Profe Navarro, como bien lo ha dicho el camarada Yuri Valecillo, usted es ya de los nuestros, usted es un anatemizado, no le queda más que aceptar su condena, bienvenido a nuestro club.
Recuerde que es hora de pasar la página y que quizás usted puede hacer más fuera que dentro de un Partido con el que comenzó a tener serias diferencias, creemos incluso que antes de que se iniciara el proceso contra usted, pero ya eso es harina de otro costal, como dicen por tierras andinas.
Con toda su experiencia académica-pedagógica podríamos, desde las diversas trincheras de izquierdistas trasnochados, impulsar propuestas de formación para revolucionarios. Usted sabe más que nadie que si algo necesita la revolución desde hace mucho es fortalecerse ideológicamente. Quizás este fue un tema de conversación recurrente entre usted y el Comandante Chávez.
La Escuela de Cuadros del Partido quizás fue un buen intento pero, como a usted le consta, estaba mediada por intereses partidistas y por coyunturas mediáticas que relegaban a un segundo plano el carácter sistemático y permanente que demanda la formación ideológica.
Aporrea ha venido siendo una excelente trinchera desde la cual muchos de los críticos del gobierno y de los gobernantes, claramente ubicados en las filas revolucionarias, contribuyen con sus análisis a la comprensión y al estudio de la realidad político-social de nuestro país en nuestros días. Usted seguramente que podrá ofrecernos valiosas disertaciones que contribuyan al desarrollo político-ideológico de quienes apostamos a la revolución que Chávez nos legó.
Finalmente camarada Navarro, usted sabe mejor que todos nosotros lo que pasa en y con el Partido desde que Chávez está ausente, no puede entonces esperar que ocurra un milagro, usted es un científico y asumimos que descarta esta posibilidad, porque en todo caso el único milagro que corregiría su caso sería el de la resurrección de Chávez. Recuerde que usted goza del respeto, admiración, afecto y estimación de la mayor parte de los que militamos con la revolución, incluso de los que se abstuvieron el 20j, que está claro fue la gran mayoría entre todos los que apostamos a la continuación del proyecto de revolución bolivariana y socialista que Chávez nos legó, muy a pesar de que, unos pocos desde posiciones de poder, parecen empeñados en matar nuestros deseos.