En su enjundioso artículo ¿Nos van a invadir¿?, el periodista y político José Vicente Rangel ofrece planteamientos donde queda magistralmente expuesto el riesgo que enfrenta el gobierno de Nicolás Maduro ante un imperio que tiene como objetivo geopolítico avasallar al país que tiene en su subsuelo una de las mayores reservas petroleras del mundo.
Ahora cuando vemos que el ala golpista de la oposición, que desde febrero de 2014 promovió las guarimbas como escenario que propiciaría el caos y la ingobernabilidad en el país, fracasó rotundamente y ellos mismos comienzan a hablar de que corren el riesgo de ser ilegalizados por el gobierno, parece que los gringos se quedaron sin aliados internos, actores indispensables para llevar a cabo una operación de intervención extranjera en la Patria de Bolívar.
Pero lo anterior no quiere decir, para nada, que ese imperio de los Estados unidos bajo control del aparato industrial militar descartará definitivamente su objetivo de reapropiarse del petróleo venezolano. Aunque quisiera no puede darse ese lujo, la crisis del sistema capitalista no le deja otras opciones a los gringos que apostar cada día más en que podrán controlar a Venezuela e imponer su vasallaje, el asunto es cómo lograrlo.
Bien claro lo dice J.V Rangel, cuando enfáticamente señala "…lo que cuenta para los venezolanos es cerrar filas y estar alertas" .Cerrar filas no tiene otra manera de interpretarse, en el contexto del presente, que no sea apostar al gobierno a la revolución y su liderazgo, como opción única ante la inminencia de una agresión imperial que ponga en riesgo serio nuestra soberanía nacional.
La detención del golpista Ledezma y el inminente allanamiento de la inmunidad parlamentaria a Julio Borges parece que dejan a los gringos en un escenario en el que perderán a dos fichas claves a través de los cuales han intervenido en la política interna y han promovido la desestabilización en Venezuela, pero es claro que esto a su vez será aprovechado por los gringos en su campaña mediática trasnacional para seguir mostrando al gobierno de Nicolás Maduro como antidemocrático y atentatorio contra los derechos humanos de los disidentes.
Evidentemente las contradicciones entre el gobierno de Venezuela y la política injerencista de EE UU se agudizan y obligarán a arreciar medidas donde no se puede descartar incluso medidas económicas que planteen hasta embargo comercial, no olvidemos la dura experiencia a la que este mismo imperio ha sometido a Cuba durante más de 50 años de bloqueo económico.
El liderazgo que Nicolás Maduro ha forjado en estos dos últimos años de gobierno, a pesar de lo duro y difícil que resultó para el chavismo la partida física de Hugo Chávez, permite tener esperanzas en que la Revolución Bolivariana derrotará al enemigo más poderoso que de manera encubierta la ha atacado durante estos 15 años, pero que ahora la enfrenta con todas sus furias.
Antes el pueblo con Chávez al frente los derrotó, ahora ese mismo pueblo con Nicolás Maduro enfrenta el reto histórico de mayor envergadura que sólo hombres como Fidel y Ho Chi Min, han podido lograr, como lo fue dirigir a sus pueblos para librar la lucha que permitió derrotar al imperio gringo.
Adelante Presidente obrero, Nicolás Maduro usted junto a su pueblo, incluida la digna Fuerza Armada Bolivariana, saldrán victoriosos. Las cartas están echadas.