patria, en síntesis, se compone en general de varias etapas: Etapa 1, de Análisis de la situación, lo que permite conocer la realidad en la cual opera la organización; Etapa 2, Diagnóstico de la situación, que permite conocer las condiciones actuales en las que desempeña la organización, para ello es necesario entender la actual situación; la Etapa 3, es la declaración de objetivos estratégicos-generales, los cuales son los puntos futuros debidamente cuantificables, medibles y reales; la Etapa 4, aborda las estrategias-generales, que responden a la necesidad del Estado y sus instituciones para responder a las necesidades internas y externas de la sociedad, a efecto de poder "jugar" adecuadamente, mediante "fichas" y "jugadas" correctas, en los tiempos y condiciones correctas; la Etapa 5, es ya los Planes de actuación, ejecutados en cada Gobernación o Alcaldía, cuyas pautas integra los objetivos, las políticas y la secuencia de acciones principales de la institucionalidad gubernamental en un todo coherente; la Etapa 6, es de seguimiento, pudiendo controlar la evolución de la aplicación de las estrategias generales; es decir, el seguimiento permite conocer la manera en que se viene aplicando y desarrollando las estrategias y actuaciones del Estado en la Sociedad; para evitar sorpresas finales, que puedan difícilmente ser resarcidas; y por último Etapa 7, la evaluación, que las instituciones estadales y locales, asumen como un proceso que permite medir los resultados, y ver como estos van cumpliendo los objetivos planteados. La evaluación permite hacer un corte en un cierto tiempo y comparar el objetivo planteado con la realidad.
Como se ve, el Plan de la Patria responde a un orden técnico adecuado; a un principio básico de la Planificación que es, desde el punto de vista de diferentes pioneros de la administración, en este caso citando ideas de George Terry, la selección de información y el hacer suposiciones respecto al futuro para formular las actividades necesarias para realizar los objetivos organizacionales. Igualmente se adapta a la percepción de Idalberto Chiavenato de que la planificación es una técnica para minimizar la incertidumbre y dar más consistencia al desempeño de la organización; y a lo expuesto por David Ewing, de que la planificación es en gran medida la tarea de hacer que sucedan cosas que de otro modo no sucedería. Es decir, la planificación es la primera función administrativa porque sirve de base para las demás funciones, y en ello la Ley del Plan de la Patria cumple su rigor de norma rectora de procesos administrativos para la consecución de objetivos definidos que responda a soluciones para el colectivo. La planificación en la Ley del Plan de la Patria, comienza por establecer los objetivos y detallar los planes necesarios para alcanzarlos de la mejor manera posible, determinando donde se pretende llegar, que debe hacerse, cómo, cuándo y en qué orden debe hacerse. Por lo tanto, no es un documento que oriente a un precipicio, sino que sirve de fundación estable a los cauces del proceso de transformación del modelo neoliberal explotador, al modelo socialista y democrático participativo y protagónico. *.-