La guerra a la cual está enfrentado el presidente Nicolás Maduro es sin ninguna duda muy fuerte y no seria exagerado decir que la misma es parte de un proyecto pre establecido que se inicia con el golpe de estado, el paro petrolero, las guarimbas (“la Salida”) y ahora la guerra económica.
Si nos ponemos a analizar es el mismo plan de acción iniciado en Chile para el derrocamiento del presidente Salvador Allende, cuyos elementos y planes se encuentran en los papeles del ITT. Resulta ser como dentro del mismo proceso revolucionario chileno cayeron como ingenuos los sindicatos de transporte, minerías, etc.…..
Volviendo a Venezuela, es inaudito como dentro del mismo proceso de la Revolución Bolivariana emergen críticos con “sesudos” análisis que no tocan el fondo de la realidad sino que se mantienen como críticos elitescos que hacen recordar a los revolucionarios de cafetín y a la Republica del Este. Un claro ejemplo de lo que aquí manifiesto está en estas paginas de Aporrea, que surgió como una plataforma para dar respuestas a las exigencias del proceso revolucionario.
Hace unos días leí un articulo escrito por un supuesto revolucionario, donde se pone con claridad meridiana la intención de causar zozobra dentro del propio proceso e inhibir las buenas intenciones del pueblo para respaldar al gobierno Bolivariano.
Según este “critico revolucionario”, las esperanzas del pueblo venezolano se esfuman cada vez más con ese gobierno y muestra cuadros estadísticos sin fuentes que le den credibilidad a lo que expone, de lo que se deduce que sigue la misma conseja del neoliberalismo y del proceso antirrevolucionario chileno que derrocó al presidente Allende.
Para ningún analista no es un secretó que, según el Imperio, Venezuela es un mal ejemplo para los países que desean emprender un movimiento libertario económico y político que los separe del esquema tradicional neoliberal y de explotación de sus recursos naturales, mineros y económicos.
Bastaría ver expresada en esta misma página la razón de ser de este movimiento en ciernes dirigido por aquellos que nunca han bajado a los barrios y hacen “revolución” desde la comodidad de sus oficinas.