Caracas, 25 de agosto de 2014
Escribo este artículo con profunda solidaridad hacia el Presidente Maduro. En estos momentos difíciles que vive la patria yo soy un soldado al servicio de ella, de la unidad, de la paz y de quien es el presidente de todos los venezolanos.
La guerra de baja intensidad se va a intensificar
La situación del país sigue siendo muy compleja. Como he dicho el conflicto por el control del poder en función de la apropiación y distribución de la renta petrolera ha llegado a un punto crucial pues los “tutores” transnacionales de la oposición consideran que están en las mejores condiciones para derrotar el proceso bolivariano y recuperar la renta petrolera, bien mediante la profundización de la guerra de baja intensidad (campaña mediática, profundización de la escasez, la especulación, acciones de calle que seguramente provocarán heridos, muertos, detenidos, eventuales acciones terroristas, ofensiva diplomática, guerra psicológica, etc.) o bien por la vía electoral en las elecciones parlamentarias de 2015.
En la oposición hay diferencias, pero creo que todos coinciden en que para derrotar electoralmente al proceso bolivariano, es necesario debilitarlo hasta el límite de la ingobernabilidad absoluta, pues saben que la base electoral del chavismo es muy fuerte y probada en muchas batallas.
Aparentemente la oposición está debilitada y ciertamente a nivel de operadores políticos tiene conflictos internos, pero sus principales operadores son los estudiantes. Como bien se sabe, con financiamiento y entrenadores aportados por EEUU (lo cual está suficientemente comprobado), han venido preparando brigadas que muy pronto estarán de nuevo en la calle con un plan nacional de desestabilización, desórdenes callejeros, que aparentarán protestas pacíficas.
Ellos han aprendido de sus errores. Políticamente van mejorar sus actuaciones explotando la escasez, las colas para adquirir productos de primera necesidad, la inflación, las deficiencias en los hospitales, etc. y por supuesto, los errores, la ineficiencia, la corrupción y las vulnerabilidades que se han puesto en evidencia.
Vienen mejor preparados políticamente, en la guerra mediática, la guerra psicológica, en la ofensiva internacional, logísticamente y militarmente.
El contrabando, las mafias de narcoparamilitares y la eventual guerra en la frontera
Así como en octubre de 2013 el Presidente Maduro actuó contra los acaparadores, ahora ha tomado acciones muy importantes contra el contrabando demostrando cómo este es un factor determinante en el desabastecimiento, la escasez, la especulación y los sufrimientos de la población.
Ha reforzado el control militar de nuestra larga frontera con Colombia y los primeros resultados son positivos.
1) Como es obvio el control no puede ser sólo militar
La frontera con Colombia es una de las bases electorales de la oposición lo que le da a la acción desestabilizadora una ventaja política. En consecuencia, el trabajo contra el contrabando necesita ser eminentemente político para superar las resistencias de esa naturaleza,
Verdaderos organizadores políticos conocedores de la población, de su cultura, de los errores que se han cometido deben estar a cargo. El sectarismo, el abuso de poder y el maltrato a la población deber ser erradicados totalmente. Tengo informaciones de que esa situación se ha dado en la región y es una de las razones de los éxitos electorales de la oposición.
Finalmente, la victoria contra el contrabando asociado a las mafias de narcoparamilitares, no será militar, será política.
2) La FANB debe prepararse para una eventual guerra de guerrillas
He trabajado con cierta amplitud este asunto, especialmente en mi trabajo Estrategia imperial de ingobernabilidad permanente contra el gobierno bolivariano, publicado entre otros espacios por Aporrea y patriaurgente.com
En esa estrategia imperial de ingobernabilidad permanente los narcoparamilitares son un instrumento fundamental y sabemos que ellos han ido estableciendo bases en diversos lugares del país, entre otros, en barrios de las grandes ciudades y especialmente en la frontera con Colombia. Seguramente ellos van a reaccionar para defender sus bases de poder y sus fuentes de enriquecimiento.
Por razones políticas, pueden utilizar a la población de la región, por lo menos como pantalla pues la necesitan políticamente para mantener la creencia de que ese es un problema interno de la sociedad venezolana. Los peligros potenciales son enormes pues ya Uribe y el uribismo intentaron en una oportunidad iniciar una guerra en la frontera. Son bien conocidos los vínculos de Uribe con sectores de la oposición venezolana y con el sionismo internacional. Hay informaciones de que Israel, con la excusa de producir biocombustibles, tiene una base en territorio colombiano cercana a la frontera con Venezuela.
¿Se incorporará una guerra de guerrillas en la frontera con Colombia como una de los componentes activos de la desestabilización y la estrategia de ingobernabilidad permanente?
