Pero, hay peores que Borges, Allup, María Corina, Leopoldo y CAPriles, que escriben en Aporrea

Todos los días, y otro día, a tenor de algunas medidas dictadas por nuestro presidente Nicolás Maduro, y de algunos comentarios que he leído en “nuestra” ventana Aporrea, en los que se decía, erróneamente, que Nicolás Maduro, solamente se lo había pasado condenando las prácticas de los retrasados mentales de la oposición, hablaba yo, del crítico de pacotilla. Y no sé por qué, pero de cuando en cuando me veo en la necesidad personal de hablar del crítico de pacotilla. Seguramente no conseguiré absolutamente nada, pues no van a desaparecer ni van a dejar de ser unos incompetentes absolutos, pero al menos me desahogo de entrar en contacto con tanta estupidez.

Lo primero que me gustaría es dejar bien claro una cosa: no es cuestión de gustos, es cuestión de ideología, de compromiso con el legado de nuestro Comandante Supremo. Quiero decir que me da igual que todos esos críticos de pacotilla (millares, probablemente) alaben cosas que a los revolucionarios no nos interesan, o desprecien medidas tomadas por el gobierno revolucionario que a los revolucionarios nos parecen extraordinarias. Es esencial leer los artículos de esos críticos de pacotilla con los que uno no esté de acuerdo. No es mi intención ejercer el proselitismo ni consiento que otros lo ejerzan conmigo.

El problema está en que, a la hora de dejar por escrito sus ideas, te encuentres con tal pobreza de argumentos o capacidad argumentativa, con tal desidia para dejar blanco sobre negro y tan limitados recursos lingüísticos, verbales y compositivos, con tal necesidad de echar mano de falsos argumentos, con tan escasa capacidad de análisis, por no decir con mentes tan cerradas, incapaces de apreciar las decisiones que han beneficiado en un 2000% al pueblo venezolano; sencillamente porque han nacido sin la capacidad para poder mirar más allá de lo obvio, rasgo esencial de todo crítico o analista, pero, estos críticos de pacotillas, tienen inclinación por enlodar los logros de la revolución, con tal agresividad cuando en sus lectores o interlocutores no hallan partidarios sino adversarios intelectuales muy superiores a ellos que lo que delata es un recalcitrante complejo de personalidad.

Con todo esto combinado, dudo mucho que esos críticos de pacotilla, acepten las sabias medidas tomadas y ejecutadas por nuestro presidente Nicolás Maduro, en esos críticos de pacotilla el debate teórico brilla por su ausencia y se ve reemplazado por sentenciosos disminuidos mentales que viven en un mundo irreal, dudo mucho, digo, que ese raro espécimen, no hablo de otra cosa, sino de esos críticos de pacotilla (con buen gusto, aprecio por la buena vida y el derroche), idénticos a los gustos de: Julio Borges; Ramos Allup; María Corina, Leopoldo López y CAPriles Radonski, entre otros, pueda emitir un comentario positivo de las medidas tomadas por nuestro presidente Nicolás Maduro, a sabiendas que van en beneficio de los más desposeídos, de los esdientados, de los pata en el suelo, de esos, que a los críticos de pacotilla cuando se les nombra, sienten un gran rechazo y, náuseas, por estos compatriotas. Pero es el caso de unos muchos que escriben en “nuestra” ventana Aporrea, incluso peor que: Julio Borges; Ramos Allup; María Corina, Leopoldo López y CAPriles Radonski. Y creo que esos críticos de pacotilla, en el fondo de su corazón, lo saben, que son unos impostores.

Solo el Pueblo Salva al Pueblo.
Patria Socialista o Muerte… VENCEREMOS.



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José Antonio Velásquez


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