Pildoritas 140 (año VII)

Otorguémosle a las ejecutorias del III Congreso, el beneficio de la duda

Volviendo al III Congreso del PSUV, evento que ya quisiera la derecha  poder emular, es poco lo que se le podría criticar a no ser que en un porcentaje, que habría que ponerse con lupa a investigar, no eran todos los que estaban, ni estaban todos los que son.

Lo allí tratado, hay consenso en los opinadores, yo entre ellos, cubrió las expectativas, se paseó por todos los tópicos y escenarios futuros, asumió con valentía la necesidad de rectificaciones necesarias y vino a ser como un bálsamo para la catarsis necesaria ante los ataques desestabilizadores que la revolución ha tenido que enfrentar .

Ahora viene lo bueno como diría el gigante, habrá que ver los hechos que concreten lo dicho, lo acordado, las tareas no sólo surgidas como necesarias e impostergables por los congresistas, sino también por su Presidente, que hay que decirlo, sin ambages ya luce como el líder que Chávez avizoró en él, pero no por una corazonada sino por el convencimiento en base a  los resultados de sus gestiones políticas y oficiales, como miembro destacado de la Asamblea Nacional Constituyente, diputado y Presidente de la Asamblea Nacional, Presidente de la misma, Canciller exitoso y Vicepresidente, y hay que decirlo sin cortapisas, es difícil conseguir en la política venezolana a un personaje, autodidacta y con una profesión conocida como la de obrero, autobusero para más señas, que haya pasado con éxito por tantas  y tan importantes responsabilidades de gobierno y luego como Presidente ha demostrado con creces que el gigante no se equivocó, lo hemos visto en el gobierno de calle, resolviendo necesidades del pueblo, ejerciendo el gobierno con autoridad, derrotando la subversión y el terrorismo y manteniendo el contacto con el pueblo y manejando las elaciones internacionales de tal manera que su inspirador y gran padrino ante e pueblo estará donde Dios le tenga muy contento con su pupilo, bien llamado “hijo de Chávez”.

Lo que en un poco más de un año ha demostrado el también llamado “Presidente obrero”, da pie para confiar en que los acuerdos  tomados en el III Congreso, no van a quedar en el olvido y vamos, más pronto que tarde, a notar sus bondades en su aporte para el logro del objetivo supremo como es la mayor suma de felicidad para el pueblo. Otorguémosle el beneficio de la duda …………Veremos.



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Saúl Molina


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