¿Y si los estrategas imperiales deciden iniciar un campaña mediática internacional condenando la “ocupación” militar en la frontera, atropellos a la población civil con imágenes virtuales, etc., etc., etc.?
La frontera es muy extensa. Su control militar absoluto es prácticamente imposible. Sólo políticamente con el apoyo de la población ello podría ocurrir. Los narcoparamilitares tienen conocimiento del terreno, poseen guías entrenados, un casi ilimitado poder de fuego, una población comprometida políticamente y opuesta radicalmente al proceso bolivariano y apoyos internacionales muy importantes. Entre otros Israel y EEUU.
No quiero aparecer como alarmista, pero supongo que estas hipótesis han sido tomadas en cuenta. Independientemente de estas consideraciones, yo respaldo la decisión de combatir el contrabando en la frontera. La guerra económica no es una fantasía chavista, es un grave proceso en marcha. Su derrota requiere una seria revisión de la política económica aplicada hasta ahora y medidas urgentes en ese campo. Ahora bien, sólo una victoria política, de la cual el éxito económico forma parte, permitirá usa salida para el fortalecimiento del proceso bolivariano.
En el mundo puede estarse precipitando una guerra planetaria, incluido el uso de armas de destrucción masiva de configuración nuclear o no nuclear
He debatido este asunto en varios trabajos particularmente en la Estrategia imperial de guerra permanente publicado por Aporrea y por patriaurgente.com. No es una fatalidad, puede ser evitada. Para ello se requiere que tomemos este asunto en serio y tomemos las medidas adecuadas.
En el mundo se desarrolla en este momento una guerra planetaria de baja intensidad que ha tenido y tiene picos de guerra abierta en Afganistán, Irak, Libia, Siria, Palestina, Ucrania... Pero el peligro de guerras calientes está abierto en cualquier lugar del mundo.
Ciertas urgencias del proceso bolivariano
Como he dicho, la corrupción, el burocratismo, la ineficiencia, la indiferencia, el desamor e incluso, el desprecio por el pueblo, el sectarismo, la prepotencia y la falta de sensibilidad popular son enemigos fundamentales para derrotar la guerra de baja intensidad. Esta es una batalla política, cultural, psicológica, en el trabajo con los imaginarios colectivos y personales y para ganar la guerra económica en los términos como lo he señalado en párrafos anteriores. Es una batalla que requiere claridad política, pero también virtudes y comprensiones espirituales fundamentales.
Es una batalla que se libra en un mundo donde se desarrolla una guerra de baja intensidad con regiones claves donde existen picos de guerra caliente.
No se puede ganar la guerra económica si urgentemente no se gana una batalla política favoreciendo la materialización del poder popular soberano, tal como lo establece el Art. 5 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. Ello requiere pasos inmediatos.
Entonces es urgente superar ciertas insuficiencias del chavismo
Herencias de la Cuarta República que es necesario superar
1) El modelo petrolero
Es mi parecer que la principal herencia que no hemos podido superar, es el modelo petrolero. He abordado este tema con cierta extensión en mi trabajo La Petrolia del Táchira y el Modelo Petrolero Transnacional... Entre otros lugares está publicado por Aporrea y por patriaurgente.com. Sólo reiteraré ciertos aspectos que considero relevantes.
1.1) Traté de desentrañar por qué, dentro de ese modelo, los incrementos de los precios del petróleo tienden a conducir a una situación caracterizada por la pervivencia del subdesarrollo: crecimiento de la deuda, el incremento de las importaciones, la destrucción de la producción nacional, la pérdida de soberanía alimentaria, inflación combinada con recesión, déficit fiscal, escasez, devaluación del bolívar, corrupción, fortalecimiento, de hecho, de la dolarización de la sociedad venezolana... Creo que estamos viviendo una situación parecida a esa;
1.2) Como parte de las soluciones dentro del modelo petrolero, la salida no debe ser el crecimiento constante del endeudamiento. Probablemente eso nos conduciría a multiplicar la producción de petróleo, no para sembrarlo en la nación venezolana y en los acuerdos internacionales que favorezcan la integración de los pueblos, en función de un mundo pluripolar y multicéntrico, sino para pagar deuda, que en ese caso, no habrá sido para generar soberanía;
1.3) Tampoco puede ser la liquidación de activos como la venta de Citgo o reducciones presupuestarias que pueden afectar la inversión social y el bienestar de los venezolanos y otras medidas similares;
Una principal variación dentro de la sociedad actual, me parece, es que el Presidente Maduro tiene comprensión y sensibilidad social como para hacer cambios y hay un pueblo con más conciencia y experiencia política.
