Desde una América Latina en transformación, con aportes sociales reconocidos y muchos peligros en medio de las tensiones internas y la crisis mundial, las Comunidades Eclesiales de Base (CEBs) de Venezuela, luego de tres días de su VI Encuentro Nacional con 485 personas en San Antonio de los Altos, Estado Miranda, divulgan su declaración final el 10 de Agosto 2014.
Frente a la situación nacional, rechazan la guerra económica que se expresa en el desabastecimiento, motivado al acaparamiento, la especulación, el contrabando que amenazan la paz y la tranquilidad del Pueblo. Exhortan al sector privado y al Estado a continuar en la búsqueda de soluciones. Valoran el trabajo mancomunado de religiosas, sacerdotes y laicos que junto a las comunidades luchan por la dignificación del pueblo.
En actitud crítica constructiva rechazan los altos índices actuales de inseguridad y la muerte de jóvenes en manos de otros jóvenes principalmente provenientes de los sectores populares que llenan de dolor y sufrimiento a las familias venezolanas. Exigiendo tanto al Estado como a la sociedad a continuar con los esfuerzos para contrarrestar y transforma esta realidad.
Con conciencia planetaria manifiestan su total rechazo al genocidio que perpetra el Estado de Israel contra el Pueblo de Palestina. Apoyan toda acción orientada a conseguir la Paz del Pueblo Palestino. Así mismo rechazan los gritos de guerra como medio de solución, sin considerar el daño moral, ético, y comunitario de los Pueblos empobrecidos y se solidarizan con los Pueblos de África Occidental, que padecen en la actualidad las consecuencias de la epidemia Ébola.
Expresan su misión: “Siendo semillas de esperanzas dentro de las comunidades en Venezuela, asumiendo compromisos de amor y fraternidad, fortalecidos en la vida por medio de la formación tomada desde nuestras raíces, basadas en la Palabra viva de nuestro hermano mayor, Jesús. Estamos llamados y llamadas a construir un mundo ecuménico, creativo y multiplicador. Somos profetas inspirados en llevar la Buena Nueva tratando de acabar la confusión y la división, anunciando y defiendo lo bueno, denunciando lo injusto, enmarcado desde lo social, político, económico, religiosa y cultural. Somos portadores del Dios de la vida y no del fanatismo. Vamos a la escucha paciente del Pueblo, todo con la presencia del Espíritu Santo. Estamos dispuestos y dispuestas a ir al encuentro de los demás con Jesús, conocer la realidad propia de los Pueblos para abrir las manos y el corazón hacia ellos. Reconocemos la presencia liberadora del Dios de la vida, constituyéndonos en una forma diferente de ser Iglesia en la Base.”
Misión esperanzadora con visión ética en el seguimiento de Jesús, ecuménica, con diálogo interreligioso, como aporte a una iglesia de la liberación, que opta por el pobre, contra la pobreza en función de la vida, los medios de vida y la libertad hacia otro mundo posible.
Edit_676.CEBSfortalecenEsperanza.23.08.2014v2