Este lado del mundo crece. Cada vez somos más. Desde aquella vez que Los Olvidados del Bicentenario de 1810 echaron del gobierno a los imperialistas españoles y decidieron formalizar la República hemos venido creciendo.
Primero Provincia a Provincia, siguiendo el Cabildo a Cabildo. Unión con Unión. Venezuela, Nueva Granada, Quito, Río de la Plata, Guayaquil, Lima.
Y como el imperio se resistía y nos hizo la guerra, respondimos batalla a batalla. En Boyaca, Carabobo, Junín, Queseras del Medio, Pichincha, Ayacucho.
Para que sintieran nuestra decisión nos hicimos uno con Colombia la grande, y llamamos al Congreso Integracionista de Panama para ser el continente nación dibujado por Bolívar en la Carta de Jamaica, hace ya 200 años.
Y allí el miedo se apoderó de los imperios del orbe e intentaron la triple alianza. Y sucumbieron.
Ante el fracaso recurrieron a sus lacayos y lograron quebrantarnos al distraernos en sumas negativas de facciones y guerras civiles fratricidas.
Nos alejaron del camino, acumulamos años de esperas y dormíamos con los sueños de 1810 debajo de almohadas de piedra.
Despertamos con Cuba, bajamos de la montaña. Nos aniquilaron y fuimos más. Resurgimos con el nuevo siglo, con la palabra integración hecha realidad. Y de nuevo nos temen y se unen mal sanamente para volver a acallarnos. Que manera tan histérica tienen de equivocarse una y otra vez.
Porque ahora a cada ataque sigue mayor integridad, más unión. Más voces que se expanden. ALBA, UNASUR, CELAC, NOAL, la Liga Árabe, los movimientos sociales de África, Asia, Europa, de Norteamérica. Resuena el mundo con la palabra heroica de Venezuela que es la de Nuestra América, de Nuestro Planeta que gira para ser libre de de decretos imperiales.
Este lado del mundo está creciendo en soberanía.
