Alegato en defensa del Partido de la Revolución

Navarro reincide con sus cartas

¿Pero qué se habrá creído Héctor Navarro? No ha entendido este hombre que aunque el PSUV apenas está saliendo del cascarón es depositario legítimo del legado del Comandante y que aunque no es más que un cascarón (vacío), es el Partido de la revolución y el gobierno  y no puede un desleal y traidor como él mal poner a quienes desde la Dirección del Partido decidieron apartarlo y desenmascarar la vieja conspiración que desde la época de Chávez ya venía fraguando. Navarro parece que se olvida que Chávez está ausente y que ahora el poder del partido se ha incrementado, bueno la verdad el poder de los que controlan el partido.

El Partido no es la universidad a la que Navarro con su experiencia docente y con sus ínfulas de viejo bolchevique puede venir a dar lecciones, no señor, en el PSUV la filosofía es eudomarsantiana, como vallamos viniendo vamos viendo, ya las decisiones tomadas no tiene vuelta atrás y la página está pasada y que no venga el profesor a querer devolverla.

Que se deje de ataques a los camaradas de la Dirección, esto debilita al partido y deja ver que quien lo hace le hace el juego al imperialismo, que se asumen posiciones pequeño burguesas con eso de apelar a consideraciones jurídicas como que si estas no estuviesen enmarcadas en la lógica del estado burgués, estado al que la revolución vino a barrer con sus lógicas y todo.

Nada, que Navarro no empeore su caso reincidiendo con cartas públicas que ahora la gente ni bolas le para (apenas un poco más de 7000 visitas en Aporrea) porque el Partido puede considerar llevar la decisión de aplicar medidas más revolucionarias a un traidor como él en el Congreso pronto a realizarse.

Debe tener presente Navarro que toda revolución debe ser implacable con sus enemigos y especialmente con quienes después de haberla servido la confrontan. El Partido de la revolución debe demostrar a sus militantes que no le tiembla el pulso para castigar a la disidencia y que de nada valen alegatos pequeñoburgueses, como que si la revolución estuviera al servicio de la clase que vino a derrotar.

Despierte de ese sueño profesor Navarro, deje que el Partido haga lo suyo y tenga presente que la izquierda trasnochada de la que usted forma parte fracasó hace tiempo y que en estos días donde preservar el poder es lo fundamental el Partido debe lo hará a pesar de usted y de los trasnochados que apelan a utopías del pasado.

Ya sus minutos de gloria y de fama pasaron profesor Navarro, la revolución le ofrece mantenerlo a buen resguardo siempre y cuando mantenga su boca cerrada, no deje que la Historia lo arrolle, ya no tenemos a Chávez, déjese de utopías y de argumentar como lo hacía cualquier bolchevique en los tiempos de Lenin, no vaya a terminar develándose que usted está entre quienes inocularon el cáncer al Comandante, recuerde que usted fue de los cercanos, igual que Giordani.



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Juan González


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