El Pater Noster de Urosa Sabino

“Yo conocí a Bolívar una mañana larga en Madrid, en la boca del quinto regimiento: Padre le dije, ¿eres o no eres o quién eres? Y mirando al cuartel de la Montaña dijo. “despierto cada cien años cuando despierta el pueblo”.

Hugo Rafael Chávez Frías

A propósito del alboroto que han armado algunos jerarcas de la Iglesia Católica encabezados por el cardenal Urosa Sabino y su combo de la CEV sobre el Padre Nuestro chavista, da la ligera impresión que no los motiva una auténtica defensa sacra o espiritual de la oración de Jesús; sino más bien, su manifiesta posición política que han asumido en los últimos años en contra del Gobierno Socialista, Revolucionario y Bolivariano de Venezuela.
El accionar de los sumos sacerdotes no parece obedecer a sus principios teológicos y a la defensa de la doctrina de Jesús, la cual justamente encuentra su mayor expresión en el Sermón de la Montaña y en la sencilla oración del Padre Nuestro.

La oración que Jesús enseñó a sus discípulos para que se dirigieran al “Padre que está en los cielos” y a la cual también se refieren dos de los apóstoles en el Nuevo Testamento; San Mateo (Mt.6:9-13) y San Lucas (Lc. 11:1-4).

Según investigadores bíblicos y teólogos el Padre Nuestro esta oración no es exclusividad de la iglesia católica, sino que también es una oración principal para las iglesias protestantes y la ortodoxa rusa, encontrándose versiones originales en arameo (dialecto de Jesús), en el dialecto Koiné del Griego y en Latín, idioma que asumió la Iglesia Católica en sus últimas reformas.

Estos cambios llevaron al Vaticano a modificar la versión de su Liturgia al español y a otros idiomas del mundo; aunque muchos, parecieran quedarse con la versión judía del Padre Nuestro y seguir llamando a los cristianos gentiles.

La defensa espiritual del Padre Nuestro es una conducta que va mucho más allá de su réplica; es decir, pertenece a una postura interna de los cristianos y que en la mayoría de los casos parecen olvidar muchos jerarcas de la iglesia, convertidos en semidioses.

El asunto es que en los últimos días, la jerarquía católica de nuestro país ha salido a defenderse de los “malvados chavistas” quienes pretenden apoderarse de su Liturgia, según algunas homilías repetidas en púlpitos del interior del país.

Una versión poética del Padre Nuestro inspirada en el líder que cambió la historia de Venezuela, desde aquel inolvidable 4 de febrero de 1992, es la manzana de la discordia.
La verdad es que nadie ha irrespetado las oraciones y los símbolos religiosos en Venezuela. Esta postura sólo cabe en la cabeza del cardenal Urosa Sabino y en la de algunos obispos, quienes no pueden ocultar su odio hacia el chavismo para calificar la versión poética dirigida al “Comandante Chávez”, como “un pecado de idolatría”.

La manipulación de los símbolos religiosos - si a eso queremos referirnos - va mucho más allá del monopolio de cualquier Iglesia. La fe no es volátil, ni manipulable por nadie, sus raíces están inspiradas en el mundo espiritual que supera las directrices de cualquier jerarca eclesiástico.

Muchos prelados contradicen con su ejemplo los principios del Evangelio y el propio mensaje de Jesús, más no el legado de Chávez, quien nos recordó muchas veces el Sermón de la Montaña: “Bienaventurados los pobres, porque de ellos es el reino de los cielos”.

Ante la reiterada actuación de los líderes de la Iglesia venezolana, el Presidente Nicolás Maduro salió al paso a la manipulación de la CEV la cual hoy más bien parece un partido político.

El Presidente fue muy claro al afirmar: “No pudieron derrocar a Chávez, no pudieron con Chávez en vida y ahora lo quieren perseguir en el amor espiritual que le tiene el pueblo”.
“El Chávez Nuestro” más que un poema de María Estrella Uribe en el Congreso del Psuv, es una manifestación de solidaridad con el líder supremo y una expresión del sentir chavista que nace del alma, para el hijo de Sabaneta:

“Chávez nuestro que estas en el cielo, en la tierra, en el mar y en nosotros, los y las delegadas, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu legado para llevarlo a los pueblos de aquí y de allá”. Amén.

No debe preocuparse el cardenal Urosa y sus acólitos de la CEV porque los chavistas cristianos, con verdadera fe, sabemos distinguir muy bien los espacios y la profundidad de la oración.
Así como nuestro Comandante supo unir a los excluidos y a los pobres de la tierra con el mensaje de Jesús, así nuestras plegarias encarnan el verdadero sentimiento cristiano y el auténtico mensaje del “Padre Nuestro”.

Los católicos venezolanos - la gran mayoría - pensamos que la jerarquía eclesiástica (CEV) vive alejada de los pobres y de los excluidos y por eso no practica el don del perdón.

Los jerarcas y su cúpula - que no es la de San Pedro - siguen para sus adentros recitando el Padre Nuestro en Latín y como los judíos quienes crucificaron a Jesús y asesinan niños palestinos también exclaman: ¡Pater Noster!



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Marco Tulio Arellano

Jubilado en Pdvsa

 arellanomt@hotmail.com      @Homugria

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