Claro que este domingo votaré, muy a pesar de los esfuerzos que hacen algunos dirigentes para alejarnos de la militancia revolucionaria a quienes no dudamos en exponer críticas al Partido y a su Dirección.
Hace unos días Diosdado mandó públicamente a hacer tienda aparte a quienes no estuvieran de acuerdo con las decisiones que se han tomado en el Partido, dejando de lado el imperativo de la unidad de la que Chávez tanto nos habló, antes de partir.
Después de leer la segunda carta de Navarro, queda claro que para el Partido se pasó la página de la diatriba dejando por fuera a Giordani y Navarro y a quienes con ellos hemos coincidido en algo; ningún valor tienen para el Partido y quienes lo controlan, la declaración del Presidente Maduro de que en la revolución nadie sobra, que todos cabemos en la revolución.
Estoy en desacuerdo en eso de que ahora la tarea de la militancia del partido y los revolucionarios de la base se limita a informar al Presidente Maduro de los casos en que los funcionarios no estén cumpliendo con sus tareas, eso nada tiene que ver con el empoderamiento del que Chávez tanto nos hablara. Después de 15 años de chavismo pensar que el único poder que tiene el pueblo es el de denunciar a funcionarios por incumplir con sus responsabilidades es tener una visión más que reducida de la revolución y de sus perspectivas para el pueblo, por decir lo menos.
Pretender que la tarea del pueblo es ayudar a que el gobierno sea eficiente en sus tareas invita a que retrocedamos, a que olvidemos que Chávez ideó y promulgó leyes del Poder Popular que están vigentes, aunque no se apliquen y quizás muchos de los que acompañan a Maduro en el gobierno están pensando que sobran.
En esta era del chavismo sin Chávez, que tanto promovieron los factores de la derecha, las bases del chavismo debemos evitar caer en el chantaje de que quienes gobiernan nos asusten con el coco de que la derecha puede tomar el poder si las bases no dejamos que la dirigencia nos impongan criterios que en muchos casos niegan y desdicen la práctica revolucionaria que Chávez nos enseñó.
Aquí la derecha no tiene posibilidades de retomar el poder porque el pueblo tiene claridad sobre cuáles son los verdaderos intereses de estos sectores, pero la dirigencia del Partido debe entender que el pueblo que dejó Chávez desechará a cualquier dirigente que caiga en el error de intentar manipularlo en nombre del Comandante.
Esperemos que quienes dirigen el Partido sepan analizar con toda la humildad necesaria las elecciones para voceros del III Congreso del Partido, así como donde están las claves para que quienes apoyamos a la revolución nos mantengamos realmente unidos, más allá de las diferencias que por distintas razones persistirán entre quienes apoyamos a la Revolución y la continuidad del Legado de Chávez.