No por su sola condición militar, sino, especialmente, por su visión de la lucha de clases en las condiciones concretas de la Revolución Bolivariana enfrentada al imperialismo norteamericanos y sus a los grandes poderes mundiales, el Comandante Chávez fue reiterativo, hasta el cansancio, con proclamar ante sus seguidores que:ESTAMOS EN BATALLA, el cual se interpretaba como un llamado a mantenerse firme frente al enemigo de la Nación y el pueblo trabajador, sostener la unidad política necesaria que garantizara la victoria diferente a nuestros enemigos y mantener la visión que la lucha por un Patria soberana al servicio de las mayorías era un largo proceso que obligaba a las fuerzas patrióticas y revolucionarios estar ojo avizor frente a las diversas circunstancias que pudieran amenazar la continuidasd del proceso de cambios que se estaban desarrollando en el país.
Y es que cuando se está en batalla, cualquiera sea el enemigo, el contexto en que se realice, el escenario en que se desarrolle y los medios que se emplean, la lucha exige diversos compromisos, comportamientos y sacrificios de las y los revolucionarios que sean capaces de superar las desventajas militares, políticas y económicas que se puedan tener frente a los enemigos, apelando a la unidad y moral combatiente a quienes se le ha encomendado la gloriosa tarea de conducir las masas del pueblo a la victoria, no importando el sacrificio personal a que haya lugar; no siendo aceptable que por contradicciones en la dirección de la guerra y sus resultados parciales, se renuncien o defecten quienes se encuentren en el mando de las fuerzas populares.
Pero más allá de lo deseado, la verdad de la historia es que las enormes dificultades de una guerra especialmente contra enemigos tan poderosos y con medios tan elusivos y engañosos con los que hoy disponen el imperialismo norteamericano y sus aliados del Gran Capital internacional y sus socios subalternos de las burguesías de la región y del país - y los complejos procesos políticos, económicos, sociales, culturales y militares que desata toda revolución si es verdadera diría el Che - es inevitable que en el curso y con el fragor de los combates y la confrontación de ideas e intereses en el seno del pueblo y su dirección revolucionaria, se produzcan conmociones políticas y personales que conduzcan a renuncias, deserciones, defecciones, distanciamientos, destituciones y, hasta traiciones, que obligan a recomposiciones en las direcciones de mando y rectificaciones en la líneas políticas anteriormente trazadas pero, ratificando en lo fundamental como dice el viejo guerrillero y hoy diputado Fernando Soto Rojas las líneas estratégicas de una revolución que se ha definido como bolivariana, democrática, pacifica, humanista soberanistas, latinoamericanista y caribeña, anticapitalista, antimperialista y al servicio del pueblo trabajador y que, 15 años después de su inicio, ha dejado en el basurero de la historia, personajes que se tuvieron como esenciales pero que no resistieron el embate de la lucha de clases en momentos decisivos del proceso revolucionario como Luis Miquelena, Hernández, Buyón, Rojas Rojas, Dávila, Pablo Medina, Rosendo, Isaias Baduel, Izea, y otros de menor figuración, a tal punto que podemos afirmar que, en el caso particular del MVR-PSUV, no menos de 3 direcciones políticas se han descompuesto en este proceso bolivariana en transición al Socialismo del Siglo XXI Visto de esa manera, no es sorprendente la situación planteada por la destitución del profesor Giordani y su posterior carta en la que ataca el liderazgo del Presidente Nicolás Maduro Moros, cuestiona su capacidad para conducir la economía nacional y lanza velada imputaciones de conspiraciones palaciegas contra el Comandante Chávez, en un delicadísimo momento político caracterizada por la victoria batalla de la dirección política, militar, policial y judicial del Estado Venezolano sobre el plan subversivo del imperialismo y sus aliados subalternos de la burguesía interna, dirigidas al derrocamiento del gobierno bolivariano y la destrucción de las revolución chavista y, apenas a un mes de la realización del III Congreso del PSUV, en el cual, dentro o fuera de la agenda, será inevitable debatir la indivisible coyuntura política nacional, la evaluación de la política económica y la línea política a desarrollar por el gobierno en los próximos tiempos. Respetando el derecho incuestionable a participar en la Batalla (interna) de las Ideas y el democrático derecho al disenso e, incluso, a la contradicción con la línea política general adoptada por el alto gobierno y la dirección del partido contenida en la carta publicada del Profesor Jorge Girodanoi, hay que decir con responsabilidad que; en su contenido, en su forma ni en su oportunidad, la carta publicada del Profesor Jorge Giordani es ni puede ser considerada como una contribución al fortalecimiento del gobierno y la revolución bolivarianozs porque, en lo fundamental, es una manifestación individualista de sus posiciones divergentes en el seno del gobierno y no expresión del debate colectivo el Consejo de Ministros del cual él formó parte durante 12 de los 15 años de gobierno chavista, no está dirigido a corregir mediante propuestas concretas el rumbo económico que en otro contexto él diseñó junto al equipo económico del Comandante Chávez y, lo que no es menos importante, se produce luego de su destitución como Ministro de Planificación (en el peor de los casos hubiese sido más honroso haber renunciado y dado a conocer en el Congreso de su partido, el PSUV, sus opiniones) y en el marco de una situación de política y de seguridad no superada totalmente, que ha favorecisdo la reanimación de la artillería de la canalla mediática nacional e internacional contra el liderazgo presidente Nicolás Maduro Moros y su conducción del gobierno. Sin embargo, No hay que hacer leña del árbol caido, porque las ideas y sacrificios personales del Profesor Giordani han sido muy valiosas en la conducción de la revolución bolivariana y porque este importante debate abierto con su cuestionada carta, debe ser deslastrada de toda consideración personal e individual para sumergirla en el gran debate colectivo y en la Batalla (Permanente) de las Ideas a las que nos convocó el Comandante Chávez y, por que no se debe propiciar que el Profesor Jorge Giordani pueda engrosar las filas de quienes convirtieron una contradicción política en un abismo de distancia con la Revolución bolivariana, chavista y socialista que él ha contribuido a desarrollar desde 1.992 -con sus estudios académicos y sus firmes posiciones políticas; antes por el contrario, es necesario, dejar a un lado los agravios e ir con nobleza de mira y humildad revolucionaria al encuentro de ese viejo militante e invitarlo a seguir el debate en los espacios y los métodos propios de la discusión entre revolucionarios y revolucionarias, teniendo siempre presente la instrucción estratégica del Comandante Supremo; Unidad, Lucha, Batalla y Victoria.