Todo tipo de dumping[1] tiene que ver con una rebaja de precios para determinada mercancía, pero hay varias formas de rebajar los precios a partir de los que rijan en el mercado, entre ellas: 1.- Una mejor productividad técnica u organizativa, o con una libre competencia; 2.- mediante subvenciones que le bajen los costes de producción al fabricante; 3.- con sobreofertas a riesgo de abaratar precios del mercado, al punto de que estos no cubran los costes de producción para la empresa que lo practica, con tal de sacar del juego a los competidores, o causar daños políticos a determinados países “díscolos” ante los intereses del país promotor de tales sobreofertas.
El dumping más corriente es practicado con las exportaciones, y está prohibido en la mayoría de las Constituciones por ser considerado una variante paramonopólica de dañinas consecuencias para nacionales y extranjeros. Tenemos entendido que algunos países potenciados subvencionan a muchos empresarios dedicados a la exportaciones a fin de que en los países exportadores no se desarrolle la industrialización moderna con capacidad para posibles autoabastecimientos. Eso es dumpin, tales subvenciones sacrifican el Presupuesto Nacional de servicios públicos locales de parte del país exportador.
Actualmente estamos observando este último tipo de dumping aplicado como sobreoferta petrolera. Todo hace pensar que curiosamente lo están practicando algunas potencias económicas, principales consumidoras de este energético no renovable y que necesariamente se ha convertido en una mercancía que no sólo debe ahorrarse al máximo-no despilfarrarse-sino que son esas mismas potencias las más interesadas en acumular reservas a fin de sortear los vaivenes de la oferta de este energético, así como las crecientes necesidades que el propio desarrollo industrial les impone.
Obviamente, en condiciones normales, la lucha debería ser por conservar y disponer de petróleo cuyo precio necesariamente tiende a crecer cada día en razón de su agotabilidad y costes crecientes de extracción y acarreo.
Ante esa situación, algunos países verán afectados sus ingresos por concepto de exportaciones petroleras, pero deben prepararse para reducir al máximo los posibles despilfarros y, de ser posible, evitar la tentación de sobreofertas propias y reducir más sus volúmenes de venta mientras el país promotor de esa nefasta práctica ve escasear sus reservas internas.
Con este tipo de dumpin ocurre lo que en finanzas hacen algunos inversores bursátiles: venden acciones u oro para abaratar su cotización; el resto de los tenedores y corredores proceden a vender ante amenazas de nuevos bajones, y estos ocurren, y es entonces cuando os promotores iniciales proceden a comprar bien barato los mismos valores que antes hayan vendido.
Debemos entender que semejante dumpin petrolero sólo buscar abaratar los precios del petróleo para, contradictoria y complementariamente, hacerse de grandes y baratas importaciones que no sólo cubran sus despilfarros cometidos con la sobreoferta del caso, sino almacenar un energético que está siendo ofertado con rígidas limitaciones a fin de mantener precios razonables y favorables a los intereses de los países productores y exportadores que son muy dependientes de los ingresos que esas exportaciones les reportan.
23/10/2014
[1] “El dumping o competencia desleal consiste en vender un producto a un precio inferior al coste incurrido para producirlo, con el objetivo de competir más eficazmente en el mercado” Véase: https://www.e-conomic.es/