El Ciberespacio se está convirtiendo en el medio de enlace y comunicación de masas más importante de este siglo. Más de 1.200 millones de personas afiliadas a Facebook, más de 550 millones de Twitteros y alrededor de mil millones de visitas mensuales a YouTube no son ninguna bicoca.
De allí que el año pasado, el ejército de los EEUU haya dedicado varios artículos en su revista trimestral Military Review a analizar la importancia de las redes sociales como armas defensivas y ofensivas, destacando la necesidad de formarse y mantenerse al día para controlar las redes y manejar el ciberpoder en función de sus intereses y de la hegemonía estadounidense.
De redes hemos ido aprendiendo poco a poco los venezolanos, unos destilando amargura y coreando las agresiones del capital sionismo contra nuestro país y otros, ripostando espontáneamente a los primeros y destacando los avances del proceso bolivariano.
Pero la guerra cibernética, menos perceptible en el día - día popular que la económica, es una de las aristas más nociva y más difícil de combatir de la ofensiva desatada por los EEUU contra Venezuela y otros países dispuestos a defender su independencia y soberanía.
La espontaneidad, la buena voluntad y la improvisación no bastan para enfrentar a un enemigo tan poderoso. Para ya y para el futuro, resulta vital que el Gobierno, el PSUV, los demás integrantes del GPP y los movimientos sociales y populares progresistas enfrentemos el seriamente el tema, nos formemos, diseñemos una estrategia ofensiva - defensiva e instrumentemos tácticas comunes de lucha virtual que vayan mucho más allá del posicionamiento de etiquetas.
Tal como se han montando los estados mayores cívico-militares para combatir la guerra económica, hay que montar otros para salir victoriosos de la guerra convencional y no convencional que se libra en el ciberespacio, aula virtual de miles de millones de ciudadanos.
Por eso me permito sugerir que el MINCI empiece por organizar un grupo multidisciplinario y multietario que analice los ángulos técnicos, culturales, éticos y comunicacionales del tema y proponga un plan para irnos fortaleciendo en el combate contra quienes pretenden utilizar la red para detener el proceso bolivariano y la liberación de los pueblos oprimidos.