El Modelo Penta, diseñado por el Consultor argentino Alberto Levy en el 2007, fue creado como una herramienta técnica para diagnosticar e intervenir en las organizaciones con el objeto de apoyarlas en sus intentos de crear valor económico, en una primera instancia, pero luego del 2011, el modelo fue adecuado al ámbito de las organizaciones sociales y comunitarias, cambiando su variable Mercado, por Responsabilidad Social. El modelo quedó igual, con la interacción entre los cinco pilares básicos: la estrategia, la cultura, los recursos, la organización y responsabilidad social.
El pilar de la estrategia, ayuda a definir los propósitos de la organización. El propósito fundamental es aumentar continuamente el valor de la organización en razón del esfuerzo humano; en cuanto a la creación de valor económico, la ganancia, o presupuesto adecuado para el funcionamiento institucional, se ha visto identificado con la activación de estrategias de autogestión y trabajo cooperativo con las comunidades; la misión de la organización, las habilidades distintivas y el vector estratégico, son redefinidos y adecuados al marco legal establecido como política de Estado, para crear condiciones ideales en la comunicación inter-institucional.
La Misión, en el Modelo Penta, viene a ser la vinculación lógica entre los requerimientos de las comunidades y el papel de responsabilidad social de la organización, el portafolio de actividades sociales, y el vector estratégico de cada actividad, con sus habilidades distintivas, hacen que la organización se vincule aún más con las comunidades y viceversa.
La estrategia es definida en el Modelo Penta, como la misión de la organización o institución, que determina la orientación de la organización hacia el incremento de tareas y responsabilidades.
El pilar de los recursos, presenta varios y diferentes tipos de recursos: Gente, como un recurso estratégico básico; Recursos tangibles y Operacionales, son los productivos (acciones de asistencia y diversificación de la incidencia institucional de la organización); lo Financiero, considerado en cantidad y calidad, la mejor utilización y aprovechamiento del presupuesto, estimulando la autogestión.
En este mismo sentido, se presentan recursos intangibles: Información, Tecnología, Imagen, Donativos, Tiempo, recuperación de inversiones en el menor tiempo posible, Pertenencia, (información, lealtad, motivación), Plasticidad, capacidad de cintura, anticipación y pique, Estabilidad, nivel de diversificación adecuado, y la habilidad distintiva de la empresa surge como un emergente sistémico entre la combinación de estos recursos.
En cuanto al pilar de la Cultura, se entiende los valores, las creencias, las aspiraciones con las que queremos conducir la empresa, la forma como las cosas deben ser en el futuro manifestando en el presente. Estas creencias funcionan como un sistema de hábitos. La cultura hace que los hábitos condicionen la estrategia. Los hábitos pueden ser de tres formas: Explícitos, con lo cual son verdaderas políticas, claras y establecidas; Implícitos, y Camuflados. La diferencia entre los valores y los hábitos consiste en que los valores son las aspiraciones con las cuales queremos conducir la empresa, mientras que los hábitos con las reglas y sentimientos sobre el comportamiento diario.
En cuanto a los hábitos en los procesos gerenciales, estos son las reglas aceptadas de la conducta que prescriben cuales son las actitudes y las conductas apropiadas e inapropiadas de los miembros del grupo. La relación entre la cultura y el desempeño es cada vez más obvia. El pilar de la Organización se divide en tres elementos: Organigrama o arquitectura de la organización, Sistemas de Información, y Procesos Gerenciales: el planeamiento, programación, presupuestación, incentivación y control.
En una palabra, el Modelo Penta, cuando la cultura enfatiza hacia adentro, se refiere a la eficiencia, y cuando enfatiza hacia afuera se refiere a la efectividad. Cuando la organización se adapta a los mercados y se diferencia hablamos de adaptación, mientras que cuando la organización apunta hacia la optimización de los recursos se habla de centralización, integración y consolidación. Adaptación implica promover los cambios imprescindibles, mientras que la integración implica evitar los cambios innecesarios. La postura de Levy, es una postura emergente del paradigma sistémico. El emergente sistémico es el que define cual es el valor de una organización y su potencial para proyectarse en el marco de un proceso de transformación institucional.