Digamos la verdad y derrotemos la conspiración

Nos resulta altamente preocupante la situación de deterioro de los logros de la revolución y particularmente en lo atinente a la lucha contra el hambre y la miseria. No es una percepción a priori, sino el resultado del oído en la calle, que nos hace clamar por un cambio de rumbo, por un golpe de timón, como dijera nuestro Comandante Eterno Hugo Rafael Chávez Frías. Es posible que quienes vemos desde afuera la marcha de las políticas económicas del gobierno, caigamos en estados de excesiva inquietud. Pero es que cada vez que oímos de labios de un compatriota de las esferas más necesitadas que casi llorando añora al Comandante y critica severamente a nuestro presidente obrero Nicolás Maduro Moros, quisiéramos que ese reclamo llegara directamente al alto gobierno, para que se tomen las medidas pertinentes, que paren el acelerado empobrecimiento de nuestra clase trabajadora y de las madres de la patria.


No podemos darnos el lujo de intentar ocultar una realidad, con retórica y anuncio de nuevas leyes, que ya tenemos bastante que nadie cumple. Es necesario que el diálogo salga de las esferas de dirigentes políticos y empresariales y baje a las comunidades, para oír lo que opina y sugiere el pueblo con su sabiduría y sus poderes creadores.


Los resultados del diálogo en las mesas de la economía, no son percibidos por nuestra gente de a píe, a quien si llega el veneno de la canalla mediática, nacional e internacional, que ha tendido el cerco comunicacional, más agresivo y criminal que conoce la historia, contra un gobierno y contra la patria. Los representantes de la burguesía importadora y representantes de la oligarquía parasitaria que se sientan en las mesas de diálogo, a defender sus intereses no son ajenos a ese cerco, ni a la guerra de especulación y usura que cada día conduce más al foso de la pobreza crítica a centenares de venezolanos.


Es desesperante ver como se trata de ignorar esta realidad, tratando de ocultarla con discursos optimistas a través de los medios del proceso. No es que pidamos que nuestros dirigentes caigan en el pesimismo, pero si aspiramos a que nos digan la verdad, por dura que sea. Somos un pueblo maduro, con avanzada conciencia y con capacidad para comprender y cerrar filas, rodilla en tierra en defensa del legado del Comandante Eterno Hugo Rafael Chávez Frías, si se nos exponen las razones con verdades meridianas.


Aceptar la realidad, no significa que se pierda eficacia o apoyo, sino que por el contrario fortalece esas dos condiciones, porque un pueblo consciente, informado, es un pueblo con armas para enfrentar las dificultades que se le presenten. Es mejor, que la información veraz y oportuna nos llegue desde las fuentes naturales, oficiales y no que sea manipulada y sesgada a través de la canalla mediática nacional e internacional que busca un jaque mate contra la revolución bolivariana. Este proceso hay que cuidarlo, por representar una real amenaza para la oligarquía universal y prueba de ello son los brotes bolivarianos en Estados Unidos, España y otras partes del viejo continente, que ven en los pueblos suramericanos y caribeños, arropados por la llama bolivariana, un ejemplo a seguir por la libertad y la soberanía de los pueblos del mundo, contra el proyecto globalizador del imperialismo, que apoyado en su maquinaria de la muerte, pretende erigirse en amo y señor del universo.


No podemos continuar poniendo en bandeja de oro los flancos débiles de la revolución para que el enemigo la ataque y pueda lograr algún éxito a medias, que nos costaría mucho esfuerzo y sacrificio revertir. Es necesario establecer una comunicación más directa y transparente, con la gente de a píe y que nuestros cuadros que hacen vida en los consejos comunales y otras organizaciones populares lleven a las instancias pertinentes lo que viven en el día adía con sus iguales, pero que lo hagan sin temor a ser sancionados o etiquetados de escuálidos, porque es lo otro que le está haciendo mucho daño al proceso.

Hay compatriotas que siguen pensando que el revolucionario, el afecto al proceso no puede, ni debe hacer críticas al gobierno, porque está dando armas al enemigo. Falso de toda falsedad, le damos armas al enemigo cuando no informamos debidamente lo que está pasando en el país.


Si el pueblo maneja información, el pueblo está empoderado. Si no maneja información, el pueblo está desarmado y a merced de la canalla mediática que diariamente lo bombardea, con sus misiles cargados de manipulación y veneno, que logra ponerlo en contra de sus propios intereses.


En este proceso debemos evitar, caer en coincidencias con la derecha, porque son grietas en la revolución que el enemigo aprovecha para atacarla. Allí está ese anuncio de la Ley del primer empleo. ¿Había necesidad de exponernos a más ataques y con argumentos válidos? ¿Si en Venezuela tenemos la Ley Orgánica de la Trabajadora y del Trabajador, que es la mejor del mundo, para que entonces una nueva legislación, que ha sido iniciativa de la derecha en Francia y en México, cuyo cuestionamiento ha sido brutal? ¿ No fue Primero Justicia la que hace cinco años o algo así, introdujo ante la Asamblea Nacional un proyecto de Ley de Primer Empleo? Otra pregunta que se nos ocurre ¿Nuestra Ley Orgánica de la Trabajadora y del Trabajador, no reconoce a los jóvenes recién graduados o estudiantes incorporados al medio laboral como trabajadoras y trabajadores? ¿Esta ley, tan completa e incluyente, no refleja en su articulado la Declaración Universal sobre los Derechos del hombre y la mujer, y el Pacto Internacional delos Derechos Económicos, Sociales y Culturales? Ya basta de desgastarnos en cosas que no son prioritarias, centremos la artillería en la situación económica, que nos está inundando el bote.


Es posible que estas reflexiones, caigan como ají en el ojo de uno que otro compatriota, que hasta llegue a calificarnos de escuálidos y que estamos alistando la garrocha para saltar la talanquera. Púes permítasenos advertirles, que es el sentir de numerosos revolucionarios, que no venimos del 4F(Sin ánimo peyorativo), para acá, sino muchos lustros antes, que tuvimos oportunidad de dejarnos tragar por la vorágine del sistema, pero nuestra lealtad a los ideales que abrazamos y la conciencia de clase, pudo más que las persecuciones y estrecheces que sufrimos, hasta que nos vimos reivindicados y premiados con el liderazgo del Comandante Eterno, que nos trajo la esperanza, de no morir sin ver a nuestra patria transitando libre, por “Las anchas alamedas” que soñó el presidente mártir Salvador Allende. Camaradas, digamos la verdad y derrotemos la conspiración.

 



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Cástor Díaz

Periodista CNP 2414

 cd2620@gmail.com

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