De acuerdo con la propuesta de Francisco Ameliach, vicepresidente de organización y asuntos electorales del PSUV, acaba de comenzar la cacería de infiltrados dentro del partido.
En mi mente que especula pero que no da empleo, recordé aquella serie que comenzó en 1967 que se llamó LOS INVASORES. En la misma, David Vincent, héroe solitario y anónimo, recorre el país identificando y enfrentando a la raza depredadora que se ha infiltrado silenciosamente en la humanidad para acabar con ella y apoderarse de sus recursos energéticos, entre ellos, el petróleo y las divisas.
Vincent descubre que los alienígenas habían llegado ya bailando ricachá y se habían puesto una camisa roja para camuflarse y se habían infiltrado en todas partes. Entre los incluidos y entre los excluidos, entre los gobiernos y entre los gobernados. Pero Vincent sabía exactamente como reconocer a un alienígena por una frecuente rigidez característica del dedo meñique que les impide doblarlo , porque en su planeta de origen echaban mucho dedo, es decir, cooptaban con ese dedo todo lo que podían y así fue como echaron a perder su planeta.
Ahora bien, y en el PSUV, ¿Cómo reconocer a un infiltrado? Si es por el asunto del dedo, también dentro del partido se echa bastante dedo y se coopta cualquier cosa interna. ¿Tendrán nuestros infiltrados endógenos algún detalle como éste? ¿Algún dedo que no puedan ya doblar de tanto echar dedo? ¿Será este un distintivo característico de los infiltrados? Quién sabe, la cacería apenas empieza y Francisco no ha tenido tiempo de hacer los estudios del caso.
Por mi parte tengo anotado el teléfono y el correo que nos dio Francisco Ameliach para enviarle una lista muy larga de alienígenas, perdón, de infiltrados, por lo extendido que está en el partido echarle dedo a casi todo. Tanto, que se ha acabado con el debate interno y la democracia interna. Ahora entiendo por qué Chavez dijo en Vargas, el 21 de enero de 2011 cuando lanzó a los cuatro vientos las 5 líneas estratégicas: "El Partido Socialista Unido de Venezuela está de espalda a la realidad popular, (…)". El sabía que estábamos infiltrados hasta los huesos. Vale decir, desde las cúpulas hasta las bases y desde las bases hasta las cúpulas. Esa infiltración ha sido una especie de metódica macabra desde arriba y desde abajo que ha desdibujado a la revolución y a los partidos que la han sustentado. En ese memorable día habló del Gran Polo Patriótico, que nunca nació, y que solo fue y es hasta ahora, una confederación electoral para buscar votos. Eso por la acción de los infiltrados.
Descubrir infiltrados por una singularidad en un dedo parece poco efectivo, porque la derecha endógena es mas ingeniosa en el arte del camuflaje que los extraterrestres. Cualquiera puede ser un infiltrado y pasar inadvertido. Por otro lado la cooptación, que es una forma de echar dedo, tiene sus defensores y la llaman centralismo democrático y se usa para todo dentro del PSUV, y que para agilizar la toma de decisiones. Por eso la echadera de dedo se ha convertido en una práctica tan aceptada que a quienes la practican no se les ve como infiltrados. Por tales causas se hace necesario criterios más estrictos para reconocer a lo que Ameliach llama el enemigo interno.
Sería bueno examinar los dedos y los patrimonios de los funcionarios que han tenido que ver con el fraude de los 20000 millones de dólares, a lo mejor descubrimos varios infiltrados en ese territorio. Pero esta tarea corresponde al Alto Gobierno y tal parece que se va a demorar en detectar infiltrados en el caso de las divisas.
En la serie a la cual he hecho referencia, los invasores alienígenos se habían infiltrado en el Congreso, en la CIA y en el FBI, donde sabemos rigen controles bastante estrictos para dar seguridad a los jefes del Imperio. Y aquí en nuestro país ¿Será que los infiltrados penetraron la débil coraza ideológica que reina en el PSUV y ahora se encuentran en puestos claves? No quiero ni pensar que hay infiltrados dirigiendo los diálogos con la oposición.
David Vincent hacía lo que podía mientras los extraterrestres invadían las altas y las bajas esferas, y la Tierra poco a poco caía en las garras de la raza depredadora. El pobre Vincent no tenía a quien llamar, como nosotros, que podemos llamar a Ameliach.
¡Ahora si vamos hacia el Socialismo!
¡Que comience la cacería!