Estas sinceras palabras van dirigidas a todas aquellas personas que a través de sus amables correos me dieron su apoyo moral y espiritual con respecto al estado de salud de mi hijo. Para todos ellos, gracias mil gracias por tan por tan emotivo apoyo.
En cuanto a esto quiero hacer llegar públicamente al doctor Limin Wu Rodríguez y a los amigos de Aporrea mi más eterno agradecimiento por el valioso apoyo que me han otorgado. Al doctor L.W. Rodríguez quien generosamente se me ofreció para atender a mi hijo en su tratamiento y posterior operación sin costo alguno para mi. Tratamiento que asumió al día siguiente de la publicación de mi artículo. A los amigos de Aporrea por su apoyo moral y por haber publicado el artículo solicitando dicha ayuda.
La solidaridad del doctor L.W. Rodríguez y de los amigos de Aporrea y de todos aquellos que gentilmente se solidarizaron conmigo me a hecho comprender que en nuestro país todavía existen miles y miles de personas generosas y humanitarias que son la reserva moral de nuestra amada patria tan maltratada por tantos malos hijos que la han gobernado en más de cien años.
Su solidaridad, me ha hecho comprender que no todo está perdido. Que tenemos suficientes hombres y mujeres capaz de emerger de las cenizas que han dejados regada por todo el país tantos ídolos con pies de barro y líderes de cartón fabricados por sus respectivas agencias publicitarias para vendérnoslos por televisión.
Hombres y mujeres decididos a salir de la engañosa polarización creada por tantos falsos políticos que la tienen como su tabla de salvación para futuras elecciones. Hombres y mujeres que crearán nuevas organizaciones que recogerán el desencanto que han sufrido millones de personas de gobiernos que no han podido quitarnos lo único que aún nos queda: nuestros principios, nuestro honor y nuestras ideas. Yo tengo la esperanza de que estos hombres y estas mujeres muy pronto comenzarán dejarán de ser mirones de palo, para que esta esperanza se haga una realidad.
Yo quería comunicar solo mi agradecimiento en estas notas, pero no puedo dejar pasar por alto los correos ofensivos y denigrantes de algunas personas que al parecer gozan con el mal ajeno. Me voy a referir especialmente a un militarcito, uno de estos que provienen de la promoción Blanca Ibañez y que seguramente cursó estudios en la Academia de las Américas yanqui para hacerse experto en asesinatos y tortura. Este personaje cada vez que lee un artículo mío me responde con correos donde demuestra sus bajos instintos y su poca capacidad moral.
En el último se quiso mofar de mi diciéndome "estás jodido, pero tienes patria" A este viejo (el sabe a quien me refiero) militar de la cuarta (se que es militar porque el mismo me lo dice) le voy a responder públicamente diciéndole lo siguiente: Si,es verdad, tengo patria. Pero la tengo no en el escuálido sentido en que usted me lo dice. Tengo patria porque los criminales, torturadores, vende patria, corruptos y podridos gobiernos para los cuales usted trabajó, no me la pudieron quitar y jamás nos la podrán quitar.
Tengo patria porque ella siempre ha estado ahí, esperando que sus buenos hijos la hagan parir. Tengo patria a pesar de que sus comandantes en jefe: Rómulo, Leoni, Pérez, Lusinchi, Herrera y Caldera, hicieron todo lo posible para quitárnosla para vendérsela a los yanquis. No pudieron. Sus burlas militarcito pelucon, para mi solo son disparos de salva que no mellan para nada mi moral y mi honor. Allá usted con su bajezas solo concebibles en hombres ruines como usted.
A los amigos de Aporrea y a mis lectores les ruego perdonen estos últimos párrafos, pero hay cosa que uno no puede aguantar ni callar. Como siempre, asumo la responsabilidad por todo lo que escribo.