Venezuela vive la más deslealtad criminal

Objetivamente, el mercantilismo, el afán de lucro, el individualismo y el egoísmo, que busca inocularle al pueblo las minorías rapaces y crueles que ostentas grandes fortunas, a escala mundial y en cada país, en otras palabras: los generadores del capitalismo salvaje, jamás vencerá a Bolívar, a Chávez, a Guaicaipuro, al Che, a Marx, a Engels, a Lenin, a Mao, a Fidel, a Martí, a Luxemburgo, es decir, a todo ese potencial de hombres y mujeres que ha parido la madre Tierra y cuyas ideas cargadas de humanismo están esparcido por todo nuestro universo.

Sabemos también que objetivamente el capitalismo salvaje es incapaz de ofrecer ideales, metas trascendentes ni posibilidades de vida digna y prospera a los hombres y las mujeres; al contrario la barbarie capitalista busca a través de sus lacayos, títeres y vende-patrias (desheredado del mundo y apátridas), con el apoyo de los desaforados medios de comunicación social privados, buscan detener la rueda de la historia que los aplastará irremediablemente, esto es, la fuerza irreductible del Poder Popular en una lucha de clases que cada vez ofrece más luz hacia la batalla final.

“Patria es humanidad”, dijo Martí. También está, la enseñanza del comandante Chávez, debemos luchar unidos para realizar un destino común como pueblo en el que confluyan hombres y mujeres de este hemisferio.

Estamos conviviendo en una Nación gloriosa que ha entendido hasta la saciedad durante este proceso socialista liderado por Chávez que esta liberación sería una falsedad sin el protagonismo y la participación del pueblo, y al mismo tiempo, sino tiene como protagonista a esa inmensa mayoría de hombres y mujeres que están viviendo la experiencia de una revolución liberadora y, al mismo tiempo, han gozado, han vivido las enseñanzas del magisterio del más universal de los hombres de nuestra nueva historia: Hugo Rafael Chávez Frías.

Luego, en esos espacios políticos que ofrece la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela enmarcados en un Estado de derecho y justicia social, la cuestión política que no deja de ser abierta a través del pluralismo ideológico, sin embargo, las agresiones permanentes y sistemáticas, son visibles debido a los prejuicios arraigados. Los colonizados mentales, con su agregado de la profesionalización en la política para fines contrarios a los más elevados del enaltecimiento del género humano, están en el ansia de configurar elementos homogeneizados como ellos al servicio de los intereses imperiales.

Allí están los factores plegados incondicionalmente a las orientaciones del FMI y el Banco Mundial, y a tantas otras instituciones multilaterales que pretenden dominar al mundo con la anuencia de EE.UU. Por ello, la derecha fascista debe asegurarle al imperio que no se alejarán de las pretensiones imperialistas. Esto sucede, con el gran beneplácito de los medios masivos de comunicación privados, que ofrecen niveles técnicos, alcance, audiencia y control totalitario de sus contenidos, como jamás hemos visto, manteniendo “sabiamente” informado a los receptores de infinitas maneras entretenidos y manipulados, en otras palabras, idiotizados.

Esto sucede muy a pesar de que la injusticia social que pregona el capitalismo salvaje desde hace rato ha sido entendida como criminal, sin embargo, al parecer goza de protección, por tanto, no tiene solución mediante reformas o cualquier otra tracalería. En esos escenarios, muy a su pesar, sus contradicciones lo han ahogado y está pasando a ser el partero de una nueva sociedad, pero esta vez esa sociedad es Socialista.

Sin embargo, los disociados mediáticos que todavía no terminan de entender la dialéctica del materialismo histórico, persisten en su arremetida criminal, pues es una derecha fascista, maligna y magnicida. Y no estamos especulando ni magnificando la actuación canallesca de estos apátridas.

Los espantosos apátridas se están jugando a Rosa Linda, por ello van con todo y por el todo, sin miramiento con la deslealtad más criminal que Venezuela alguna vez haya vivido en su historia, para lograr el sometimiento del pueblo y el control de los recursos naturales renovables y no renovables que en esencia son del pueblo.

La labor de Maduro y junto a él el pueblo, debe ser la de librar una lucha cultural que también permita cambiar profundamente los instrumentos políticos, las ideas y las maneras de actuar de los que están opuestos al socialismo libertario y liberador.

¡¡¡Viviremos y Venceremos!!!

 



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Alberto Vargas

Abogado y periodista, egresado de la UCV, con posgrado en Derecho Tributario y Derecho Penal. Profesor universitario en la cátedra de Derechos Humanos

 albertovargas30@gmail.com

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