Epílogo...
Después de un intenso debate que no sólo se dio en las llamadas redes "sociales" (se dijo eso para restarle importancia), los "muchachos" Chino y Nacho decidieron no participar en el festival "Suena Caracas". Pero la polémica desatada destapó algunas cosas que vale la pena comentar. Fue un caso típico de una teoría sobre la opinión pública denominada la "espiral del silencio", que la investigadora alemana Elisabeth Noëlle-Neumann ha caracterizado como una forma de renunciar a nuestro propio criterio para no quedarnos aislados.
Cuando hay una confrontación de opiniones sobre un tema de interés (participación de los cantantes Chino y Nacho en un festival organizado por una alcaldía chavista) y en esa confrontación se miden dos fuerzas casi igualmente poderosas (chavistas contra la decisión de otro chavista), entonces vienen los reacomodos. Pero dejemos que sea Neumann quien lo diga:
"La opinión dividida se afirma cada vez con más frecuencia y con más seguridad; al otro se lo escucha cada vez menos. Los individuos perciben estas tendencias y adaptan sus convicciones en consecuencia. Uno de los dos campos presentes acrecienta su ventaja mientras el otro retrocede. La tendencia a expresarse en un caso, y a guardar silencio en el otro, engendra un proceso en espiral que en forma gradual va instalando una opinión dominante".
No es mi intención disertar sobre cómo se forma la opinión pública pero, evidentemente, lo que hemos visto en estos días ha sido un poco decepcionante pues mientras una parte importante del público rechazaba la actuación de esos artistas en el citado evento, debido a que en febrero de este año ellos apoyaron las guarimbas y otras acciones violentas de la oposición, algunos "líderes de opinión", entiéndase, moderadores de algunos programas del canal del Estado, con cierta ascendencia en la audiencia chavista, cayeron en contradicciones con sus propias convicciones porque nos consta que en su oportunidad cuestionaron aquellas posiciones aberrantes contra Venezuela. Pero como había muy por encima de ellos dirigentes como el alcalde de Caracas y hasta el mismísimo Presidente de la República, que son también líderes de opinión pero de mucho más peso, tuvieron que cartelizarse para apoyar una decisión que a todas luces no compartían. Eso es muy malo porque deja entrever dos escenarios: a) que les impusieron una línea y ellos no encontraron otra cosa mejor que descalificar a los que defendieron la otra opinión, la que abiertamente desdecía una decisión burocrática cuya verdadera intención desconocemos; b) que en el fondo cuestionaban la decisión de invitar a los artistas pero no podían hacer pública esa opinión por temor a las sanciones.
La intensa polémica tocó la sensibilidad del presidente Maduro (antes de ser electo no usaba las redes sociales) quien dejó abierta la posibilidad de que los cantantes desistieran pero reivindicando y hasta defendiendo el debate sobre el tema, y con ello debilitó (más bien aplastó) la posición del alcalde y de los moderadores de televisión. En periodismo hablamos siempre de la "preeminencia" de la fuente, es decir, "Presidente mata Alcalde" y la cadena sigue...Quedando de últimos en esa cadena de líderes de opinión, los mentados moderadores, anclas o como quieran llamarse.
Hubiese sido mejor escuchar de labios del Alcalde de Caracas algo así como "mire señor Emilio Estefan, ha sido un error de cálculo mío y lo mejor es que botemos tierrita y no juguemos más", pero no. No fue así, Y fueron los artistas y sus agentes los que decidieron no echarse esa broma mientras que el Alcalde insistía en aquello de que "nosotros no le tenemos miedo a la polémica"
Al final triunfó la opinión del grupo más vulnerable: el pueblo. Pero es que sus líderes máximos tal vez hayan comprendido al final que para seguir en esa posición privilegiada necesitan de ese pueblo. En el caso de los moderadores...Que cada quien reflexione y se ubique en cualquiera de los escenarios aquí planteados. Es el riesgo de asumir posiciones públicas en un ambiente de alta tensión donde hay posiciones enfrentadas.
El título de este post se lo robo al mismísimo Nacho
¿Será posible que el chico, ciertamente, escuchó al pueblo o fue, más bien, que le temió a su furia? Lo dejo a tu criterio...
El rol de las redes sociales
Antes dijimos que algunos voceros intentaron reducir el espectro del debate sobre este tema diciendo que eso sólo se había dado en twitter, denotando un desconocimiento preocupante sobre el uso de Internet.
Además, si en este país los medios de comunicación y los líderes de opinión no dieran tanta importancia a las redes sociales, quizás la discusión no hubiese trascendido más de la cuenta, pero ocurre que, según el último estudio de We are social Singapore, de 7.176 millones de habitantes que tiene el mundo, 2.908 millones usan internet y de éstos 1.972 millones son usuarios activos de las redes sociales. El mismo estudio ubica a Venezuela en 14 millones 548 mil 421 usuarios, de los cuales 11 millones 200 mil están metidos a diario en las redes sociales.
Se calcula que cada minuto se envían 100 mil mensajes de tuit y se publican casi 700 mil piezas en Facebook. Todo lo que allí se ventile en masa, se vuelve viral en segundos.
Esto significa que las redes sociales están interviniendo activamente en la formación de la opinión pública, derrumbando paradigmas que ostentaban los medios de comunicación tradicionales como la periodicidad que ahora se transforma en tiempo real; de las audiencias masivas pasamos al usuario-a con una participación mucho más activa, individual, personalizada y voluntariosa, hasta irreverente; los canales informativos se diversifican y multiplican y aumentan vertiginosamente los contenidos. El 75% de lo que se escribe en Internet es generado directamente por los usuarios, sin filtros ni censuras.
La etiqueta #NoAChinoYNachoEnFestivalSuenaCaracas se mantuvo de primera en las tendencias tuiteras de Venezuela por seis días, debilitando incluso otras del propio gobierno, y aún continúa allí.
Pero también eso incide en la toma de decisiones y ya ven el final de esta historia: Chino y Nacho decidieron no presentarse en el festival musical "Suena Caracas" para no generar más polémica (y seguramente también para evitar un sabroso tomatazo).