Entre la rabia y la ternura diría Alí Primera, rabia por nuestros muertos, por todos, por los campesinos, indígenas, por Chávez, por Otaiza y hoy por Robert Serra. Aunque las investigaciones a penas comienzan en este caso del camarada Robert Serra y su compañera, tenemos la responsabilidad moral e histórica de condenar este hecho y colocarlo en su justa dimensión, contextualizarlo dentro de lo que hemos llamado la violencia imperial contra el pueblo que vive en revolución. Son muchas las expresiones de violencia que el imperialismo y sus lacayos acá en Venezuela le imprimen al pueblo, nos esconden la comida, las medicinas, los pañales para los bebés y adultos mayores, y como si fuera poco nos matan, como quedó demostrado en el caso de Eliezer Otaiza.

El imperialismo norteamericano opera desde Colombia y planifica sus acciones contra nuestro pueblo. Los organismos de inteligencia venezolanos han colocado pruebas contundentes de como individuos venezolanos tienen años tejiendo redes de paramilitarismo pagado por el uribismo para acabar con la vida del pueblo chavista a través del sicariato, decía en un video el terrorista y paramilitar Loren Saleh que en pocas horas podían acabar con 20 muñecos, con esta aseveración no hay duda de que existe un plan desestabilizador para acabar con la vida de camaradas como Robert Serra.

EL Comandante Chávez denunció el plan de golpe de estado continuado o plan de mecha lenta, recordemos que consiste en ir calentando el ambiente con una serie de acciones desestabilizadoras, pero fundamentalmente debía ocurrir un gran evento que causara conmosión en el pueblo y con esto lograr estremecer la base de apoyo popular que sostiene la revolución. Esos eventos se han magnificado en el tiempo y en el espacio, logrando golpear la economía nacional y transformar los hábitos de consumo del venezolano a través de la escases provocada por el contrabando de extracción de productos de primera necesidad como alimentos, aseo personal y medicinas. Todo esto ha provocado que se genere un caldo de cultivo en contra de la gestión del gobierno nacional, del Presidente de la República Nicolás Maduro, provocando que aumenten los niveles de inconformidad y molestia en la población, sin embargo las últimas encuestas presentadas por una famosa empresa indican que son altos los niveles de esperanza, de alegría y felicidad en nuestro pueblo, lo que quiere decir que exite un gran nivel de conciencia regada en el colectivo que permite ver más allá de lo inmediato y que el pueblo entiende que mucha de las situaciones que ocurren son producto de una guerra contra la paz, la estabilidad política y social de nuestra patria.

Hoy amanece triste, con dolor por los caídos en esta lucha revolucionaria, nos damos cuenta que cuando el imperialismo golpea sentimos los dientes de la fiera hundirse, nos duele y queda una profunda herida que tardará en sanar. Mataron a Robert Serra y el llanto de la madre, los hijos e hijas de Venezuela y Latinoamérica no se hizo esperar. Las niñas y niños lloran al amigo del barrio, al vecino, al que salía en tv con Chávez, con Nicolás. Hoy lloramos al camarada, revolucionario, siempre consecuente con las necesidades más sentidas de nuestro pueblo, lloramos al estudiante universitario defensor de la construcción del socialismo y del legado histórico de nuestro Comandante Chávez, pero sobre todo lloramos al jóven que tenía una vida por delante para seguir transformando conciencias allá en la calle, en la esquina, en la cuadra, en los barrios. Lloramos y pedimos justicia porque el imperialismo se ha llevado un jóven, ellos saben que el futuro de esta revolución está en las y los jóvenes de este país, tierra de libertadores, tierra de Bolívar y Chávez. La ternura es por la esperanza.

¡SIN JUSTICIA NO HAY SOCIALISMO. NO A LA IMPUNIDAD!

Los que mueren por la vida no pueden llamarse muertos. Alí Primera.