2) Los patrones de consumo y producción, que son la expresión de los “Modos de Vida Imperiales”, que nos subordinan de manera plena no sólo a la dominación económica, sino a la dominación cultural, política y en general de toda nuestra existencia como seres humanos, que nos convierte en depredadores de nosotros mismos y de la naturaleza.
Una transición hacia patrones de consumo y producción más sustentables y sostenibles, iría frenando las tendencias consumistas de la sociedad venezolana y la tendencia a la importación de bienes no esenciales y absolutamente superfluos, sacrificando renta petrolera que financia el desarrollo de las potencias capitalistas y en algunos casos, hasta sus operaciones bélicas contra otros pueblos, en función de satisfacer los caprichos de las clases altas y la sumisión a ellos por parte de sectores populares.
3) Eliminación de las políticas sociales fundadas en la dádiva, que no educan, que no generan organización del pueblo y que terminan reforzando la dominación haciendo prisioneros a las personas y a la sociedad de los “modos de vida imperiales”. Cuando se les da una casa hay que regalarles la nevera, la nevera debe estar llena, luego hay que darle los muebles... En muchos casos terminan votando y conspirando contra el que, en cierta forma, fue solidario con ellos. Pero esa es nuestra responsabilidad
Estas son tareas insoslayables que deben ser emprendidas con urgencia, lo que implica:
1) Desarrollo e implementación de las propuestas comprendidas en “Golpe de Timón”, (que considero el testamento político del Presidente Chávez), lo que implica según mi parecer, la aplicación de las tres erres al cuadrado (revisión, rectificación y reimpulso);
2) Un intenso programa de pedagogía política, paciente, constante utilizando mucho el estilo de cuenta cuentos del Presidente Chávez;
3) Que los dirigentes en todos los niveles y en general los militantes, adopten un estilo de vida alegado de los “modos de vida imperiales” y de los patrones de consumo y producción generados por el capital.
4) Una revolución de la vida cotidiana. En otros lugares he dicho que una revolución de la vida cotidiana no es revolución. Nuestras ciudades no pueden seguir siendo centros de angustia, estrés, llenas de basura, inseguridad, tránsito vehicular y de motocicletas absolutamente desordenado... Se pagan estudios, investigaciones y hay experiencias exitosas, pero no se persevera, parece falta de voluntad política.
5) Apoyarse en el desarrollo de los mercados no capitalistas asociados a la producción y a la propiedad social, a las cooperativas, a la pequeña y mediana producción, a las economías familiares, a la agricultura urbana y campesina, a las soluciones alternativas, al trueque, a las monedas locales donde puedan surgir, a las finanzas solidarias...
Esta una de las medidas más importantes para enfrentar la especulación, la escasez, la guerra económica, el contrabando... e ir construyendo una base económica, política y cultural no capitalista.
Existen miles de experiencias a través de mundo que demuestran como estas economías pueden prosperar y crecer apoyándose en las posibilidades que ofrecen Internet y la informática.
Incluso, para que las grandes empresas, las tecnologías de escala y en general la gran producción puedan prosperar, es necesario que esas economías no capitalistas tengan cada vez más fuerza. La experiencia irá diciendo como se resuelven las contradicciones.
6) La gran empresa mixta que hay que desarrollar en la República Bolivariana de Venezuela, es la asociación del Estado con las empresas de producción y propiedad social impulsadas por el pueblo, por ese más o menos 90% que está comprometido con el gran capital, aun cuando pueda estar dominado culturalmente.
He puesto el acento en la política. Pero resolver los problemas políticos es resolver los problemas económicos. Sin eso no hay solución política posible.
7) Resolver como un asunto prioritario los problemas monetarios y muy particularmente los vinculados con el mercado de divisas.
8) Simultáneamente resolver los problemas fiscales y financieros.
9) Establecer claramente las prioridades para la participación del Estado el control de empresas estratégicas y la fijación de normas y controles.
Sobre estos temas hablé con cierta amplitud en mi trabajo Poder Mundial y Estrategias Económicas Desestabilizadoras, publicado en Aporrea, patriaurgente.com y otros espacios.
Deseo ratificar que no hay otro camino que el camino de la paz. Sobre todo en la actualidad, no creo que exista una guerra que los pueblos puedan ganar. Las naciones quedan devastadas, disueltas, sin viabilidad como comunidades autónomas. Libia e Irak son elocuentes ejemplos. En Irak el uranio empobrecido ha destruido a varias generaciones y las que vienen, no se sabe por cuanto tiempo. En Gaza se ha comenzado a utilizar uranio empebrecido. Una campaña internacional debería impedirlo. Es parte de un plan de limpieza étnica para destruir a las comunidades árabes y construir el gran Israel.