Gloria al Bravo Pueblo

Caracas, Venezuela. “Gloria al bravo pueblo/ que el yugo lanzó/ la ley respetando/ dignidad y honor” reza el himno nacional venezolano que, escrito en la segunda década del siglo XIX, pareciera obra de un revolucionario actual. Bravo el pueblo que el pasado sábado se manifestó en Caracas en la conmemoración del 4 de febrero de 1992, fecha de la frustrada insurrección militar encabezada por Hugo Chávez que derivó en su encarcelamiento, pero que marcó el inicio del proceso popular que siete años después se convirtió en gobierno por la vía electoral. Coincide con la celebración, el 2 de febrero, de siete años del inicio del actual régimen gubernamental, ocasión para la recapitulación de logros del proceso revolucionario, cuyo principal valor radica en la convicción popular de ser los detentadores reales del poder gubernamental. Para completar el cuadro, la fecha marca el inicio formal de la campaña de reelección del presidente Chávez y que busca lograr, por lo menos 10 millones de votos, en términos de garantizar la inobjetabilidad del régimen.

Viene muy al caso la referencia al himno nacional de los venezolanos cuando, sin engaño, su líder les informa que la revolución bolivariana se enfrenta al más poderoso de los imperios que haya registrado la historia, al grado de verse amenazado de invasión del territorio patrio; la respuesta popular es la brava disposición de anteponer el pecho para defender, no sólo el suelo, sino el proyecto revolucionario del cual el pueblo es protagonista y beneficiario. Chávez convoca a formar un ejército de un millón de voluntarios y la gente clama aceptando el reto. Gloria al bravo pueblo…

Como observador externo y como pacifista, no daba yo crédito a la calurosa respuesta popular. Me costó más de 24 horas rumiar el tema para encontrar una explicación; confieso que al principio me pareció que se trataba de una bravuconada de Chávez, propia de un demagogo, pero llegué a la conclusión de que se trata de la información responsable de un estadista con su pueblo, que advierte de la profunda contradicción existente entre los intereses imperiales de dominación y los populares de libertad y justicia, que ya de tiempo rebasó los límites de la simple amenaza para tomar cuerpo en reales acciones de agresión; el intento de golpe de estado de abril del 2002 y el paro patronal del siguiente diciembre, ambos patrocinados por la Casa Blanca, no son otra cosa que una figura encubierta de actos de la guerra imperial, ambos fracasados, y que se han mantenido mediante el financiamiento descarado a la más traidora oposición y al constante hostigamiento mediático y activo al régimen de Hugo Chávez.
Pero, independientemente de que le asiste la razón histórica, la de Chávez es una muestra de maestría estratégica. Reta al imperio para desnudar las actividades encubiertas de la CIA y neutralizarlas en el frente interno, sabedor que Bush está imposibilitado para emprender una acción bélica abierta contra Venezuela que, además de concitar la solidaridad latinoamericana y mundial para con el agredido, llevaría los precios del petróleo a niveles insoportables para el consumidor estadounidense, al punto de la rebelión en ese país, al que poco le falta para echar de la Casa Blanca al fundamentalista que hoy la ocupa. La marcha de apoyo de más de un millón de gentes, junto con el fortalecimiento del ejército venezolano, constituyen medidas de disuasión ante la amenaza de la guerra de baja intensidad que Washington ha pretendido armar desde las fuerzas paramilitares colombianas.

Afortunado el bravo pueblo que el yugo lanzó con Bolívar a la cabeza, y que lo vuelve a lanzar, con dignidad y honor, con Hugo Chávez como digno sucesor. ¡Alerta, alerta, que camina, la espada de Bolívar por América Latina!
Correo electrónico: gerdez999@yahoo.com.mx


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Gerardo Fernández Casanova


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