@heiberbarreto
La invasión a la vida privada se ha naturalizado peligrosamente en nuestra Venezuela en los últimos cinco (05) años. Si bien estas prácticas son propias de los servicios de inteligencia y organismos de seguridad del Estado luego del ataque a las Torres Gemelas del 11 de septiembre de 2001, con el fin de prevenir cualquier intento terrorista o de subversión, nunca como ahora han tenido como propósito la sustracción de información para luego, cínica y descaradamente ventilarlas en programas nocturnos, con el objetivo de descalificar y desmoralizar a la persona y las opciones políticas que representa; y todo en nombre de la libertad de expresión, para legitimar este ¡yo hackeo, tú hackeas y todos nos hackeamos!
El portal de Aporrea ya ha recibido innumerables ataques informáticos para hackearlo que han sido exitosamente sorteados, no así ocurrió hace pocos días con el conocido analista y chavista de izquierda, Nicmer Evans, quien recibió una arremetida de hackeo el pasado miércoles 06 de julio, logrando el control y la intervención de sus cuentas de correo electrónico, Twitter y Facebook; además de su tableta y, lo que es peor aún, su mismísimo teléfono, pieza clave que les permitió la invasión a todas las demás vinculaciones digitales de Nicmer.
Aquí unas preguntas para todos y todas: ¿Quién tiene la plataforma y recursos teológicos para hackear un teléfono de la tan “autónoma” y empresa del ahora “sector productivo” como Movistar?, ¿El Sebin, el MPP del Interior, Justicia y Paz? ,¿El CICPC? Claro que también pueden ser los buhoneros de tarantines que están financiados por la CIA o el Ministerio de Información y Comunicaciones (Minci). Seguro son los buhoneros los culpables. ¡Entonces mejor hagamos un “sacudón del Estado” y pongamos a los buhoneros telefónicos al mando de los organismos de seguridad del Estado!
Sustantivo es, repito, la “normalización” de este “panóptico del poder”, del “Gran Hermano o Big Brother’ de George Orwell, del que sabemos la izquierda trasnochada que estudiamos y leemos hasta la media noche, y de lo que la izquierda diurna nunca sabrá!
¿Por qué es más fácil hackear a un militante de Marea Socialista y no a los banqueros que se llevaron junto con empresarios del “sector productivo” alrededor de 130 mil millones de dólares, hoy en cuentas en el exterior? ¿Por qué la Fiscalía General de la República no hackea las cuentas de todos los empresarios sometidos a investigación por uso fraudulento de los dólares de Cadivi y el Sitme? ¿Por qué la Contraloría General de la República no hackea las cuentas de los altos funcionarios públicos gubernamentales de quienes sospecha peculado de uso o de atraco a la nación?
Si el gobierno hiciera del hackeo una institución seria y respetable, como parte del combate a los corruptos y corruptas, ¡seguro otro gallo y hasta pollos cantarían! ¡El Poder Moral que hackee la corrupción, un buen Poder Ciudadano será!