La canciller colombiana María Ángela Holguín, una de las bellas damas formadas por la oligarquía del vecino país en las lides diplomáticas y en los estudios de asuntos políticos, parece que “se le salió la clase” y no ha podido soportar el stress provocado por la decisión soberana del Gobierno del Presidente Nicolás Maduro de combatir el contrabando y cerrar la frontera por las noches. (Gaceta Oficial Nº 40.495)
Cuando se tomó la medida de crear un Comando Estratégico en la lucha contra el contrabando hacia Colombia, dirigido por el General en Jefe Vladimir Padrino López con la participación de las FANB y la GNB, la representante del Gobierno de Nariño expresó su descontento, al calificar la medida como una decisión unilateral del Gobierno de Venezuela sin el consentimiento del Presidente Santos.
La diplomática afirmó: “Para el gobierno de Juan Manuel Santos, cerrar la frontera por la noche no soluciona el problema del comercio ilegal de bienes, ni contribuye a la integración bilateral”.
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A la bella diplomática se le olvida (¡qué cosa más rara! como dicen los cubanos) que en nuestra frontera de más de 2.219 kilómetros mandamos los venezolanos y tenemos la potestad soberana de cuidarla y de evitar que no se nos desangre el país, como ha ocurrido en los últimos años con los millones y millones de toneladas de alimentos transportados a los departamentos fronterizos, en proporciones que la misma canciller María Ángela Holguín ha reconocido como “desproporcionadas”.
Ahora ante el asesinato del diputado Robert Serra, hecho sentido por la gran mayoría del pueblo venezolano y calificado de “vil y cobarde” por el Presidente Nicolás Maduro, las expresiones de solidaridad y rechazo por la mayoría de países latinoamericanos y del mundo, por el crimen contra el diputado más joven de la Asamblea Nacional, se han hecho sentir.
Una de ellas fueron las declaraciones del ex presidente colombiano y secretario general de UNASUR Ernesto Samper, quien manifestó sobre la muerte de Robert Serra: “es una preocupante señal de infiltración del paramilitarismo colombiano”.
Ante esta sensata manifestación de solidaridad, la canciller colombiana María Ángela Holguín, nuevamente ha reaccionado desatinadamente contra su propio paisano, ahora dictándole lineamientos de cómo debe comportarse como Secretario General del importante organismo latinoamericano.
La diplomática declaró: “Espero que las comunicaciones del secretario general no sean opiniones sobre lo que pase en un país, sino que sean, sobre todo, acerca del proceso de integración, que es lo que realmente importa en este mecanismo de integración regional”.
Otra vez a la Canciller de Colombia la traicionó el subconsciente. En este sentido le decimos, ¡claro que importa!
A los venezolanos si nos importa la vida, porque la muerte de un diputado como Robert Serra es la expresión de una violencia que nunca habíamos experimentado en el campo político de Venezuela y es importada de Colombia.
A los venezolanos si nos importa, y es por eso que no podemos permitir que grupos de mafias en combinación con apátridas de nuestro país, sigan llevándose el combustible y la comida para el otro lado de la frontera y genere en la Patria de Bolívar una guerra económica.
A los venezolanos si nos importa, que sigan en la frontera reciclando el bolívar y financiando el contrabando con la manipulación de la moneda, en un cambio bursátil desleal y ficticio que financia con este negocio el comercio de extracción.
A los venezolanos si nos importa que a millones de colombianos que son tratados en nuestro país como verdaderos hermanos, por haber sido desplazados por una guerra que ahora nos quieren trasladar a nuestro territorio, sean tratados como verdaderos refugiados y no sean perseguidos por paramilitares.
A los venezolanos si nos importa que haya una verdadera paz en Colombia porque como decía nuestro Comandante Hugo Chávez: “La paz de Colombia es la paz de Venezuela”.
A los venezolanos si nos importa que haya una sincera actuación del Gobierno colombiano en el caso del contrabando y no “una actuación hipócrita”, como lo dijera el representante de los colombianos en Venezuela Juan Carlos Tanus.
A los venezolanos si nos importa que haya una verdadera integración, como siempre la ha habido desde la Gran Colombia que soñó Bolívar y aclamó en el Congreso de Angostura en 1819.
A los venezolanos de todo corazón, canciller María Ángela Holguín, si nos importa, como usted lo dice de la boca para fuera: “en Colombia queremos a Venezuela”; pero está demás, bella dama de la diplomacia neogranadina, que usted diga: “no debe verse como una intromisión nuestra preocupación por Venezuela”.
La preocupación, querida canciller, es nuestra por el entrenamiento dado a jóvenes venezolanos por el paramilitarismo de Colombia. Si bien, el gobierno de Juan Manuel Santos ha dado señales de fraternidad; ojalá y usted canciller María Ángela Holguín, no regrese a los tiempos de la Coordinación del Comité de Asuntos Internacionales de la Campaña Presidencial de Álvaro Uribe Vélez (2001-2002) porque ¡calladita usted se ve más bonita!