Saludamos, no sin entusiasmo, el venidero III Congreso Nacional de la
Cultura. Se ha abierto la convocatoria a cultores (as), intelectuales,
organizaciones, colectivos, escritores, artistas, comuneros (as),
estudiantes, movimientos sociales e instituciones. Se ha convocado al
pueblo en general, al Poder Popular. Hay gestos que podrían indicar que
superará, con creces, a los anteriores, caracterizados por ser anodinos,
sin alegría, cuasi clandestinos y copulares. Para muestra un botón. En uno
de los anteriores congresos se llegó a lanzar la máxima: *más y mejor
cultura.* Además de ser conceptualmente tecnocrático y nada
revolucionario, expresaba el profundo desprecio hacia el ser cultural de la
patria. Esa máxima partía del supuesto que los venezolanos y venezolanas
teníamos menos cultura y necesitábamos una mejor cultura. En un país en el
cual se suceden anualmente no menos de 194 mil manifestaciones culturales
populares y no populares, plantearse semejante máxima constituye hacer el
ridículo cultural. Se requiere de la participación de los trabajadores y
trabajadoras culturales; de los creadores y creadoras.
En este se ha propuesto que los participantes presenten sus trabajos, en
dos cuartillas, para ser expuestos en 10 minutos. La promoción ha permitido
que se sepa y conozca el evento. En el II Congreso Nacional de Cultura
participamos de forma efectiva. Las propuestas y mociones nunca vieron la
luz de la práctica. Sin soslayar la teoría y orientados hacia el equilibro
práctico-teórico, urge hacer realidad lo expuesto por el presidente Nicolás
Maduro Moros, en el marco de la Cumbre sobre el Clima, 2014: *más acciones
menos palabras. *El planeamiento de Carlos Enrique Marx está orientado a la
transformación subversiva del mundo, el cual tiene su importancia en la
actuación revolucionaria, práctico-crítica. La práctica como criterio
último del conocimiento. Desde los diversos modos de interpretar al mundo
es necesario dar el salto cualitativo: transformarlo. Se trata de un ir y
devenir teórico-práctico; práctico-teórico.
Un congreso es una realización práctica de un contexto para la reflexión
teórica. Por ello se tiene la mirada puesta en la articulación,
construcción y consolidación colectiva de propuestas para el desarrollo y
consolidación de la Revolución Cultural y la Cultura Comunal. Que no pase
el vagón del metro y deje a más de uno en la estación. Se requiere la
presencia y participación de Los Poderes Creadores del Pueblo.
Si la Cultura Comunal constituye el horizonte de este congreso; entonces un
tema estratégico surge inexorablemente: las culturales populares y
residenciales. Tópicos estratégicos de la política pública cultura en
Venezuela. Y debería serlo, toda vez que el precepto fundamental establece
que las culturas populares constitutivas de nuestra venezolanidad gozarán
de atención especial, reconociéndose y respetándose la interculturalidad
bajo el principio de igualdad de las culturas (Art 100. CRBV, 1999).
Lo que está privilegiado en la Carta Magna son las culturas populares. Y si
bien es cierto que el texto fundamental no define y menos caracteriza a las
categorías qué en él aparecen; no menos cierto es que resulta histórico,
necesario e impostergable una caracterización de un conjunto de palabras y
términos, y en este caso el de las culturas populares. La discusión conduce
por otrora y nuevos derroteros. Pero es indudable que al proponerse como
norte la Revolución Cultural y la Cultura Comunal se tiene que aterrizar
en el Campo Cultural Residencial, que no es otro que el conformado por
aquellas realizaciones culturales que se producen en el marco determinante
de un espacio habitable, de alto informalidad, tanto oral, gestual como por
lo vivencial, de anonimia e imitación, con una producción en pequeña escala
de pequeño tejido social rigurosamente delimitado por los miembros de la
comunidad donde se crea. El Campo Cultural Residencial es una escenario
sociocultural por excelencia (EAGO, 1997).
De tal manera, que si el III Congreso Nacional de Cultura, se propone
abordar temas tan estratégicos como la Cultura Comunal, Soberanía
Cultural, Cultura y Antiimperialismo, Economía Cultural y Ecosocialismo,
así como la Creación, Formación e Investigación Culturales, un atrevimiento
salta como moción: toda esa tremenda temática debería estar transversalidad
por ejes como por ejemplo: la Legislación Cultural, las Culturas Populares,
la Interculturalidad y la Igualdad de las Culturas, el Patrimonio Cultural,
la Diversidad Cultural y todas las Comunidades Étnicas Originarias,
Afrodescendientes (término polémico), las Criollas y las
Binacionales-Biculturales. Por lo pronto participaremos gustosos en
confrontar y asomar algún aporte. Viva el III Congreso Nacional de la
Cultura.