Cada día se habla mucho más en Venezuela de una tercera vía, políticamente distinta al chavismo y a la oposición, pero veamos; ciertamente todos los estudios de opinión acusan un inocultable desgaste del liderazgo político en todo el país como consecuencia de la actual situación económica, política, social y de la desatención de los principales problemas, desgaste que son presas ambos sectores. Los partidos afectos al gobierno ven reflejada su simpatía y militancia proporcionalmente a los niveles de popularidad o impopularidad del presidente de la república, hoy (12 de marzo) hablamos de menos de 20 puntos de aceptación. Así los partidos de la oposición, juntos suman apenas 15%, escenario este que en cualquier nación del mundo bastaría para el surgimiento de una “Tercera Vía” que amalgame y capitalice dicho descontento y se convierta por premisa en una regeneradora fuerza política, donante de esperanzas renovadas al pueblo.
Ahora bien, como esto es Venezuela, esta regla universal aquí no es aplicable de forma axiomática, el país de hoy presenta unas condiciones particulares que desafían dicha premisa, veamos; el Psuv y sus aliados poseen mucho más que poder y recursos diversos, controlan las instituciones públicas abiertamente, pero con lo que no cuentan es con pueblo, la “revolución” atraviesa probablemente su peor crisis de legitimidad, peor que en el 2002 cuando el paro petrolero y demás sucesos, sí se divide en búsqueda de una nueva tendencia que los socorra sería arrollado abrumadoramente por la oposición en los próximos comicios electorales. Por otro lado, la oposición de nuestro país ante las elecciones a la Asamblea Nacional se plantea en forma muy distinta al gobierno, sí bien es cierto no capitaliza (como debiera) el rechazo que posee Maduro (80%) posee un mejor perfil a la hora de conquistar los votos, a pesar de su horrendo desatino al sacrificar primarias en la mayoría de los circuitos electorales del país, pudiera ser beneficiada por el denominado voto castigo del que pudiera ser víctima el gobierno o por la abstención por parte de su militancia, sin embargo, la oposición venezolana no posee ni los recursos ni el poder orgánico que posee su adversario, por lo que sí de esta tendencia se propone una tercera vía correría con la misma suerte que correría el oficialismo, sería aplastada por el chavismo, así éste se encuentre en su peor momento histórico.
En conclusión, a pesar que en Venezuela se pudiera presumir el escenario ideal para una corriente política distinta a las tradicionales que hacen vida desde hace más de 15 años y se han visto ya superadas por las exigencias reales del país, la misma coyuntura nacional hace que la “Tercera Vía” sea un monumental error, sería aplastada y un suicidio resultante para el ala política que la padezca ¿Cuál es la causa de este episodio sui géneris? Una cultura política elemental caracterizada por una extrema polarización donde el fanatismo sigue cegando al raciocinio, una atroz desinstitucionalización y un pueblo que aún no ha asumido el papel protagónico (jefe de gobernantes) que en una democracia debe tener y monopolizar.
@leandrotango